
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y TBA21 presentan Escuchando toda la noche la lluvia, de John Akomfrah. Un viaje audiovisual sobre la memoria, el colonialismo y el cambio climático.
Hasta el 8 de febrero de 2026, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza acoge por primera vez en España una exposición de gran escala del artista británico John Akomfrah, coproducida por TBA21. En Escuchando toda la noche la lluvia, el artista convierte el agua, a través de cinco videoinstalaciones inmersivas, en una metáfora del tiempo y la memoria, abordando las herencias coloniales, la migración y la crisis ecológica desde una sensibilidad poética y política.
Todas las fotos: Listening All Night To The Rain, John Akomfrah, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, 2025. Foto: TBA21 – Maru Serrano

Escuchando toda la noche la lluvia
Tras su aclamado paso por el Pabellón Británico de la Bienal de Venecia 2024, Escuchando toda la noche la lluvia llega al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza como una marea de imágenes, voces y ecos del tiempo. En esta obra monumental, John Akomfrah convierte el agua en un archivo sensible de la memoria, un elemento que conecta la historia colonial con la crisis ecológica, la migración con la posibilidad de futuro. Inspirado por un poema del siglo XI de Su Dongpo, el artista concibe la lluvia como un estado de escucha, una invitación a atender lo que aún persiste bajo el ruido del presente.
La exposición, comisariada por Tarini Malik y coproducida por TBA21, ocupa tanto el interior como el jardín del museo, integrando proyecciones y piezas de la colección Thyssen en un diálogo entre lo clásico y lo contemporáneo. Obras de Miró, Fontana o Klein encuentran resonancia en el lenguaje cinematográfico del artista británico, que transforma el espacio expositivo en un territorio líquido donde historia, sonido y materia se entrelazan. Esta colaboración entre Akomfrah y la fundación de Francesca Thyssen-Bornemisza, iniciada en 2017 con Purple, reafirma una alianza que piensa el arte como una forma de atención ecológica y de resistencia poética.

El agua recuerda lo que el mundo olvida
En la obra de Akomfrah fluye como una memoria viva que contiene tanto la belleza como la violencia del mundo moderno. En Escuchando toda la noche la lluvia, el artista británico convierte ese elemento en una entidad narrativa, un cuerpo líquido que recuerda lo que la historia oficial ha intentado borrar. Ríos, lluvias, mareas o inundaciones aparecen como pasajes que enlazan continentes y épocas, trazando genealogías invisibles entre la trata esclavista, los desplazamientos contemporáneos y la devastación ecológica.
“Escuchar la lluvia” no es solo un gesto contemplativo, sino una forma de atención radical hacia lo que suena bajo la superficie del presente. Esa escucha, entendida como acto político, es la que atraviesa toda la exposición. Oír las voces del pasado, las historias de resistencia, los ecos del planeta que se deshace. “La metáfora clave, el símbolo visual fundamental, es la inundación”, explica Akomfrah. “Habla del cambio climático, pero también de repensar lo que ha sido nuestro pasado. Escuchar a tu pasado es un buen ejercicio”.

Cinco Cantos como poema audiovisual
Cada una de las piezas, o Cantos, funciona como un poema audiovisual donde el montaje reemplaza a la narrativa lineal y el sonido se convierte en pensamiento. Las proyecciones, dispuestas en pantallas múltiples, envuelven al espectador en una coreografía de imágenes que van de lo íntimo a lo épico, del documental al sueño. Los archivos coloniales se mezclan con paisajes contemporáneos; los cuerpos diaspóricos emergen entre el ruido del mar o el crepitar de la lluvia.El artista, formado en el Black Audio Film Collective en los años ochenta, continúa aquí su investigación sobre la historia como una materia fragmentada, imposible de contener en un solo relato. Su cine, como su pensamiento, se compone de retazos, de fantasmas, de silencios que piden ser escuchados. En palabras de Akomfrah, “no se trata de mostrar la historia, sino de convocar sus ausencias, sus resonancias, sus reverberaciones”.

