
El histórico bar Casa Clavel renace en el número 18 de la Corredera Baja de San Pablo, devolviendo al barrio Malasaña una parte de su espíritu más castizo.
Transformado en un bar de innegable encanto, Casa Clavel -durante años punto de encuentro recurrente en nocturnidad madrileña- resurge con la fuerza de sus orígenes a partir de una propuesta actualizada, que, no obstante, permanece fiel a su naturaleza costumbrista. Su amplio horario invita a disfrutar desde el aperitivo hasta la última copa, con una variada oferta de platillos, vinos y cócteles.

Imágenes superiores: 1) interior del local. 2) Ensaladilla rusa.
Clásicos de barra
La carta se inclina por una cocina sencilla, centrada en la materia prima nacional. En ella no podían faltar las gildas, tan en boga ahora, en dos versiones: de anchoa (3 €) y de boquerón (3 €). Tampoco se olvidan de uno de los platos más famosos y pedidos en la barra de cualquier bar. Hablamos, por supuesto, de la ensaladilla rusa, que se puede tomar con gambas y mejillón (7,5 €) o también en formato marinera con anchoa, (5,5 €). Y si el apetito pide continuar, el Tapenade casero de tomate seco (6,5 €), los Boquerones con patatas y vinagreta (8 €) y la Ensalada de tomate con sardina ahumada (8,5 €) mantienen esa línea tradicional que siempre convence.

Mixto trufado

Embutidos de La Charcutería de Octavio
Uno de los apartados más tentadores e interesantes de Casa Clavel es, sin duda, el dedicado a los productos de La Charcutería de Octavio, con embutidos y quesos de pequeños productores nacionales. Hay de todo y para todos: la Tabla del Pueblo (15 €), la Tabla Casa Clavel (12,5 €), la Mojama de atún con almendras (13 €), la Paleta ibérica (12,5 €), la Cecina de León (12 €), la Tarrina de Gorgonzola (9 €)…


Quien quiera elegir su combinación puede crear una tabla a medida con quesos como gorgonzola, gruyere o payoyo semicurado, en tamaños distintos: de dos (9 €), tres (13 €) o cuatro quesos (17 €).



