
Podría decirse que Ca’n Gallineta es el proyecto que mejor representa los principios defendidos por OAM, estudio fundado por Toni y Biel Oliver Galmés, naturales de Manacor (Mallorca) y nacidos en 1991 y 1992 respectivamente.
Ca’n Gallineta fue diseñada para Toni, su pareja y sus dos hijos mellizos mediante un proceso sin presiones externas, centrado en aquello que los hermanos realmente consideran capital en OAM: la sencillez y el respeto absoluto por el paisaje. En congruencia, esta vivienda está ubicada en suelo rústico común de Manacor, sobre un terreno de leve pendiente, ocupando la cota más alta para aprovechar la orientación meridional y conservar la topografía natural. A continuación, todos los detalles sobre la morada.

Discreta implantación discreta en el paisaje rural
La normativa urbanística balear exige un mínimo de 14.000 m² para edificar en este tipo de parcela, condición que el inmueble cumple con holgura, pues abarca nada menos que 15.000 m². Desde la distancia, la morada, discreta y resguardada, asoma tímidamente entre los árboles, protegida por un pinar, varias higueras que la preceden y los algarrobos y olivos recién plantados por el equipo de OAM – Oficina d’Arquitectura a Mallorca, llamados a crecer hasta envolverla en una densa trama de ramas y hojas que la mimetice con el bosque que la acoge.

Reducida a una sola planta, se divide en diferentes volúmenes rectangulares que se desplazan para crear patios, porches y rincones que buscan la sombra. Con el mismo criterio, los arquitectos unificaron estos cuerpos bajo una cubierta de un solo faldón y añadieron un zócalo horizontal de porches y pilares que ayuda a compensar la altura de la casa, en clara referencia a las antiguas conducciones de agua del campo mallorquín.
Interior fluido, luminoso y bien ventilado
Una vez dentro de Ca’n Gallineta, la luz se filtra a través de bóvedas de cañizo que coronan la franja norte, donde se agrupan los espacios servidores, tales como la cocina, abierta al paso y vinculada a la vida diaria. El proyecto borra los pasillos convencionales del mapa y permite que las habitaciones fluyan una tras otra, unidas por la misma corriente de aire y de claridad. Las estancias principales miran al sur, reciben el sol amable del invierno y, cuando el verano aprieta, quedan refugiadas bajo los citados porches, pérgolas y árboles de hoja caduca, disponiendo, además, de un sistema de ventilación con intercambiador de calor que mantiene un agradable clima a lo largo de todo el año. Los dormitorios, en cambio, guardándose distancia, ocupan los extremos, infalible estrategia para preservar la paz familiar y la tan valorada en un hogar con niños.

Materiales eficientes y soluciones coherentes
El deseo de crear una residencia “eficiente, construida con materiales honestos, que envejezca bien y que respire el aire del Mediterráneo” llevó a OAM a elegir soluciones sencillas y coherentes con su filosofía, pues, según explican Toni y Biel Oliver Galmés, su oficina “entiende la arquitectura como un oficio ligado al lugar”. A tenor de lo expuesto, optó por apoyar la estructura con muros portantes de hormigón celular de treinta centímetros de espesor, una alternativa que resuelve al mismo tiempo la carga y el confort térmico, favorece una rápida ejecución, genera pocos residuos y posibilita su reciclaje.




Revestir esas paredes con mortero de cal contribuyó a equilibrar la humedad interior, aportar textura y, como si ello no bastase, resultar cromáticamente afín a los tonos terrosos del paraje. En la cubierta el despacho apostó por un aislamiento natural elaborado con posidonia oceánica (las denominadas bolas de Neptuno) recogida en la costa cercana, un elemento que, si algo realza, es la relación de Ca’n Gallineta con el entorno que la circunda. Para el resto, confió en carpinterías de madera de alerce, pavimentos de “trispol” pulido y acabados exteriores de cerámica triturada, recursos seleccionados en base a su origen, su bajo impacto ambiental y sus cualidades que aseguran una larga vida útil.
El mayor reto de OAM
Pero el mayor desafío, recuerdan los hermanos Oliver Galmés, consistió en dotar a la obra de una naturalidad visual que superase su manifiesta complejidad. Alcanzar una verdadera armonía entre los aspectos técnicos, formales y paisajísticos exigió un esfuerzo equiparable a lo anterior. Todo ello influido por el contexto insular, donde la falta de mano de obra especializada, los elevados costes y una más que exigente normativa ambiental convirtieron cada paso en un reto que puso a prueba su ingenio y perseverancia.


Un proceso largo, fiel a la idea inicial de Ca’n Gallineta
Estas intrincadas circunstancias acompañaron el íntegro desarrollo del proyecto, desde los primeros planos hasta la entrega de llaves. Así, Ca’n Gallineta, con una superficie construida de 301 m², se terminó definitivamente en el presente 2025, resultado de un proceso de tramitación extenso y muy riguroso, guiado por la legislación que tutela el suelo rústico mallorquín.

Las licencias se gestionaron en dos fases sucesivas, correspondientes al Proyecto Básico y al Proyecto de Ejecución, trámite que acabó extendiéndose durante la friolera de casi cuatro años. En ese lapso, el diseño fue revisado, afinado y pulido con la paciencia que exigen los dictámenes técnicos del Consell Insular de Mallorca y del Ayuntamiento de Manacor. Aun así, salvando la burocracia, OAM (inaugurado en 2020 y que en la actualidad está compuesto por seis personas, tanto profesionales como en formación) no se apartó ni un milímetro de la idea original que lo guiaba desde el boceto inicial, que acabó materializándose con un valor aproximado de 3.000 euros por m².
Ficha ténica
Nombre del proyecto: Ca’n Gallineta.
Tipología: vivienda unifamiliar aislada y piscina en suelo rústico.
Ubicación: Manacor, Mallorca.
Año: 2022–2025.
Superficie construida cerrada: 301 m².
Estudio de arquitectura: OAM – Oficina d’Arquitectura a Mallorca.
Arquitectos: Toni y Biel Oliver Galmés.
Arquitecto técnico: Joan Brunet Alós.
Constructor: J/H Construcciones Zaouaghi – Construccions Tomeu Ferrer.
Fotografías: Jose Hevia.
Cliente: Toni Biel Oliver.