Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoño

Pablo Messiez nos presenta sus dos nuevos montajes, Personas, lugares y cosas y Calentamiento, donde explora el cuerpo, la palabra y el presente como ejes de una experiencia teatral transformadora.

El dramaturgo Pablo Messiez (Buenos Aires, 1974) se sumerge este otoño en dos proyectos clave: Personas, lugares y cosas, con Irene Escolar en el Teatro Español, y Calentamiento, junto a Rocío Molina en Matadero. Dos propuestas que exploran los límites del cuerpo, la palabra y la percepción. Conversamos con el director argentino sobre su proceso creativo, su manera de entender el teatro y las experiencias que siguen marcando su trabajo.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoño

“La propuesta vino de Irene, con quien tenía muchas ganas de trabajar”.

Personas, lugares y cosas aborda la adicción, el colapso y la búsqueda de sentido. ¿Qué resonancias encontraste en él para llevarlo a escena?
Pablo Messiez:
La propuesta vino de Irene, con quien tenía muchas ganas de trabajar. Ya conocía la obra y me interesaba. Coincidió además con que estaba escribiendo Caramel de Les Impuxibles, que también trata el consumo problemático. Fue un año de investigar estas conductas. Me interesa porque el sistema las estimula y luego las castiga, y porque el teatro permite cuestionar cómo miramos las cosas.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoñoEscena de La Voluntad. Foto: Laia Nogueras.

“El teatro debe parecerse más a un concierto o una fiesta, y no a la tele”.

¿Cómo ha sido el encuentro creativo con Irene Escolar? ¿Qué dimensiones del personaje se revelaron a través de ella?
Pablo Messiez: Una fiesta. Apenas empezamos, pero ya disfruto mucho. Me encanta buscar el rasgo único de cada intérprete que redescubra el texto. Contar con Irene es un lujo: tiene una escucha y una entrega impresionantes. Creo que hará una Emma excepcional.

La percepción de la realidad en la obra es inestable. ¿Cómo planteas esa desorientación escénicamente?
Pablo Messiez: Aún no empezamos ensayos formales, solo hemos trabajado traducción y actuación. Pero la idea es que la obra suceda en todos los lenguajes del teatro: luces, espacio, vestuario, sonido. Con Carlos Marquerie, Max Glaenzel, Silvia Delagneau y Óscar G. Villegas quiero que ningún lenguaje esté subordinado. El teatro debe parecerse más a un concierto o una fiesta, y no a la tele. Mi deseo es dejar una marca en el recuerdo.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoñoEscena de La Voluntad. Foto: Laia Nogueras.

“Para mí, la palabra nace del cuerpo, y el teatro se piensa como presencia en espacio”.

Estás trabajando también en Calentamiento con Rocío Molina. ¿Cómo dialoga tu forma de entender la palabra con su cuerpo en constante investigación?
Pablo Messiez: Es un regalo. Coinciden dos estrenos nacidos en momentos distintos, fruto del deseo de dos mujeres a las que admiro. Trabajar con Rocío es un aprendizaje. Para mí, la palabra nace del cuerpo, y el teatro se piensa como presencia en espacio. Por eso trabajar con alguien que parte del cuerpo es un lujo.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoñoEscena de Los Gestos. Foto: Luz Soria.

“Los descubrimientos, para que tengan sentido, deben ser espaciales”.

¿Qué espacio encuentras en Calentamiento para repensar tus límites como director?
Pablo Messiez: Es un salto al vacío. A diferencia de cuando partimos de un texto, aquí vamos más a ciegas. Me encanta alternar ambos modos, los necesito. Con Rocío el proceso ha sido escucha, prueba y error. Y estoy muy feliz con el resultado.

Has dicho que trabajas desde lo que no sabés. ¿Qué desconocés aún de estos proyectos que te sigue empujando a investigarlos?
Pablo Messiez: Calentamiento está entrando en su recta final y Personas… apenas comienza. Del primero ya sé bastante, aunque siempre queda el misterio del público. Del segundo, casi nada. Me gusta entrar sin prejuicios. Los descubrimientos, para que tengan sentido, deben ser espaciales.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoñoEscena de Los Gestos. Foto: Luz Soria.

“Sin presente, no hay teatro”.

En ambos trabajos parece haber una urgencia por habitar el presente. ¿Es un hilo que une tu trabajo últimamente?
Pablo Messiez: No lo había pensado, pero sí. Aunque más que urgencia, es una necesidad serena de estar en el presente. Sin presente, no hay teatro.

¿Qué puede ofrecer hoy el teatro que ninguna otra forma artística puede?
Pablo Messiez: La posibilidad de salir transformado, atravesado por una sensación nueva. Y también, algo maravilloso: quedarnos en silencio un rato, escuchando a otros. Eso hoy es vitamina.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoñoEscena de Las Canciones. Foto: Vanesa Rábade.

“El silencio, una pausa, es oro”.

Tu teatro genera una escucha casi meditativa. ¿Qué papel juega el silencio en tu forma de componer?
Pablo Messiez: El silencio, una pausa, es oro. Porque se hace con el público. Lograr que un grupo sostenga una pausa al unísono es de las cosas más potentes que tiene el teatro.

¿Qué relación hay entre fragilidad y potencia en los cuerpos en escena? ¿Cómo trabajas ese equilibrio?
Pablo Messiez: Creo que toda verdadera potencia tiene un núcleo frágil. Las pienso siempre juntas. Dirigir es estar alerta a la modulación de esas intensidades.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoñoEscena de Las Canciones. Foto: Vanesa Rábade.

“El teatro es un entrenamiento de la convivencia”.

Has hablado del teatro como una forma de cuidado. ¿Cuidar qué, a quién, y desde dónde?
Pablo Messiez: El teatro es un entrenamiento de la convivencia. Intentamos ver cómo estar juntos. Si la circulación de afectos es equilibrada, todo fluye y somos un poco mejores que en soledad. Si se corta, no hay teatro. Al menos, no el que yo quiero hacer.

¿Alguna experiencia como espectador que te haya marcado e influya en tu trabajo?
Pablo Messiez: Varias: Bandoneón de Pina Bausch, Murx de Marthaler, Vinagre de Jerez de La Zaranda, Narices de Hugo Midón, El padre de Alberto Ure… y más.

Pablo Messiez nos presenta sus 2 estrenos para este otoño

“Me resulta rarísimo que haya gente que no necesite hacer teatro”.

¿Cuándo sentiste que tu teatro comenzó a tener una voz propia?
Pablo Messiez: No sé si voz propia, pero creo que empecé a hacer lo que me daba la gana en Los ojos. Y Los gestos me abrió otras formas de hacer. Hay ecos entre ambas.

¿Qué ha cambiado en tu forma de dirigir o escribir desde que llegaste a España? ¿Qué te sigue conmoviendo del oficio?
Pablo Messiez: Antes me centraba en el texto y la dirección de actores. Ahora también en el espacio y el lugar del público. Me sigue conmoviendo la necesidad de reunirse. Juntarse a ver qué hacemos, cómo vivimos, quiénes somos. Me resulta rarísimo que haya gente que no necesite hacer teatro. Todo es demasiado raro como para no pararse a mirarlo. El teatro me permite quedarme ahí, mirando.