
Entre la música, la imagen y el espacio, Milo Hammid crea experiencias inmersivas donde lo visual y lo sonoro dialogan, expandiendo los límites entre arte digital y emoción tangible.
Entrevistamos a Milo Hammid (Madrid, 1997), artista visual y sonoro que se mueve entre videoclips, instalaciones inmersivas y proyectos ligados a la moda y la música. Su trabajo ha acompañado a artistas internacionales como Zara Larsson, Ive, Xg o Bb Trickz, y ha colaborado con marcas como Cupra, Dr Jart o Jw Anderson. Con una mirada híbrida, explora constantemente el cruce entre imagen, sonido y espacio físico.

Tus últimos proyectos han sido muy diversos, desde videoclips hasta instalaciones inmersivas. ¿Cómo seleccionas los trabajos en los que te involucras?
Milo Hammid: Que la premisa sea interesante o me rete de alguna manera siempre me motiva. También me importa que conecte con el momento en el que estoy, ya sea por el tema, el estilo o la función que vaya a cumplir mi aportación.
Imagen creada para Zara Larsson.
Participaste en la creación de escenas visuales para Crush de Zara Larsson. ¿Cómo fue el proceso creativo detrás de ese proyecto?
Milo Hammid: Fue una propuesta que llegó a última hora, apenas una semana antes del estreno. Me encantó volver a trabajar con personajes inspirados en el anime, porque fue como empecé. Además, el storyboard coincidía simbólicamente con inquietudes personales, lo que hizo el proyecto más especial.
Ive.
El sonido ocupa un lugar central en tu trabajo. ¿Cómo entiendes la relación entre el diseño sonoro y la experiencia visual?
Milo Hammid: Empecé en 2020 haciendo portadas de mixes y experimentando con imágenes y sonidos. Desde entonces nunca he visto el sonido como algo independiente: cuando empecé con 3D ya lo acompañaba con audio. En algunos proyectos mi aportación ha sido solo sonora, pero siempre lo pienso como parte de un todo.
Este año realizaste una instalación inmersiva para el Cupra City Garage Madrid en su aniversario. ¿Cómo concibes una pieza pensada para un espacio físico?
Milo Hammid: Lo primero fue imaginar cómo animar un video proyectado en cuatro paredes coordinadas. El estilo se inspiró en coding, aunque terminé llevándolo a un terreno más colorido para aprovechar mejor el efecto envolvente. Como la activación era nocturna, pude incorporar momentos tipo strobe sin perder coherencia. Me interesa que la pieza tenga función artística pero también decorativa, que sirva como experiencia inmersiva y a la vez como fondo para un selfie o reel.

Instalación inmersiva para el Cupra City Garage Madrid.
También creaste visuales para un evento de Dr Jart. ¿Cómo cambia tu aproximación cuando el proyecto está ligado a una marca?
Milo Hammid: Siempre investigo el lenguaje visual de la marca y busco un punto de cruce entre sus códigos y lo que me inspira. Es un equilibrio entre lo que esperan y lo que quiero aportar.
Años atrás trabajaste en visuales para los escaparates de Jw Anderson. ¿Qué aprendiste de aquella experiencia?
Milo Hammid: A equilibrar la función del visual para que dialogue con el producto, de forma directa o sutil, pero siempre teniéndolo como referencia principal.
Skydivision.
Más allá de lo digital, ¿qué significa para ti crear visuales para espacios físicos?
Milo Hammid: Me interesa que encajen con el lugar y con lo que va a suceder allí. El espacio condiciona la experiencia, y el visual tiene que sumar y aportar atmósfera.
Has colaborado en proyectos con artistas como Ive, Xg y Bb Trickz. ¿Qué diferencias encuentras entre trabajar en K-pop, hip hop o pop alternativo?
Milo Hammid: Más que el género, lo que marca la diferencia es el universo creativo de cada artista. Cada uno tiene sus códigos estéticos y energéticos, y ahí es donde se puede jugar más o menos.
Imagen creada para Bb Trickz.
¿Crees que hay un lenguaje común entre sonido y visuales o cada proyecto exige una narrativa distinta?
Milo Hammid: Cada proyecto tiene su propio idioma. Aunque hay tendencias, son narrativas distintas que se adaptan a cada universo. No creo que exista un lenguaje común, sino maneras específicas de fusionar elementos en cada propuesta.
A finales del año pasado impartiste una masterclass organizada por el Ied para alumnos de 3D. ¿Qué te aportó esa experiencia?
Milo Hammid: Fue una oportunidad para compartir mi recorrido creativo usando los arcanos del tarot de Marsella como metáfora de las fases que atraviesa cualquier proceso. Este año daré otra: aunque hablar en público no es lo que más me gusta, lo veo como una habilidad que merece la pena desarrollar.
Imagen creada para Neo2 magazine.
También participaste en el festival Times New Vision del Ied Madrid. ¿Qué te aportó esa mesa redonda sobre creatividad, sonido y diseño?
Milo Hammid: Me permitió conocer nuevas perspectivas sobre la escena y los procesos de otros creativos. Fue interesante ver qué conecta a cada uno con la creatividad y cómo influye en su día a día.
Al moverte entre tantos formatos —videoclips, instalaciones, escaparates, visuales para eventos—, ¿dónde sientes que tu trabajo cobra mayor fuerza?
Milo Hammid: Siempre hace ilusión ver cómo algo pasa del monitor de mi habitación al mundo real. Pero cada formato tiene su fuerza: lo importante es la huella que deja, dentro o fuera de una pantalla.
Imagen para Jw Anderson.
¿Cómo manejas el equilibrio entre la experimentación artística y las exigencias comerciales de una marca o artista?
Milo Hammid: Hay que diferenciar entre obra propia y proyectos con un objetivo claro. A veces apetece más libertad, pero también me funciona trabajar dentro de un marco. Lo veo como un puzzle: el control no limita, sino que da coherencia al proceso, algo que en trabajos totalmente experimentales puede dispersarse.
Mirando hacia el futuro, ¿qué territorios creativos te gustaría explorar?
Milo Hammid: No lo planteo como algo previsible. Si conecto con la idea, estaré feliz de participar en cualquier formato que se me presente.