
La polémica está servida: ¿Como es posible que el museo Banksy de Madrid no tenga ninguna obra original del artista?
El desembarco del Museo Banksy en la capital española fue presentado como una oferta cultural que enriquecería la ya amplia oferta museística de Madrid. Sin embargo, la principal crítica no tardó en llegar: ¿un museo dedicado a Banksy sin una sola obra original del artista?

Lo esencial es el mensaje, no la técnica ni la autenticidad.
El promotor del proyecto, Haziz Vardar, ha salido al cruce de las críticas y, en declaraciones a Europa Press, defendió la iniciativa afirmando que “el mensaje del dibujo es lo más importante, no la técnica”. Según Vardar, “todos los mensajes son originales” y, en su visión, el street art es una forma de arte político y de revolución. Aunque reconoce que el original no está aquí, sostiene que la experiencia de ver las ideas plasmadas en las paredes sigue siendo válida para el público madrileño.

Quienes lleguen esperando obras originales o una conexión directa con Banksy se encontrarán con que esta muestra, como cualquier otra que se haya realizado, no está autorizada por el artista. “Banksy no está involucrado o asociado a ninguna exposición que lleve su nombre”, aseguran desde la página web del grafitero.

La idea de este museo nació en 2018, impulsada por Vardar, quien ha reunido a artistas callejeros de Europa para recrear las obras de Banksy.
El creador sostiene que algunos de estos artistas son famosos, otros prefieren el anonimato, pero todos han cobrado por su contribución. La coordinadora del museo, Agustina Guzmán, aporta otra lectura: “la exposición no busca originalidad, sino estudiar y mostrar la trayectoria de Banksy a través de recreaciones que respetan técnica y tamaño. La intención es que los visitantes sientan que están ante una obra, incluso si es una réplica”.

Las reproducciones, según Guzmán, se realizan con exhaustiva fidelidad: recrean las manchas, las grietas, la textura y, en general, “todo se reproduce de igual manera”. La idea es que la experiencia sensorial sea lo más cercana posible a la de contemplar una pieza auténtica. Aun así, Banksy nunca ha autorizado este tipo de iniciativas, y aunque ha vendido piezas a través de Pest Control, siempre ha renegado sobre la mercantilización del arte.

El debate se intensifica al preguntarse si sería más controvertido exhibir obras originales.
Guzmán admite que tener piezas auténticas complicaría la relación con el deseo del artista, y señala que algunas acciones de Banksy implican operativas costosas y riesgos legales. La exhibición, por tanto, se justifica en su posibilidad de democratizar el acceso al arte urbano, permitiendo que el público vea y estudie un conjunto de obras que, en conjunto, recorre la trayectoria de Banksy sin depender de la autenticidad material.

¿Un museo sobre un artista sin obra original, ni siquiera su aprobación?
Lo que cabe sospechar es que esta red de museos sobre Banksy (París, Barcelona, Oporto, Nueva York, Bruselas, Praga, Lisboa y Madrid) ha encontrado un hueco y, aprovechan la postura del propio artista sobre la mercantilización del arte, para obtener pingües beneficios vendiendo tickets y merchandising de la obra del famoso grafitero. Pero esto es solo punto de vista, ¿tú qué opinas?