Simone Bellotti se estrena en Jil Sander con un ejercicio perfectamente ejecutado de minimalismo que resuena con los orígenes de la marca al mismo tiempo que sugiere reinvención y evolución.
La nueva colección de Jil Sander ss26, la primera de Bellotti en el puesto, compone un relato de minimalismo en el que la simplicidad no es síntoma de austeridad, sino un acto consciente de sofisticación y estilo atemporal; incuestionablemente funcional y Bauhaus. Pero, como punto de novedad, se introducen colores estridentes y sutiles experimentaciones que dan como resultado una “simpleza aparente”.
El minimalismo no es carencia, al menos no según Bellotti
Mientras muchas casas se erigían a través de apuestas exageradas e histrionismo, otras entraban a la escena haciendo todo lo contrario; obviamente Jil Sander es uno de estos ejemplos. Los inicios de esta firma han estado delimitados por un fuerte rigor de practicidad, minimalismo y funcionalidad al más puro estilo de la Bauhaus (de hecho, esa fue una de sus inspiraciones). Pero claro, este es un lenguaje que no muchos entienden realmente.
Para muchos, el minimalismo se entiende como una ausencia; una falta; una carencia. Todo en aras de limpiar y de minimizar lo grandilocuente. Pero no es del todo cierto. De hecho, el minimalismo es una filosofía que da mucha más libertad para la creación; solo que no todos los diseñadores tienen el nivel para desenvolverse en ella. Bellotti, sin embargo, puede que sea uno de los maestros contemporáneos de este lenguaje.
Su colección inaugural como regente, Jil Sander ss26, nos da una noción mucho más compleja y evolucionada de lo que se entiende como minimal. Sí, las siluetas y los volúmenes son comedidos; los materiales son sobrios. Pero todo esto sirve como la base sobre la cual se puede experimentar. Y se puede experimentar incluso en un armario tan funcional y enfocado a la cotidianidad como lo es este.
Una oda al minimalismo moderno: Jil Sander ss26
La nueva colección de Jil Sander ss26 solo podría definirse como el armario con el que sueña un amante de lo simple; pero con personalidad. Los looks que abrieron el desfile destacaban siluetas de corte slim y práctico con esenciales clásicos de toda la vida; pero la magia está en los detalles. Los colores de la colección contrastan la típica paleta de colores de la firma con golpes de colores primarios ultra saturados. Los materiales también juegan con lo reduccionista, al añadir textura compleja o transparencia a algo tan simple.
Y ese es el mood general que vemos dentro de toda la colección Jil Sander ss26: base simple y funcional con pequeños detalles de grandilocuencia. Los abrigos, por simples que parezcan, se acentúan en la silueta y las mangas, generando volúmenes más interesantes. Los vestidos se estructuran con ligera arquitectura boxy y utilitaria; los cortes se usan para mostrar sin rayar en lo explícito. Todos son pequeños detalles.
Ojo, lo sensual también tiene lugar dentro de lo minimalista. Jil Sander ss26 lo demuestra a través de básicos reimaginados con sheer transparente y escotes de pico ultra afilados. También, las texturas ayudan a la complejidad: el cuero, el punto y el satén se encargan de que nada se lea como plano; pero tampoco roban demasiada atención. Como dijo Bellotti: “simplicidad aparente”.
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