Lengua en Coro, Cuenta de Cristina Mejías transforma la Nave 0 de Matadero en un paisaje líquido donde el agua, la memoria y el saber fluyen interconectados.
Hasta el 1 de febrero, la jerezana Cristina Mejías transforma la Nave 0 de Matadero en un sistema poético donde el agua y la memoria dialogan con la arquitectura del antiguo matadero. Su instalación Lengua en Coro, Cuenta comisariada por Soledad Gutiérrez, convierte un espacio industrial en un cuerpo vivo que respira, escucha y recuerda.
El agua como materia sensible y relato compartido
En Lengua en Coro, Cuenta Cristina Mejías retoma un motivo recurrente en su trabajo: el flujo del conocimiento como un cauce que se transmite, se filtra y se transforma. En esta ocasión, la artista se adentra en las entrañas de la antigua cámara frigorífica de Matadero Madrid —un lugar marcado por las canaletas de desagüe que recorren el suelo— para reanimar su memoria líquida.
Las antiguas canaletas, ahora en desuso, se convierten en el punto de partida de una instalación que reactiva la circulación del agua como elemento simbólico y material. El líquido fluye a través de un sistema de esculturas, tuberías y recipientes que evocan las redes de transmisión del conocimiento, los ciclos naturales y las voces que persisten bajo la superficie.
Un diálogo entre historia, cuerpo y lenguaje
La propuesta parte de una pregunta esencial en la obra de Mejías: ¿cómo se construyen y transmiten los saberes?. La artista explora la dimensión física del aprendizaje, entendiendo que los conocimientos, como el agua, se transforman al contacto con otros cuerpos y contextos.
Comisariada por Soledad Gutiérrez, la instalación propone una experiencia sensorial y coral, en la que lo visible y lo invisible coexisten. “El agua se convierte en material sensible que alimenta historias y construye relatos”, señala la curadora, que describe el montaje como “un paisaje imaginado donde las formas y las palabras son polisémicas”.
Este ejercicio de interdependencia y equilibrio refleja una visión ecológica y feminista del mundo: cada elemento depende del otro, sin jerarquías, en un tejido de relaciones donde la gravedad —física y simbólica— es motor y fuerza.
Herencia, saberes y materiales que hablan
El proyecto forma parte de una línea de investigación que Mejías desarrolla desde 2021, iniciada durante una residencia en las Islas Azores. Allí concibió Knot the Tongue, Grasp a Stream, su primera obra site-specific en torno al flujo del agua. A esa experiencia se suman proyectos como Aprendices errantes (Museo Patio Herreriano, Valladolid, 2023) y Saber de oído (C3A, Córdoba, 2025), donde la artista indaga en la transmisión oral, la memoria artesanal y la fragilidad del conocimiento.
En la Nave 0, esos hilos confluyen en una escultura líquida y viva construida con materiales reciclados y objetos procedentes de otros trabajos. Cada pieza porta un rastro, una historia, una capa de uso. Se incorporan también cerámicas y metales elaborados artesanalmente junto a Raquel Eidem, como homenaje a los oficios que requieren tiempo, repetición y error. “En esos saberes lentos habita la imperfección, el balbuceo y el aprendizaje de los cuerpos”, explica Gutiérrez, subrayando la importancia del gesto manual y la experiencia física.
Un espacio que respira con el visitante
La escenografía aséptica de la Nave 0 se transforma en una geografía líquida. Bajo la luz diseñada por Víctor Colmenero Mir, las superficies húmedas y los reflejos convierten la sala en una suerte de organismo respirante. El sonido del agua —filtrándose, bifurcándose, fluyendo— actúa como una voz coral que guía al visitante.
Entre los materiales, surgen figuras híbridas y ambiguas: criaturas de dos bocas, mitad humanas, mitad mágicas, que aluden a los mitos, a los ecos del pasado y a los saberes transmitidos de generación en generación. No hay principio ni fin, sino un nudo de momentos presentes, un relato circular que invita a la contemplación y la escucha.
De lo industrial a lo poético
Con Lengua en Coro, Cuenta Mejías redefine el diálogo entre arte y espacio que caracteriza el programa Abierto x Obras, recuperado por Matadero Madrid tras su etapa de esplendor entre 2007 y 2018. La artista convierte la dureza del hormigón y del metal en un paisaje fluido donde la memoria se activa a través de los sentidos.
La instalación es también una reflexión sobre el ciclo vital de los materiales y las ideas: lo que se desecha puede renacer, lo olvidado puede volver a hablar. En este sentido, el agua no solo limpia y conecta, sino que convoca las voces silenciadas del tiempo, las historias que aún laten bajo la superficie del edificio.
Cristina Mejías. Foto: Stephen Kyndt.
Un canto al flujo y a la escucha
El proyecto, con producción y montaje de ArtWorks, diseño hidráulico de Rodrigo Aroso y asesoramiento de Juan Mejías Gómez, construye un relato coral donde cada gota es palabra y cada gesto, un eco.
Hasta el 1 de febrero de 2026, Lengua en Coro, Cuenta invita a recorrer un espacio transformado por la mirada de Cristina Mejías: un territorio de agua, memoria y cuerpo, donde el arte no representa, sino que fluye.
Nave 0 Matadero Madrid
