Louis Vuitton celebra el 130 aniversario del icónico LV Monogram con tres colecciones especiales que rinden homenaje al estampado de la maison y a todo el legado e ideario que se ha construido en torno a él.
El LV Monogram que todos conocemos y veneramos como estandarte del lujo se presentó por primera vez en 1896. Y, desde entonces, ha servido para distinguir las creaciones maleteras y marroquineras de la maison; separándolas de competidores e imitadores al mismo tiempo que construyendo un ideario propio e icónico. Ahora, tantos años después, se celebra este legado de artesanía e innovación a través de tres colecciones especiales, basadas en siluetas que se convirtieron también en iconos por decorarse con el patrón.
El LV Monogram o cómo un print se convierte en cultura de lujo
La historia del LV Monogram es más una leyenda que un mero cuento de historia de moda; y fue un golpe de genialidad que cambió el curso de la historia. Nos remontamos a 1854, al nacimiento de Louis Vuitton como fabricante de piezas de equipaje. Durante esa época, la maison comenzó a experimentar con baúles cuadrados que podían amontonarse unos sobre otros; ese fue su primer gran avance. Pero la mente de Monsieur Vuitton no se quedó allí: también reemplazó el forro exterior de cuero por lona recubierta de cera y logró revolucionar la industria a los pocos años de abrir su negocio.
Pero claro, con estos avances, la marca Louis Vuitton comenzó a sufrir de éxito: muchos fabricantes comenzaron a replicar sus métodos y, con ello, desprestigiaban los diseños originales. Allí es cuando entra Georges Vuitton, el hijo, a escena. Heredero del ingenio de su padre, Georges desarrolla un patrón con el que se decoraba la lona para distinguir los baúles originales, el Rayée Canvas de 1872. Luego, en el 76, el patrón se actualiza con nuevas coloraciones y, para 1888, la maison desarrolla su primer print identitario: el Damier; a cuadros y decorado con “marque L. Vuitton Deposée”.
¿Cómo llega esto a convertirse en el LV Monogram? Con la muerte de Louis Vuitton en 1892, Georges decide crear un motif nuevo para honrar a su padre y al legado (y prestigio) que construyó con la marca. Entonces, inspirado por ornamentaciones góticas y el movimiento del japonismo, creó un patrón que entrelaza las iniciales de su nombre con medallones de flores. El motif comenzó a decorar las creaciones maleteras de la maison desde 1896 y, desde entonces, ha logrado cumplir con la misión de Georges: distinguir los baúles de la competencia y de los imitadores.
Un icono de la moda también
Con el paso de los años y la expansión de la marca Louis Vuitton al terreno de otro tipo de piezas de viaje (y bolsos), el LV Monogram solo cementó aún más su estatus de icono de lujo y artesanía innovadora, al servicio de los viajeros. Pero, con la llegada de las colecciones de ropa de la maison en 1997, el papel del motif pasó de ser un logo a parte del ideario colectivo… incluso para alguien ajeno a estas cuestiones. A través de colaboraciones con artistas y diseñadores o reinterpretaciones propias, este monograma conmemorativo ha logrado marcar tendencia y cátedra de diseño y lujo (aunque sea aspiracional). Y, cómo no, se ha evolucionado hasta convertirse en su propia institución. Institución que ahora se celebra con tres colecciones súper especiales (y limitadas).
La colección LV Monogram Anniversary celebra 130 años de artesanía, innovación y icon status
Para celebrar un hito tan especial como un 130 aniversario, la maison Louis Vuitton ha creado tres colecciones dentro de la gama LV Monogram Anniversary. La primera, Monogram Origine, revisita el diseño original de 1896 a través de una lona de lino y algodón. ¿Qué tiene de diferente esta canvas? Pues, a parte de los materiales y el look de los diseños del monograma, esta gama también introduce el tema de nuevos colores a la cuestión. Y claro, estos nuevos motifs se estampan sobre los modelos de bolsos y marroquinería que se convirtieron en it-bags por llevar la variante original (que se llama Ébène, por cierto).
Sirviendo como homenaje a la artesanía de sus talleres, la gama VVN reinterpreta a estos mismos iconos con un exterior de cuero natural en el color típico de los bordes de sus creaciones de lona. Y, tal y como pasa con estas secciones, los cuerpos van a ir desarrollando una patina única que solo va a mejorar con el tiempo. ¿Dentro? Ahí nos encontramos el LV Monogram original… este range es algo así como un remix de los patrones originales.
Y, cerrando estas colecciones especiales, LV Monogram Anniversary presenta Time Trunk. Esta, a diferencia de las demás, se compone de siluetas icónicas de la maison reimaginadas a través de trampantojos únicos que emulan el look de los primeros baúles de la maison. Y, cómo no, detalles como raspones y magulladuras se pintan a mano para honrar a estas creaciones. Y si el aniversario te inspira en elegir una variante clásica y atemporal, también se encuentran disponibles acompañando a estas versiones especiales.
