
Prada Paradigme no es un perfume masculino que sigue las reglas. Al contrario, las reescribe a través de un cambio radical del paradigma de su formulación.
Lo interesante del nuevo Prada Paradigme no es que es el nuevo perfume favorito de Tom Holland, que también. Lo verdaderamente atractivo de esta nueva creación es que se ha formulado con un remix donde las notas de salida hacen de fondo y las de fondo hacen de salida; tal y como la pirámide invertida de la casa.

¿Cómo se formula un perfume realmente?
Para entender porqué el nuevo perfume de Prada es tan revolucionario hay que entender cuáles son las reglas que rompe. Tradicionalmente, los perfumes siguen una fórmula de composición bastante típica. En primer lugar, están las notas de salida; y aquí es donde solemos encontrar las notas más volátiles y ligeras (frutas, cítricos y todo eso con lo que nos enamora un perfume por primera vez). Luego, cuando lo ligero se evapora, tenemos notas de corazón que hacen de Adn del perfume. Aquí ya nos vamos encontrando aromas más densos y complejos que son los que definen la fragancia; que por lo general son aromáticos, maderas ligeras o algo botánico. Y luego, cuando incluso eso se evapora, queda lo más denso: la base de almizcles, ouds o maderas densas…

Entonces, ¿qué es lo que rompe Prada Paradigme? Pues el orden de los factores; y en este caso sí que altera el producto. Fieles al espíritu experimental y rompedor de la casa, los perfumistas Marie Salamange, Bruno Jovanovic y Nicolas Bonneville (ojito con este, es una de las promesas de la next gen) invierten la pirámide olfativa y la transforman en el propio logo de Prada (conceptual y literalmente). ¿Esto qué quiere decir? Pues que Prada Paradigme usa notas de fondo como notas de salida y notas de salida como notas de fondo, mostrando que efectivamente hay otras formas de hacer un perfume masculino y mass appealing.

El perfume que reescribe las reglas: Prada Paradigme
Al igual que su homóloga femenina, Paradoxe, Prada Paradigme es un perfume concebido para desafiar lo establecido al mismo tiempo que para ser comúnmente aceptado; y hay magia en lograr estas dos cosas en simultáneo. Ahora bien, ¿a qué huele? Pues esta composición se mueve por el terreno de lo amaderado-ambarino y, según lo que podemos ver en su composición, puede desempeñar de maravilla como fragancia para todo.

En cuanto a notas, Prada Paradigme abre con su salida ahumada y resinosa: bálsamo de Perú, resina de benjuí y madera de guayaco. El corazón se mantiene igual en esta pirámide, y destaca un dúo de aceites de geranio. ¿Por qué dos? Pues uno aporta una dimensión verde y botánica, mientras que el otro juega con facetas más florales. Y, para cerrar, Paradigme seca en una base de bergamota de Calabria, fresca y energizante; puntuada con almizcles aéreos y ligeros.