
Junior Healy es un creador que ha logrado conectar con su audiencia gracias a un estilo cercano y auténtico. Nos habla de sus pasiones y su visión del mundo.
Aunque es relativamente nuevo en el mundo digital, Junior Healy ha consolidado una comunidad fiel mediante contenidos caseros y podcasts rigurosos. En esta entrevista, nos habla de su proceso creativo, la fama efímera en redes sociales y su visión sobre la reinvención en el cambiante universo online.

Junior, háblame del momento vital en el que te encuentras.
Junior Healy: Estoy bien, la verdad. Todavía estoy asimilando un poco todo este circo. Sigo con cierta ilusión —o desilusión, según se mire— porque soy bastante nuevo en esto. Últimamente he estado en varios eventos: pinché en Razzmatazz y llenamos el aforo; también estuvimos en Donosti.
Tengo proyectos potentes —que todavía no puedo revelar— y ya estoy trabajando en ellos. Mi contenido es muy casero, al estilo Xokas pero con mi toque personal. Siento que ocupo un nicho en Twitch, donde suele predominar contenido más heteronormativo, y yo aporto algo más cercano.
Hace poco le comenté a mi representante que no quiero estar en todos los eventos ni en todos los “circus”; prefiero crecer desde casa. Me he construido así con el podcast y los directos. Cuando participé en la sesión de Razz o en Donosti, alucinaba con la reacción del público, no me lo esperaba.

Ahora está la fama líquida de Tik Tok: perfiles que explotan con 500.000 seguidores y luego desaparecen. A veces me comparo y me siento inferior, pero lo mío es afianzar a la gente; ofrezco contenido más cercano.
La gente que me sigue, lo hace con mucho compromiso. Lo de la pinchada fue un auténtico circo: dos horas haciéndonos fotos, ¡una locura! Nunca había pinchado y esa vez nos pusieron en el escenario principal, con un público muy intenso. Salimos a dar un show, bailamos, cantamos, incluso escupimos al público. ¡Fue una fantasía total!

¿Qué pasará cuando explote esta burbuja de tiktokers, influencers, youtubers…?
Junior Healy: No lo sé. Justo ayer estaba pensando en eso. Con lo que hago, intento afianzar una base sólida. Me preocupa porque siempre he consumido mucho YouTube y veo cómo muchos buscan la fama rápida y luego no son nada. Todo es muy frágil.
Por eso quiero construir una base en YouTube: ahí tengo el podcast, la audiencia y los ingresos; luego está Twitch. Pero las pinchadas y los eventos son muy volátiles.
La pandemia hizo crecer Twitch, pero ahora que la gente ha vuelto a salir, la plataforma pierde fuerza. Si desaparece Twitch o TikTok, habrá que reinventarse.

¿Y cómo? Creo que la clave es ser uno mismo. Si eres auténtico, siempre encontrarás un camino. Tengo una amiga que lleva 8 o 10 años y siempre le salen cosas. No sé si todo explotará, pero si sucede, habrá que reinventarse.
A mí no me agobia tanto, porque ya he trabajado antes: siete años en marketing y otro más en otra empresa. He vivido despidos, jefes complicados, todo ese circo. Eso es currar de verdad, no durante un verano para comprarte un iPhone.
¿Crees en la reinvención?
Junior Healy: Sí, claro. Internet no va a desaparecer; es la herramienta para expandir el mensaje. Siempre está en constante cambio, y hay que adaptarse. También es fundamental que te guste genuinamente crear contenido para poder ajustarte si surge otra red social.
¿No ves similitudes entre las celebridades de Twitter, Twitch o TikTok y los personajes del “Tamarismo”?
Junior Healy: Sí, es un tema recurrente. Todo son olas de moda, picos que suben y bajan. Twitter en 2014-15 era una jungla de humor negro extremo: racista, homófobo, ofensivo… Se llegó a un paroxismo.
Luego llegó el “woke”, un despertar social positivo que mostraba las consecuencias de esos comportamientos. Pero se fue al extremo contrario: antes ser influencer perfecta era mostrar una vida feliz; ahora es estar súper concienciado, denunciarlo todo, aunque no participes activamente.
Se ha vuelto falso y ridículo. La gente se da cuenta de que nadie es perfecto y todos tenemos contradicciones, incluso racismo u homofobia, también dentro de la comunidad gay.
Por eso personajes como Triana Marrash son un desahogo para mucha gente; aunque no compartas todo, te ríes porque su humor tiene un punto de verdad y rompe tabúes.
Cuando alguien de una minoría bromea sobre su comunidad es un alivio, un respiro.
Además, personajes así son rage bait: te encanta odiarlos y eso engancha.

¿Internet tiene memoria?
Junior Healy: Cada vez menos. Tenemos toda la web a mano, pero la cancelación es más débil. Antes era una locura, ahora tiene que ser algo muy fuerte para hundirte.
También porque ahora empatizamos más. El “woke” tiene muchos caminos y todo es “wokeable”: no digas esto, no digas lo otro…
Muchos creadores hacen activismo, lo respeto, pero si solo te quejas en vídeos, cansa.
Además, hay otras preocupaciones: trabajo, precariedad… al final eliges y priorizas.

Háblame un poco de cómo funciona tu canal de YouTube. ¿Cómo seleccionas los temas que protagonizan tus vídeos?
Junior Healy: Al principio lo vi como un proyecto limitado, un híbrido entre contar mis cosas y narrar crímenes en media hora. Cuando haces algo así, tienes que mentalizarte que es un proyecto con límite: seis capítulos de 40 minutos. Si funciona, genial; si no, lo cierras. Como Buenafuente, que hizo muchos programas que no triunfaron.
Empecé contando mi vida porque nadie me conocía y combinaba eso con narrar crímenes. Luego hice directos, contaba cosas ahí, y más tarde podcasts sobre biografías y personas que me interesan, que es lo que más me gusta leer.
Mi interés viene de la infancia: pasaba mucho tiempo solo, viendo películas y leyendo, y creé un universo propio bastante alternativo con muchas referencias.

Con el tiempo me volví más autocrítico y exigente. Ahora, para hacer un vídeo mínimo me leo un libro completo sobre el caso, no solo Wikipedia o noticias. Busco el libro más completo y reconocido, aunque esté en inglés.
Traduzco libros con traductores automáticos, cortando partes porque no puedo traducir libros enteros de más de 300 páginas. Luego tomo notas de libros, documentales y noticias para tener un panorama completo y actualizado.
Con todo eso hago guiones de unas 40 páginas, no literales, sino listas de palabras clave, nombres y fechas para guiarme sin perderme.
Después grabo y edito. A veces tardo una semana o más preparando un vídeo, porque quiero que esté bien documentado y riguroso.
¿De todo lo que investigas para informarte sobre los casos que tratas, hay algo que te haya impactado especialmente?
Junior Healy: Pues, a ver, no diría que me haya impactado algo en particular, porque para mí no suelen ser sorpresas. Me impacta más en el sentido de que, al profundizar en una historia, descubro detalles que antes desconocía, y me gusta ese proceso de ir conociendo más a fondo.
Fotografias: Jesús Leonardo