Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en Terrafilia

Entrevista a Sissel Tolaas, quien transforma la exposición Terrafilia en un museo respirable con frascos de vidrio, ventilación y olores capturados.

Con más de 25.000 olores archivados, colaboraciones con museos y marcas de todo el mundo, y una instalación específicamente encargada por TBA21 dentro de la exposición Terrafilia del Museo Thyssen-Bornemisza, Sissel Tolaas es una figura única en el arte contemporáneo. Su obra es invisible, pero se percibe, activando la memoria, el cuerpo y la conciencia ecológica desde el aire que respiramos.

Foto superior: Terrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en Terrafilia Terrafilia © TBA21. Photo: Maru Serrano

Con una energía desbordante y una pasión contagiosa, Sissel Tolaas nos adentra en su mundo invisible guiado por un sentido especial, el olfato. Este sentido le abrió un mundo a Sissel cuando de pequeña se sintió limitada por las convenciones del lenguaje, por los límites de lo visible, por una realidad que parecía estar diseñada solo para los que sabían mirar. Mientras otros confiaban en la vista para entender su entorno, ella empezó a olerlo. Lo que comenzó como una curiosidad infantil se convirtió con el tiempo en un método radical de conocimiento. Hoy, Tolaas es una de las artistas más singulares del panorama internacional, una figura que se mueve entre la ciencia, el arte, la filosofía y la antropología.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © TBA21. Photo: Maru Serrano

Una artista olfativa en Terrafilia

Ha creado un archivo de más de 25.000 olores, ha colaborado con universidades, museos, marcas y comunidades de todo el mundo, y ha hecho del aire su principal materia de trabajo para activar espacios. Su práctica, que desafía las categorías tradicionales del arte, invita a repensar cómo habitamos el mundo, cómo lo respiramos, lo recordamos y lo sentimos. En un tiempo en el que todo parece acelerado, visual, cuantificable, Tolaas reivindica la lentitud, la escucha profunda y la memoria sensorial. Su trabajo no solo se ve, se huele. A punto de iniciar un proyecto de investigación con elefantes en la India, hablamos con Sissel Tolaas sobre arquitectura, colecciones invisibles y la urgencia de reconectar con nuestros sentidos. Su obra acompaña actualmente la exposición del Thyssen-Bornemisza y TBA21, Terrafilia, en el Museo Thyssen-Bornemisza.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en Terrafilia

El olor como lenguaje

Belén Vera ¿Puedes contarnos cómo empezó todo?

Sissel Tolaas: Desde el principio supe que quería explorar más allá de lo que conocía. Crecí en Escandinavia, en Noruega, rodeada de una naturaleza brutal. Eso te obliga a estar alerta, a usar todos tus sentidos si quieres sobrevivir. Desde muy pequeña fui muy curiosa, hiperactiva y bastante nerd, y aunque en un inicio no sabía exactamente hacia dónde me dirigía, sí tenía claro que quería salir de mi zona de confort. De hecho, quería ser astronauta, pero cuando vi que no podía ir hacia arriba, decidí ir hacia el este. Me lancé a estudiar contextos completamente ajenos, sin referencias, para entender mejor lo que significa ser independiente de todo lo que te es familiar. A lo largo del tiempo fui encontrando un lenguaje propio entre la ciencia, la lingüística, el arte y la vida, y el olfato se convirtió en la interfaz perfecta para conectar todo eso.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

B.V.: ¿Qué te llevó a trabajar con el olor como medio principal? ¿Hubo un momento revelador?

Sissel Tolaas: No hubo un solo momento. Fue una acumulación de experiencias que fueron tomando forma. El olfato es un sentido que usamos sin darnos cuenta, pero que está directamente conectado con la memoria y las emociones. Me di cuenta de que es una forma de conocimiento que no ha sido lo suficientemente explorada, ni en el arte ni en la ciencia. Lo fascinante es que el olor no miente, no se puede apagar como una pantalla, ni se puede ignorar tan fácilmente. El olor es directo, atraviesa, se queda. Y eso me pareció muy poderoso como lenguaje artístico, científico y filosófico.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

Respirar el planeta

B.V.: ¿Crees que el olfato puede ayudarnos a conectar de forma más profunda con la crisis medioambiental?

Sissel Tolaas: Totalmente. Los olores son la forma más antigua de comunicación en la Tierra. Antes del lenguaje, las bacterias ya intercambiaban información mediante moléculas. Hoy seguimos rodeados de estos mensajes químicos, solo que no los percibimos porque hemos dejado de entrenar nuestros sentidos. La tierra, los árboles, los animales… todos se comunican a través del olor. Cuando hueles un bosque contaminado o un suelo muerto, tu cuerpo reacciona antes que tu mente. No necesitas explicación. Y esa reacción emocional puede ser el punto de partida para una toma de conciencia real, más allá de la retórica ecológica o los gráficos.

