La ciudad de San Francisco prohibe la venta de pieles animales, y la Federación Internacional de Pieles (IFF) le pone una demanda.
San Francisco aprobó en marzo de 2018 una ley por la que prohibía la venta de pieles animales en sus calles, y en todo el condado. La ley ha ido entrando en vigor progresivamente desde enero de 2019. Y las reacciones en contra no se han hecho esperar. La Federación Internacional de Pieles con sede en Londres ha interpuesto una demanda ante un tribunal federal para derogar la ley. Una de sus principales argumentaciones es que viola la Cláusula de Comercio de la Constitución de los Estados Unidos. Otro de los argumentos de dicha organización es que las pieles artificiales no son ecológicas ni sostenibles, al estar fabricadas a partir de plásticos y combustibles fósiles. ¿Tú cómo lo ves?
Mark Oaten, CEO de la IFF (Federación Internacional de la piel) argumenta en contra de la ley diciendo que “si esta ley se mantiene no habrá nada que impida que en futuro también se prohiba vender lana, cuero, carne o cualquier producto que no sea bien visto por grupos de activistas minoritarios”… añadiendo que “los californianos no deberían tener menos derechos que los residentes de otros estados. Deberían ser libres de comprar productos producidos legalmente a menos que haya un problema de seguridad o salud pública, lo cual no se da en este caso”. Bueno, este argumento tampoco parece de peso, bastaría con prohibir la venta de abrigos de piel en todo Estados Unidos.
Otros organismos relacionados con el mundo de la peletería, como la FICA (Fur Information Council of America), también contraría a la nueva ley dijo, a través de su portavoz Keith Kaplan que “prohibir la venta de pieles animales no hace nada para mejorar el bienestar animal”. Este es uno de los principales argumentos animalistas de las asociaciones de peleteros contrarias a la prohibición. Para Kaplan, “el verdadero progresismo no consiste en que un ayuntamiento diga a las personas que no pueden comprar abrigos de pieles, o lo que pueden o no comer, sino en desarrollar programas basados en la ciencia, como FurMark, que garanticen la sostenibilidad y el bienestar animal”.
La ciudad de San Francisco no está dispuesta a dar marcha atrás, incluso comenta un portavoz de la oficina del fiscal que defenderán la ley de la prohibición de venta de pieles animales ante cualquier tribunal, rechazando cualquier argumento de los peleteros. Y argumenta: “el cultivo de pieles contribuye a la contaminación del aire y el agua, y el procesamiento de pieles a menudo implica el uso de productos químicos nocivos, como el cromo y el formaldehído. La agricultura de pieles también consume cantidades importantes de energía”, según él, producir un abrigo hecho con piel real puede consumir 15 veces más energía que la energía requerida para producir una prenda de piel falda. Y concluye: “los líderes legislativos de San Francisco han dejado claro que esta ciudad no aprueba matar a millones de animales al año en granjas de pieles para hacer una declaración de moda”.
Y qué dice el PETA, su vicepresidenta ejecutiva comenta, “así como la industria de la carne ha comenzado a invertir en carnes veganas, invertir en materiales veganos sería un mejor uso del tiempo y el dinero que luchar para bloquear una prohibición que es simplemente un síntoma del declive de la industria de la piel”, añadiendo, “la industria de la piel está desesperada por mantener a los animales encerrados en jaulas sucias, romperles las piernas con tramas de acero o romperles el cuello por la piel que la mayoría de los diseñadores no usarán ni tampoco los consumidores”.
De momento, se prohibe la venta de pieles animales en San Franciso, aunque no sabemos si permiten que sigan abiertas las granjas animales, o las llevarán a otros países como pueda ser España.
Todas las fotos son del catálogo de IFF, en su página puedes encontrar argumentos favorables al uso de pieles 
