
El caviar ¡turolense! se ha puesto de moda en Europa. Así es, como lo lees: desde las aguas de Sarrión (Teruel), la firma Esturión de Sarrión ha conseguido, en tan solo tres años, multiplicar su producción de 500 a 8.500 kilogramos.
En las instalaciones de Esturión de Sarrión, 35 trabajadores se dedican cada día a crear un caviar que ha logrado colarse en un mercado reservado, hasta ahora, a los grandes titanes asiáticos. Desde la dirección cuentan con mucho orgullo: “El mayor reconocimiento que puede tener un productor es que otras marcas líderes elijan tu caviar para ponerle su nombre”. Y Javier Domezain Granados, Caviar Master y Key Account Manager, apunta: “En un sector dominado por grandes productores chinos, poder competir desde Teruel es un logro enorme”.

Expansión internacional del caviar de Esturión de Sarrión
Pero Esturión de Sarrión no se conforma y considera prioritario reforzar su marca. La empresa prevé que el 30% de su producción se comercialice bajo el sello Esturión de Sarrión, con la mirada puesta en alcanzar entre 15 y 20 toneladas de caviar anual.


El secreto está bajo el agua de Teruel
¿Y cuál es el secreto de su éxito? Parte de la magia está sumergida. Su piscifactoría, un complejo tecnológico escondido entre los pinares, se abastece de tres entradas naturales -una de pozo y dos fluviales- que garantizan un flujo continuo de agua pura. “En la mayoría de las piscifactorías, el agua se recircula; nosotros trabajamos con un sistema de ciclo abierto, donde el agua fluye constantemente desde el manantial hasta el río”, explican.


Cada semana salen entre 250 y 300 kilos de caviar fresco, sin tratamientos térmicos ni esterilización. Así logran una textura firme, un sabor limpio, sin rastro de notas terrosas. Un manjar que ya ha conquistado a chefs, distribuidores y hasta a Qatar Airways, que lo sirve en su clase Business. No está de más mencionar que detrás del brillo de esta delicatessen hay un equipo curtido en proyectos pioneros como Caviar de Riofrío o Caviar Per Sé.