Weval es el dúo de Ámsterdam que publica Chorophobia, su cuarto disco de estudio en el que buscan romper ese miedo a bailar y a darlo todo en la pista de baile. Lo presentarán en España los próximos 4 y 5 de diciembre
Weval son Harm Coolen (1986) y Merijn Scholte Albers (1989) son dos amigos que se conocieron trabajando en el mundo del cine y, gracias a su melomanía y respeto mutuo decidieron formar este dúo de música electrónica. Ambos de Países Bajos, llevan más de diez años siendo la delicia de los más melómanos que buscan una electrónica más sofisticada y fuera de lo obvio. Tres discos Weval (2016), The Weight (2019) y Remember (2023) los han convertido en los productores de oro del momento. Ahora, con su cuarto disco, Chorophobia consolidan su legado.
@weval / Entrevista Nadia Leal / Fotografía Pasqual Dominic Amade
¿Cuántas veces has bailado de manera tímida en una fiesta? ¿Y delante de tus amigos? ¿A que tienes música que te da miedo reconocer que escuchas? De eso va el cuarto trabajo del dúo. Chorophobia significa en griego miedo a bailar y ellos buscan superarlo
Chorophobia es un disco pensado para bailar.
(Weval) Siempre optábamos por lo sutil, lo raro y lo suave. Hacer algo directo para la pista nos daba respeto. Chorophobia nace al preguntarnos: “¿y si cruzamos esa línea?”.
¿Ha sido complejo el proceso de creación?
(Weval) Sí. Hacíamos temas a 120 BPM y pensábamos:“esto ya existe”. Sentíamos esa voz en la cabeza que juzga. Con el tiempo aprendimos a ignorarla. Era una presión por ser auténticos, por no sonar demasiado evidentes. Pero ahora aprendimos a relajarnos. Si algo funciona incluso en el móvil, funciona en cualquier parte.
“Siempre optábamos por lo sutil, lo raro y lo suave. Hacer algo directo para la pista nos daba respeto. Chorophobia nace al preguntarnos: “¿y si cruzamos esa línea?”.
¿Siempre pensasteis más en música para escuchar que para bailar?
(Weval) Sí. Siempre nos gustó la escucha. Pero cuando escuchábamos pop, queríamos movernos. Nos costaba asumir eso. En algunos conciertos, si nadie baila, nos parece raro.
Dicen que dependiendo del país, la gente baila más o menos en un concierto. ¿Notáis eso?
(Weval) Sí, en Suiza, por ejemplo, la gente es más quieta. Pero también depende del tipo de show. Esta vez quisimos que fuera más groovy, más dance pop. Sin medias tintas.
“Esta vez quisimos que fuera más groovy, más dance pop. Sin medias tintas.”
¿Qué pensáis de los placeres culpables?
(Weval) No creemos en ellos. Amamos canciones como Thong Song o a Backstreet Boys. Ya no nos avergüenza nada. Lo que antes parecía cursi, ahora lo abrazamos. Antes querías gustar, ser cool. Con el tiempo descubres que lo importante es conectar. Si algo tiene energía, da igual si es Edm o Taylor Swift.
¿Cómo llegasteis al título del disco?
(Weval) Queríamos hacer un disco de baile, sin miedo. Y empezamos a hablar del miedo a bailar. Buscando, apareció la palabra Chorophobia (miedo a bailar). Nos pareció perfecta.
“Queríamos hacer un disco de baile, sin miedo. Y empezamos a hablar del miedo a bailar”
¿Habéis sentido eso de pequeños?
(Weval) Sí, total. El momento en que la gente ya baila y tú no sabes cómo entrar. A veces necesitas una excusa. La música puede ser ese botón que desbloquea.
¿Por qué no queríais etiquetas de género?
(Weval) Siempre evitamos géneros. No queríamos hacer una canción de jazz y luego una de house. Queríamos mezclarlo todo. Pero esta vez aceptamos que el álbum fuera bailable.
“Queríamos mezclarlo todo. Esta vez aceptamos que el álbum fuera bailable.”
¿Cuál es la diferencia entre dj set de Weval y undirecto?
(Weval) El directo es como una película: estructurado, ensayado. El dj set es stand-up: te lanzas al vacío. Puedes equivocarte. Pero es más visceral y aprendimos mucho de eso.
¿Os influyó el djing en este álbum?
(Weval) Muchísimo. Empezamos a pinchar más en 2024 y eso cambió nuestra forma de componer. Antes hacíamos temas que no pondríamos en un set. Ahora buscamos que funcionen en la pista.
¿Cómo ha sido girar con Rüfüs du Sol?
(Weval) La verdad que genial. Todos son encantadores. No teníamos que montar ni llevar nada. Fue cómodo, pero también una gran exposición.Tocar para gente que no te conoce es un reto bonito.
¿Diríais que este disco refleja un cambio de mentalidad?
(Weval) Sí. Antes decíamos que no a muchas cosas. Ahora intentamos decir sí más a menudo. También en decisiones grandes, como grabar un videoclip ambicioso.
Portada de Chorophobia
Si no lo hacíamos ahora, ¿cuándo? ¿Cómo surgió la portada del disco?
(Weval) Vimos una foto de un amigo en una fiesta de casa, muy cutre, pero auténtica. Queríamos hacer música para ese tipo de momento. La bola de discoteca de 20 euros simboliza eso. Es barata, sí, pero poderosa.
¿Por qué no salís vosotros en la portada?
(Weval) Preferimos que el álbum tenga un símbolo. Salimos en la contraportada, en la fiesta ficticia. Pero queríamos algo más icónico, como esas portadas de Caribou que puedes colgar como póster.
“Queríamos algo más icónico, como esas portadas de Caribou que puedes colgar como póster”
¿Cómo es trabajar juntos después de diez años?
(Weval) Nos seguimos divirtiendo. Antes pulíamos todo hasta el extremo. Ahora somos más intuitivos. Harm es más de tocar, yo más de editar. Nos complementamos mejor que nunca.
¿Y qué hay del cine?
(Weval) Venís de ahí.Yo (Merijn) hice una película el año pasado. Perola música nos enganchó porque es más rápida,más libre. El cine es intenso y lento. A veces lo echamos de menos, pero no lo hemos abandonado del todo. Ya hemos sonado en series como I May Destroy You, y eso fue increíble. El vínculo con el cine sigue. Nos encantaría componer bandas sonoras en el futuro.
Este es vuestro cuarto disco. ¿Cómo veis vuestra evolución?
(Weval) El tercero fue una locura. Tres años y medio metidos en un túnel. Hoy lo escuché en el avión y me gustó. Este es más directo, más inmediato.Y estamos orgullosos.
¿Diríais que estáis en vuestro mejor momento?
(Weval) Puede ser. Al menos sabemos disfrutar de lo que hacemos. Y eso ya es mucho.
La gira de Weval por España:
4 de diciembre, sala Razzmatazz, Barcelona
5 de diciembre, Teatro Magno, Madrid
