Haider Ackermann continúa redefiniendo la elegancia y la seducción de Tom Ford con su segunda colección para la firma (y solo se ha puesto mejor).
La colección de Tom Ford ss26, la segunda de su nuevo director creativo, plantea un estudio sobre la seducción; cosa de la que Mr. Ford ha sido un maestro desde su tiempo en Yves Saint Laurent y Gucci. Lo interesante de esta nueva visión es que es mucho más afilada; más comedida y aséptica… cortesía del lenguaje característico de Ackermann.
Haider Ackermann está bringing sexy back (pero mejor)
Sin decirlo a malas, ni mucho menos, Tom Ford es un sinónimo de sexo y seducción. Sus diseños para Yves Saint Laurent, sus campañas controversiales para Gucci como regente, sus propias colecciones; todo ha rebozado de un sentido de la sensualidad exacerbada y espectacular. A tal punto, que el ser sexy se ha convertido en la esencia de todo lo que hacía. Esta idea de la sensualidad ya es un mantra… y viene de maravilla ver cómo se profesa a través de otro lenguaje.
Por si no lo conoces, Haider Ackermann trabaja con un lenguaje de diseño bastante interesante. En su obra, prima una silueta afilada, genderless, severa y, en algunos casos, futurista y alienígena. Esto, mezclado con los mantras de lo sexy de la marca Tom Ford, nos dio la nueva concepción de seducción. Y ahora, el main focus de su segunda entrega es justamente eso.
La nueva colección de Tom Ford ss26 es indiscutiblemente sexy y provocativa; pero alcanza ese matiz por una vía completamente diferente a la de su predecesor. En lugar de hacerlo explícitamente, Ackermann logra insinuar, destellar y mostrar sin recurrir al exceso. ¿Sigue siendo sexy? Completamente; pero es algo mucho más limpio; más sobrio… más comedido y elegante.
El nuevo sexy de Tom Ford ss26
La colección de Tom Ford ss26, a parte de inspirarse en ese gran componente de seducción icónico, se cementa sobre otros pilares de identidad de marca. En primer lugar, tenemos la sastrería. Luego, la feminidad se amplifica a través de vestidos. Y, para el día a día, casualwear que sigue las mismas líneas desde un punto mucho menos esforzado (que no es lo mismo que forzado, ojo). Este repertorio se compone de esenciales como cazadoras biker de ante, shorts cortísimos, prendas de punto y algo de sportswear sugerente… pero la magia real está en los dos otros pilares.
Comenzando por la sastrería, los trajes de Tom Ford ss26 acentúan una verticalidad increíblemente severa. Las americanas se construyen siguiendo la línea afilada de Ackermann a la perfección; pero se contrastan con pantalones de pinza acampanados y muy contemporáneos. ¿Materiales? Magia pura: tenemos desde sedas ligeras y vaporosas para los trajes de día y cueros ricos y profundos para la noche. Aunque también vale la pena destacar los dos piezas en satén brillante… y el de raya diplomática azul es un diez.
Pasando a los vestidos, Tom Ford ss26 muestra de verdad cómo ser sexy sin rayar en lo obsceno. Aquí, vemos vestidos minimalistas y ceñidos sugerir a través de construcciones de tela transparente, para los de día. Detalles como sujetadores de cuero debajo de americanas, camisas abiertas y cortes sutiles solo ayudan a reforzar esta idea. También, vemos conjuntos de encaje negro subiendo la temperatura sin excederse; faldas transparentes que recuerdan a un vestido Halter y vestidos que muestran más de lo que aparentan ocultar. ¿La paleta de colores? Una sinfonía perfecta de negros, blancos y marrones intervenida por hits de colores saturadísimos… puramente Ackermann.
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