DELACRUZ NO ELIJAS CARA, ELIGE DELACRUZ

Qué rabia nos daba en el colegio cuando nos ponían a hacer punto de cruz. Era tu abuela quien cosía, no tú. Todo ese tipo de quehaceres no eran ni guays, ni divertidos, pues mientras bordabas no podías empujar a tu compañero de pupitre ni hacer otra clase de trastadas (la intensidad de las mismas dependía de la edad en la que te obligasen a coger aguja e hilo, claro). Lo cierto es que, a algunos, en nuestro fuero interno, nos encantaba la relajante y silenciosa tarea del bordado, aunque algo que no terminábamos de identificar nos decía que fingiésemos el aburrimiento con nuestra mejor cara de desdén. “Ante todo, molar”: ya desde pequeños nos lo repetimos como un mantra. Somos así de pringados.

DELACRUZ

Detrás de Delacruz se esconde una de esas personas que deja patente que lo “rancio” o no de un arte está en cómo se plasme, los colgantes de Delacruz mezclan materiales y formas actuales de limpios acabados y diseños geométricos, con la tradición crafty del punto de cruz, y las aplica al arte de la joyería, terreno hasta ahora poco acostumbrado a texturas como la madera o a técnicas aparentemente olvidadas como esta. De esa original y estudiada amalgama nacen unas joyas que, de un inusual modo, desprenden atemporalidad y un certero aroma a clásico instantáneo. Objeto de deseo para hipsters y no tan hipsters, los colgantes de Delacruz brillan de manera diferente en cada cuello del que penden.

DELACRUZ

Paradojas de la vida, ahora, gracias a propuestas como esta, el bordado, está de moda. El punto de cruz, el ganchillo… todas esas manualidades (solo nos falta por presenciar el comeback del macramé) saltan a la palestra, dejando en evidencia lo que ya sabíamos todos esos que fingíamos el tedio frente a la aguja: que las abuelas son gente sabia. Saben de remedios caseros y de lo que de verdad mola. ¿Dónde estarán ahora esos que se reían de quien encontraba disfrute en las bobinas de hilo multicolor y en deshacer una y otra vez los nudos que en ellos se formaban? Seguramente pidiendo online su Delacruz personalizado.  Y si no, al tiempo. De momento Delacruz se vende solo por pedido vía email a través de su página web, y también en Pictures of Lili (Madrid) y Potipoti (Berlín).

Puntos de venta:
Pictures of Lili: Espíritu Santo, 13 (Madrid)
Potipoti: Rosenthaler Straße, 66 (Berlín)

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DELACRUZ from Carlos Pedrosa on Vimeo.