
Kresta Design fue responsable de la rehabilitación y del interiorismo de Casabenigno, ubicada en un edificio de la década de 1950, en uno de los barrios que todavía resultan relativamente asequibles dentro del perímetro de la M-30.
Se trata de Prosperidad, una zona próxima al centro urbano donde, según señala el propio estudio, los perfiles jóvenes aún pueden acceder a una vivienda. No por tratarse de un mercado económico, ni mucho menos, sino porque, en comparación con otras áreas ya abiertamente expulsivas, continúa ofreciendo un margen de maniobra razonable. Así llegó Casabenigno a manos de una familia (dos ingenieros y su hija) que pidió a Kresta Design poco más que rigor presupuestario (1.500 €/m²) y un programa doméstico resuelto en dos dormitorios y dos baños. El resto quedó abierto a la interpretación del despacho.

Diagnóstico previo: compartimentación obsoleta y mucho potencial
Casabenigno, con 68 m² y situada en una cuarta planta, presentaba una excesiva compartimentación, con habitaciones de escala reducida y una jerarquía espacial desfasada respecto a las formas de habitar actuales. Sin embargo, atesoraba un atributo excepcional en este tipo de superficies: tres fachadas abiertas a la calle, una condición que otorgaba abundante iluminación natural y permitía plantear una ventilación cruzada efectiva.
La luz como protagonista de Casabenigno
El proyecto centró así su mirada en la gestión de la luz entendida como materia prima. En vez de derribar sin medida, la intervención reorganizó la planta para permitir que la claridad avance hacia el interior, alcanzando incluso aquellas piezas tradicionalmente relegadas a la penumbra, como los baños y las áreas de servicio. Una operación nada sencilla que Kresta Design nos define como la “más compleja” de todo el proceso.




Alcance de la obra y mejoras técnicas
La magnitud de la reforma obligó a los propietarios a aplazar su incorporación a su morada y prolongar su estancia en alquiler durante 5 meses, pues, como bien sabemos, una intervención integral no admite convivencia. La operación atravesó todas las capas del piso, desde las instalaciones hasta la envolvente, con mejoras sustanciales en aislamiento y carpinterías para elevar las prestaciones térmicas y acústicas de Casabenigno. La calefacción central existente se mantuvo como sistema base, complementada con un refuerzo de climatización por aire que garantiza un mayor control ambiental a lo largo del año.
Materialidad: unidad, sobriedad y durabilidad
Los materiales empleados en Casabenigno sirvieron para unificar, ordenar y dar calidad sin recargar. Kresta Design optó por suelos de tarima industrial de roble con acabado mate, con los que aporta calidez y resistencia. En baños y cocina, recurrió al microcemento para construir superficies continuas, fáciles de mantener y especialmente adecuadas para espacios expuestos a la humedad. Asimismo, ejecutó las paredes con pintura a la cal.



Los detalles que le dan más personalidad al inmueble los encontramos en la entrada, con mosaicos de mármol rosa de Estremoz (Portugal), y en elementos que rompen la neutralidad, como las estanterías de teselas de azulejos y las lamas metálicas planteadas como falso techo.
Mobiliario y piezas seleccionadas
Por último, conviene detenerse en el mobiliario. Kresta Design también asumió la elección de los enseres. “Son muy pocas piezas, pero intensas”, nos comentan. El inventario incluye una luminaria de Poulsen adquirida en La Recova; la mesa Tulip de Saarinen; asientos italianos con estructura tubular metálica y tapizado textil; una butaca de los años setenta forrada en terciopelo marrón chocolate; y una alfombra geométrica de lana afgana de La Rue Vintage. Acompañan taburetes metálicos de Zara Home, el sofá Blok de Kave Home y una cocina ideada a medida por Cubro. La obra gráfica que se puede ver en las imágenes, además, es autoría de la oficina.


Ficha técnica
Autor: Kresta Design
Proyecto: Casabenigno
Ubicación: barrio de Prosperidad, Madrid
Tipo de intervención: rehabilitación integral e interiorismo de vivienda
Superficie construida: 68 m²
Edificio: vivienda en edificio residencial de la década de 1950
Estudio de arquitectura y diseño: Kresta Design Lucas y Hernández-Gil
Arquitectos: Cristina Domínguez, Lucas Fernando Hernández-Gil Ruano
Equipo: Sara Urriza, Nolan Lucía Balboa Domínguez, Ana Heredero, María Martos
Cliente familia formada por dos adultos y una menor
Presupuesto de ejecución: 1.500 €/m² incluyendo cocina
Fotografías: Germán Saiz