Los Cantos son, en ese sentido, composiciones musicales antes que narrativas. Akomfrah construye cada uno como una sinfonía polifónica donde se entrelazan voces, música devocional, discursos políticos y grabaciones de campo. Esta estructura, inspirada en la epistemología acústica del antropólogo Steven Feld, concibe la escucha como una forma de conocimiento. Escuchar, en su obra, equivale a recordar.

El museo como espacio líquido
En su versión madrileña, la exposición se abre al exterior. El primer Canto se despliega en el jardín del museo, invitando a entrar desde la experiencia del sonido y la niebla. Dentro, las proyecciones transforman la arquitectura del Thyssen en un espacio en suspensión, donde las imágenes se expanden como un océano en penumbra. Akomfrah y la comisaria Tarini Malik proponen una lectura sensorial de la historia, una reescritura visual que sitúa al visitante en un estado de contemplación activa. Frente a la saturación de pantallas que domina nuestra vida cotidiana, aquí el vídeo recupera su dimensión casi espiritual. No se trata de mirar, sino de dejarse atravesar por lo que las imágenes y los sonidos evocan.

En diálogo con los Cantos, la muestra incluye una introducción especial con obras de la colección Thyssen-Bornemisza, donde artistas como Miró, Fontana o Yves Klein actúan como contrapuntos simbólicos. Sus gestos resuenan con los temas de Akomfrah: la ruptura, la cicatriz, la vibración de la materia. Así, el museo se convierte en un espacio donde la modernidad y la poscolonialidad se enfrentan y se reconocen mutuamente.

Escuchar como forma de resistencia
Coproducida por TBA21, la exposición prolonga la colaboración entre el artista y TBA21, que desde hace años impulsa proyectos centrados en la ecología, las narrativas decoloniales y la escucha como herramienta de activismo. Esta alianza refuerza el carácter político de la muestra, donde el arte no es solo representación, sino una forma de conciencia. En palabras de Rosa Ferré y Markus Reymann, codirectores de TBA21, “Akomfrah traduce en imágenes lo que la ciencia y la política no logran articular: la dimensión emocional de nuestra relación con el planeta y con la historia”. En esa misma línea, Francesca Thyssen-Bornemisza ha definido la misión de su fundación como “crear las condiciones para escuchar, ya sea al océano, a las comunidades en lucha o a los artistas que hablan de historias olvidadas”.
Esa noción de “escucha como activismo” atraviesa toda la propuesta. Akomfrah entiende el cine como un modo de atención, una práctica de empatía que nos obliga a convivir con los fantasmas del pasado y con las urgencias del presente. Su obra, lejos de ofrecer respuestas, abre un espacio de sensibilidad donde el espectador puede habitar la complejidad del mundo sin reducirla.
El tiempo como materia fílmica
El trabajo de John Akomfrah ha redefinido el lenguaje del videoarte contemporáneo. Desde obras como Vertigo Sea (2015) o Purple (2017), su filmografía compone una arqueología visual del Antropoceno. En Escuchando toda la noche la lluvia, el artista lleva esta exploración a un territorio más radical, donde el tiempo deja de ser una línea y se convierte en una superficie en movimiento.
El montaje, siempre poético, a veces devastador, alterna escenas de belleza extrema con imágenes de violencia histórica. No hay jerarquía entre ellas ya que ambas forman parte de un mismo flujo, una misma memoria planetaria. Su estilo visual, cargado de simbolismo y ritmo, convierte el archivo en una materia viva, capaz de generar nuevas emociones y lecturas.
El crítico Adrian Searle, de The Guardian, describió su instalación en Venecia como “un viaje magnífico y terrible”, una obra “más que inmersiva… desestabilizadora, dolorosa y absolutamente cautivadora”. En Madrid, esa experiencia se amplifica al integrarse en el contexto del museo, donde las imágenes se expanden más allá de las pantallas, proyectándose sobre los muros, los pasillos y, finalmente, sobre el propio visitante.

Escuchando toda la noche la lluvia de John Akomfrah es un proyecto encargado por el British Council para la 60ª Bienal de Venecia, coproducido por Lisson Gallery, TBA21–Thyssen-Bornemisza Art Contemporary y Smoking Dogs Films. Organizado en Madrid por TBA21 y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza podrá visitarse hasta el 8 de febrero de 2026. Más información aquí.
