
Éskaton estrena Häxan, ritual escénico que explora la magia del teatro frente a la cultura digital.
La compañía Éskaton estrena Häxan en los Teatros del Canal, dentro del 43º Festival de Otoño. Dirigida por George Marinov, la obra explora la dimensión mágica y subversiva del arte escénico frente a la cultura de masas y la digitalización.

Un rito escénico contra la domesticación cultural
¿Puede el teatro seguir siendo un acto de verdadera magia en una era dominada por pantallas y algoritmos? En Häxan, de la agrupación artística Éskaton, coreografía, música, canto, maquinaria, iluminación, proyecciones, liturgia y performatividad se ponen al servicio de esta pregunta. Una propuesta que podrá verse los días 22 y 23 de noviembre en la Sala Negra de Teatros del Canal, en el marco del 43º Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid.
Dirigida por George Marinov y con dramaturgia de Miguel Deblas, la pieza es una liturgia contemporánea donde lo escénico se convierte en invocación. Inspirada en el célebre film homónimo de Benjamin Christensen (1922), Häxan reformula el imaginario de la brujería inquisitorial para interrogar el propio sentido del teatro en una sociedad de consumo y producción cultural acelerada.
“Ponemos a las mitologías, filosofías y rumores acerca de la brujería en diálogo con las de la creación escénica contemporánea”, explica Marinov.
© Salem de Amar
De las hogueras al escenario
La película de Christensen, precursora del documental de terror, combinaba materiales históricos y ficción para explorar la paranoia y el deseo que sustentaron la caza de brujas.
Éskaton toma de ella tres elementos clave: la confusión entre lo documental, lo ficticio y lo histórico; el impacto social de imágenes perturbadoras, violentas y crueles; y el uso de efectos especiales para dar vida a lo sobrenatural y lo mágico.
En escena, esos componentes se reencarnan en una experiencia donde la teatralidad se aproxima al trance. El cuerpo del performer —desesperado, marginal, tierno— se erige en símbolo del propio teatro: un arte frágil y resistente que insiste en existir fuera de la lógica productiva.
© Salem de Amar
El teatro como grieta
Lejos de competir con el cine o las redes sociales, Häxan defiende el valor del teatro como espacio de resistencia. Ese cuerpo que no encaja representa la posibilidad de otras formas de estar en el mundo, de habitar la diferencia frente a la normatividad del entretenimiento global.
“La pieza está articulada por un lenguaje mágico, con una lógica que conecta lo mental y lo físico, lo tecnológico y lo natural”, afirma Deblas.
Así,” la palabra —según el dramaturgo— aparece siempre como algo que utilizan los otros, los que miran, quienes están afuera, para intentar definir o capturar una realidad que por su simbolismo y mística les desborda”.
© Salem de Amar
Un proceso de creación colectiva
Häxan es fruto de un largo recorrido de residencias y colaboraciones entre Madrid, Barcelona y Puebla de la Sierra. El proyecto ha recibido apoyo del Ayuntamiento de Madrid (Ayudas a la Creación Contemporánea) y del Injuve (Ayudas a la Creación Joven), además de surgir del programa Surge Madrid y del Festival de Otoño.
El equipo artístico lo completan Ezekiel Monjes (performer), Macarena Bielski (espacio sonoro) y los acompañamientos artísticos de Mikolaj Bielski, Sara Manubens y Marina Otero.
Con Häxan, Éskaton continúa consolidando un lenguaje escénico donde lo ritual, lo filosófico y lo sensorial confluyen.
La compañía ya prepara su próxima producción, Force Song, que verá la luz en 2026.
Sala Negra, Teatros del Canal
Sábado 22 de noviembre (18:30 h) y domingo 23 de noviembre (18:00 h)
60 minutos aprox.
Entradas disponibles en la web de Teatros del Canal