“Los elefantes son mis animales favoritos porque tienen el sentido del olfato más avanzado del planeta. Tienen 2.500 receptores olfativos, frente a los 400 que tenemos los humanos.” Sissel Tolaas

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © TBA21. Photo: Maru Serrano

Los elefantes como mundo inspirador

B.V.: Has hablado de los elefantes como una inspiración. ¿Qué podemos aprender de ellos en relación con el olfato y el medioambiente?

Sissel Tolaas:

Los elefantes son mis animales favoritos no solo por su enorme inteligencia, sino también porque poseen el sentido del olfato más desarrollado del planeta. Tienen 2.000 receptores olfativos, frente a los 400 que tenemos los seres humanos. Entre otras cosas, los elefantes pueden detectar el agua a más de 20 kilómetros de distancia. Mi gran pregunta es: ¿qué partículas o moléculas específicas presentes en el agua les permiten detectar su presencia? En otras palabras, ¿qué sustancias son responsables de las señales olfativas que su sistema sensorial capta? Comprender esto podría arrojar luz sobre los mecanismos que sustentan sus asombrosas capacidades olfativas. El sentido del olfato ha sido clave para la supervivencia de los elefantes: les ayuda a localizar agua, alimento e incluso a detectar peligros o la presencia de otros individuos. Esta capacidad extraordinaria les ha permitido sobrevivir durante millones de años, demostrando una notable capacidad de adaptación a su entorno, así como una habilidad única para encontrar recursos esenciales y comunicarse eficazmente a grandes distancias. Se trata de un sistema de supervivencia increíblemente eficiente. Y nosotros podríamos desarrollar algo similar si entrenáramos nuestros sentidos con más conciencia. Sin embargo, lo hemos delegado casi todo en la vista y hemos perdido esa conexión corporal con el entorno. Los elefantes nos recuerdan que los sentidos son herramientas de conocimiento y adaptación. Actualmente estoy trabajando en la India con varias universidades, investigando la migración de los elefantes y su capacidad para interpretar el entorno a través del aire que todos compartimos. Es fascinante.

“Entreno mi nariz todos los días como quien entrena su cuerpo: huelo olores concretos y abstractos, juego con combinaciones, hago ejercicios de memoria olfativa.” Sissel Tolaas

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

Procesos de trabajo

B.V.: ¿Cómo es tu proceso de trabajo con los olores? ¿Qué etapas sigues para desarrollar una pieza?

Sissel Tolaas: Mi trabajo empieza con el cuerpo en el territorio. Voy al lugar y recojo las moléculas olorosas directamente del origen: el suelo, el mar, el cuerpo, las plantas. Utilizo tecnología avanzada para “aspirar” esas moléculas, que quedan atrapadas en unos tubos especiales. Luego las analizo en mi laboratorio, el Smell RE_searcLab, donde tengo una base de datos con más de 25.000 moléculas y registros olfativos. Allí replico, reproduzco y realizo análisis químicos forenses más profundos sobre esas grabaciones. Comparo, selecciono y compongo: decido en qué moléculas centrarme y cuáles seleccionar según el propósito específico del proyecto. Es esencial tener siempre presente cómo se comportarán esas moléculas en distintos sistemas de aire y con diferentes volúmenes de aire en los espacios de intervención. Mis historias están suspendidas en el aire: emoción en movimiento. Es como escribir, pero mi alfabeto son las moléculas de olor, y en lugar de leer la historia, se invita al público a respirarla. Utilizo los sistemas de aire acondicionado y ventilación del lugar para activar las moléculas olorosas y ayudarles a narrar. Trato la arquitectura como un organismo orgánico, como un cuerpo: el aire acondicionado es su pulmón, los tubos son vasos sanguíneos, el espacio respira mi historia.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © TBA21. Photo: Maru Serrano

“El aire es un esfuerzo compartido. Cuando la exposición desaparezca, mis moléculas permanecerán y pasarán a formar parte de la “colección invisible del museo””. Sissel Tolaas

B.V.: ¿Qué es exactamente el Smell Lab? ¿Por qué lo creaste y cómo entrenas tu sentido del olfato?

Sissel Tolaas: El Smell RE_searcLab es un laboratorio e investigación centrado en el olfato y la comunicación química que fundé en Berlín en 2004. Está conectado a mi casa; vivo dentro de mi laboratorio, literalmente. El estudio es un espacio donde se desarrollan, investigan y ejecutan proyectos interdisciplinarios. Todos estos proyectos implican el olor de distintas maneras, formas o dimensiones, como parte de un enfoque conceptual, científico y creativo para abordar la realidad en la que vivimos, incluyendo a todas las especies. Entreno mi nariz todos los días como quien entrena su cuerpo: huelo olores concretos y abstractos, juego con combinaciones, hago ejercicios de memoria olfativa. El olfato es un músculo, si no lo usas, se atrofia. Por eso siempre digo que quizás soy el elefante entre los humanos. No he dejado de usar mi nariz, y eso me mantiene alerta, viva y conectada.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

Wherearewearewhere. Un viaje olfativo en Terrafilia

B.V.: ¿Qué buscabas provocar con tu instalación Wherearewearewhere, encargada específicamente por el TBA21 para la exposición Terrafilia?

