
La exposición explora el ritual como proceso significativo, combinando filosofía, danza y tipologías rituales para revelar nuevas lecturas artísticas.
La exposición Vacío Ritual, Rito Pleno reúne a cinco artistas contemporáneos en un recorrido que aborda el rito como gesto, proceso y espacio de sentido. A partir de teorías filosóficas y antropológicas, la muestra propone una lectura del ritual como herramienta creativa y como detonante de nuevas narrativas.
Vista de la exposición.
El ritual como lenguaje que trasciende el significado
La exposición parte de una premisa sugerente: muchos rituales no poseen un significado explícito, pero producen sentido. La reflexión del filósofo Frits Staal —quien defendía que el ritual se sostiene en sí mismo, sin necesidad de simbolizar nada— sirve como telón de fondo para adentrarse en la propuesta curatorial. Desde esta idea en apariencia paradójica, Vacío Ritual, Rito Pleno plantea que el sentido no reside en un gesto aislado, sino en la suma del proceso, el tiempo y la experiencia compartida.
Vista de la exposición.
Del vacío al sentido: danza, devenir y fuego
La cita de Isadora Duncan —“Si te dijera lo que significa, no tendría sentido bailarlo”— introduce otro eje del proyecto: la importancia del acto por encima de la explicación. El rito entendido como una danza que fluye entre lo visible y lo intangible. Heráclito y su visión del mundo en constante transformación enriquecen esta lectura, recordando que todo gesto ritual convive con su contrapunto: lo efímero frente a lo perenne, lo material frente a lo inasible. La exposición se sitúa, así, en ese espacio fronterizo donde la contradicción se convierte en motor creativo.
Vista de la exposición.
Seis tipologías rituales para leer la exposición
La propuesta también dialoga con las categorías rituales de Ronald Grimes —ritualización, protocolo, ceremonia, magia, celebración y liturgia—, un marco que permite aproximarse a cada obra desde múltiples capas. Más allá de la mera clasificación, estas tipologías sirven como herramientas para comprender cómo los artistas activan significados, tensiones y resonancias.
Alicia Lehmann. Arantxa II (2023). Serie El Martillo de las Brujas.
Alicia Lehmann: la memoria visual de la brujería
El recorrido comienza con la serie El Martillo de las Brujas de Alicia Lehmann, donde la fotógrafa explora la iconografía de la bruja desde el siglo XV hasta la actualidad. Sus retratos, realizados en formato medio y con especial atención al detalle atmosférico, reconstruyen un imaginario atravesado por creencias, persecuciones y supervivencias simbólicas. En obras como Alöna o Arantxa II, la artista captura no solo a las mujeres que habitan lo mágico, sino también los espacios, objetos y gestos que articulan sus prácticas.
Alba Lorente Hernández. El proceso es un rito (2023). Video instalación.
Alba Lorente Hernández: la destrucción como origen
La noción de rito como proceso encuentra eco en el trabajo de Alba Lorente Hernández, quien concibe su práctica como un ejercicio de destrucción controlada. Sus intervenciones matéricas —estrías, capas, desgastes— evocan un registro temporal que remite a rituales de ruptura y reconstrucción. En El proceso es un rito, su videoinstalación, la repetición de gestos y herramientas evidencia cómo la creación es también una liturgia personal, un ciclo que se abre y se cierra continuamente.
Victoria Maldonado. Weiß ausstopfen (disecar en blanco no. 6) (2019).
Victoria Maldonado: monstruosidad y trascendencia
Con sus esculturas de porcelana y textil, Victoria Maldonado aborda la “monstruosidad” como categoría liberada de juicios morales. Las piezas de la serie El acto de disecar funcionan como reliquias contemporáneas, cuerpos híbridos suspendidos entre lo orgánico y lo fantasmático. Inspirada por teorías feministas y posthumanistas, la artista propone que los cuerpos —y los rituales que los atraviesan— desbordan sus propios límites.
Miguel Marina. Sin título (2024).
Miguel Marina: un tótem para perderse
El trabajo de Miguel Marina conecta con el rito desde la construcción de un tótem contemporáneo. Su pieza escultórica recubierta de cera de abeja convoca un ambiente de recogimiento donde el espectador debe enfrentarse a la densidad del material y a la ambigüedad de la forma. Como en un trance, la obra induce un estado de suspensión, un punto intermedio entre el avance y la resistencia, entre lo onírico y lo tangible.
Moreno & Grau. S/T (2017). De la serie Shore to Shore (2017).
Moreno & Grau: el territorio como ritual compartido
El dúo Moreno & Grau aporta una mirada centrada en la fenomenología del paisaje. Sus obras de la serie Shore to shore integran agua, movimiento, fotografía y geología para activar una experiencia sensorial. El territorio se presenta como un cuerpo vivo, un espacio donde lo humano y lo natural dialogan en un gesto ritual que supera la representación para convertirse en acontecimiento.
Elisa Andueza Dosal.
Elisa Andueza Dosal concibe la exposición como un meta-ritual donde teoría, experiencia y mirada pública se entrelazan para revelar nuevas formas de sentido.
La exposición está comisariada por Elisa Andueza Dosal, periodista y gestora cultural cuya trayectoria combina investigación, divulgación y práctica curatorial. Formada en Periodismo y en Mercado del Arte, Andueza ha colaborado con instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía —donde participó en la edición de catálogos y materiales editoriales— y el Museo del Prado, dentro de su Beca de Desarrollo Digital. Su trabajo destaca por una aproximación sensible a los procesos creativos y por una especial atención a los discursos que vinculan arte, memoria y experiencia. En Vacío Ritual, Rito Pleno, su mirada articula un recorrido donde teoría y práctica dialogan, proponiendo al visitante una lectura del rito como herramienta contemporánea para activar nuevas formas de percepción y pensamiento.
Vista de la exposición.
Un meta-ritual entre artista, obra y visitante
Vacío Ritual, Rito Pleno propone finalmente un meta-ritual que solo se completa con la presencia del público. En una época sobresaturada de estímulos, la exposición reivindica la atención como acto de generosidad y como herramienta para desvelar nuevas lecturas. El recorrido se convierte así en un espacio de pausa, un lugar donde el tiempo vuelve a tener peso y cada obra encuentra su respiración.
Vacío Ritual, Rito Pleno
Hasta el 9 de enero de 2026
Sala Amadís