Sissel Tolaas: No se trataba de perfumar el espacio. Nunca lo hago. Yo invito, nunca impongo. Invito a que la gente se acerque, inhale, contemple. El olor es una experiencia íntima, emocional, muy privada. Respeto eso. Cada molécula de olor cuenta una historia, y yo la uso como si fuera un alfabeto aéreo. En esta exposición, el aire era el hilo que conectaba las distintas obras, los capítulos de una historia terrestre. Y lo que quería era que el público encarnara esa historia de otra manera. No solo que la viera, sino que la respirara, la llevara dentro. Porque el olor tiene esa capacidad: entra en tu cuerpo sin filtros, va directo a la memoria, se queda contigo. Y activa tus emociones en cuestión de segundos. Incluso si no te acercas a oler, las moléculas ya están en el aire. Ya están actuando sobre ti. Así que, lo quieras o no, ya eres parte de ello. El aire es un esfuerzo compartido. Cuando la exposición desaparezca, mis moléculas permanecerán y pasarán a formar parte de la “colección invisible del museo”.

“Tengo una base de datos con más de 25.000 olores recogidos en campo a lo largo de décadas: océanos, cuerpos, suelos, ciudades, violencia, guerra, deseo, naturaleza…” Sissel Tolaas

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

B.V.: ¿De dónde vienen los olores de esta instalación? ¿Cómo los seleccionaste?

Sissel Tolaas: Siempre comienzo con las bases de datos y el archivo en curso. Tengo una base de datos con más de 25.000 moléculas y registros olfativos recogidos en diversos contextos de interés presentes en la exposición, como los océanos, los cuerpos, los suelos, las ciudades, la violencia, la guerra, el deseo, la naturaleza… Cuando empecé a hablar con las comisarias y se empezaron a definir los capítulos temáticos, yo ya estaba trabajando desde dentro del archivo. Sabía qué ideas iban a surgir, así que comencé a buscar en mi base de datos los registros que resonaran con esos conceptos. Algunos ya los tenía, otros los adapté, y otros los grabé de nuevo. Nunca se trata de una reproducción literal: jamás intentaría falsificar un “olor a bosque”. Lo que hago es combinar moléculas registradas y dejar que interactúen entre ellas —una forma de comunicación química— muy similar a lo que ocurre en la naturaleza. Como si fueran notas en una partitura o píxeles en una imagen.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Photo: Hélène Desplechin

Materializando el aire

B.V.: Sobre los frascos de vidrio: ¿por qué esa forma, por qué esa combinación de materiales?

Sissel Tolaas: Los frascos son mucho más que simples contenedores: forman parte integral del mensaje en sí. Elegí trabajar tanto con vidrio industrial como con vidrio soplado a mano para evocar una sensación de dualidad: el contraste entre lo artificial y lo orgánico – el aliento y el fuego – lo técnico y lo sensible. El vidrio es un material vivo; respira. Cada volumen de aire contenido dentro de un frasco influye en el comportamiento de las moléculas, creando una interacción dinámica. El material no solo transmite: participa activamente, casi como si materializara el aire. Esto era algo fundamental para mí, porque quería que el medio encarnara una forma de respiración, de vida y de presencia.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en TerrafiliaTerrafilia © TBA21. Photo: Maru Serrano

Nuevos modelos de profesionalización artística

B.V.: Teniendo en cuenta la originalidad de tus instalaciones y el modo en que trabajas con el espacio y los materiales, ¿crees que también deberíamos repensar los modelos tradicionales de profesionalización artística?

Sissel Tolaas: Nunca he colaborado con galerías comerciales, y fue una decisión completamente deliberada. En su lugar, he buscado asociaciones con científicos, museos, clientes privados, marcas y universidades. Esto me permite vivir de mi trabajo sin estar limitada por un mercado que, con frecuencia, no representa realmente mi visión artística. Actualmente, muchas personas buscan cuestionar y redefinir cómo pueden vivir, trabajar y mantenerse sostenibles los artistas. No todo tiene que convertirse en mercancía ni estar destinado a la venta; nuestros conocimientos y prácticas creativas pueden aplicarse en contextos muy diversos. Somos artistas, pero también pensadores, innovadores y colaboradores, todo al mismo tiempo. Esta multiplicidad no es una debilidad; es una fortaleza profunda. Ya es hora de dejar atrás la ilusión de que los artistas solo sobreviven vendiendo su obra. Necesitamos conversaciones honestas sobre las realidades de crear y prosperar, así como nuevas redes que apoyen modos de práctica más diversos. Reimaginar la profesionalización artística implica abrazar nuevos modelos, basados en la autenticidad, la colaboración y la resiliencia, en lugar de seguir reproduciendo paradigmas obsoletos.

Sissel Tolaas presenta un recorrido olfativo en Terrafilia

Wherearewearewhere, la instalación olfativa de Sissel Tolaas para el museo Thyssen-Bornemisza y TBA21, podrá visitarse dentro de la exposición Terrafilia hasta el 24 de septiembre en Museo Thyssen. Más información aquí