Carmina, con más de 100 años de historia, es la marca de zapatos con artesanía española. Sandro Albaladejo, su actual director, se encarga de que el diseño siga el estilo que demanda el street style, sin perder el ADN original.
Carmina Shoemaker es una marca de zapatos con artesanía española, reconocida por su calidad, diseño clásico y atemporalidad. Fundada en Mallorca en 1866, sigue activa hoy en día gracias a su adaptación a las tendencias actuales y al uso de técnicas como el cosido Goodyear, que garantiza su durabilidad. Estos valores se refuerzan con la dedicación familiar que continúa bajo la dirección de Sandro Albaladejo, actual director de Carmina Shoemaker. Hemos hablado con él.
Fotografía de Sandro Albaladejo, actual director de Carmina Shoemaker. Crédito @carminashoemaker
“La idea no es abrir por abrir, sino consolidar una red selecta de tiendas que representen fielmente la filosofía Carmina”
Perteneces a una de las sagas zapateras más importantes, cuyo origen se remonta a 1866. ¿Sientes presión a la hora de continuar con la tradición?
Más que presión, siento una enorme responsabilidad y orgullo. Formar parte de una familia que lleva más de 150 años dedicada al oficio del calzado implica ser respetuoso con el legado recibido, pero también ser capaces de evolucionar. Trabajamos para mantener vivos los valores fundacionales —la calidad, la honestidad en el trabajo y el respeto por la artesanía— adaptándolos a un cliente que hoy busca autenticidad en el producto.
La situación del mercado del calzado actual no tiene nada que ver con la de los inicios de la marca. ¿Cómo se adapta Carmina Shoemaker a estos nuevos cambios?
El mercado ha cambiado notablemente, hoy el cliente es global, informado y muy exigente. En Carmina hemos trabajado para adaptarnos sin perder nuestra esencia. Apostamos por la omnicanalidad, una presencia digital sólida y una relación directa con el cliente final. Nuestra tienda online y el personalizador 3D nos permiten ofrecer un servicio hecho a medida a cualquier parte del mundo, manteniendo el mismo nivel de atención que en nuestras tiendas físicas.
Todos los zapatos están diseñador y fabricados en Mallorca.
“En un entorno global, mantener la autenticidad, la consistencia del producto y la proximidad con el cliente es un desafío constante”
Carmina cuenta con dos fábricas en Mallorca donde todo se elabora de forma artesanal. ¿Es difícil mantener este método de trabajo en un mundo tan rápido y globalizado?
Sin duda, es un reto. Pero es también lo que nos diferencia, fabricamos en Mallorca el producto en su totalidad como lo hicieron las generaciones anteriores. En un mundo que tiende a la inmediatez, nosotros elegimos la precisión, la calma y el respeto por el proceso, es algo inherente a nuestra historia que, sin duda, está profundamente ligada a la idiosincrasia mallorquina. Cada zapato requiere decenas de manos expertas, más de 100 personas están involucradas en la confección de un par de Carmina. Es una forma de producción que no puede ni debe acelerarse, porque en ella reside la autenticidad que el cliente espera de nosotros.
Bajo la gestión de vuestra familia, la marca ha crecido internacionalmente reforzando su presencia en ciudades como Tokio, Londres o Luxemburgo. ¿Cómo es el público de allí? ¿Qué diferencias encuentras con el español?
Cada mercado tiene su sensibilidad. Tokio, por ejemplo, el cliente es extremadamente conocedor del producto y valora la perfección técnica, sin duda el cliente más exigente a nivel global. Londres, se aprecia la elegancia discreta y el savoir-faire europeo. En Luxemburgo, hemos encontrado un cliente internacional con gusto por lo clásico y la personalización. España, en cambio, existe una conexión emocional más fuerte con la historia de la marca y el orgullo por lo artesanal. Todos comparten algo esencial: el aprecio por la calidad genuina. También tenemos una fuerte presencia de clientes procedentes de Latam en nuestra tienda de Madrid.
En Carmina todo el proceso de fabricación es 100% artesanal.
“Formar parte de una familia que lleva más de 150 años dedicada al oficio del calzado implica ser respetuoso con el legado recibido”
Además de estos países, ¿se prevé la llegada a otros mercados?
Sí, estamos analizando aperturas estratégicas en Europa y Norteamérica, especialmente en ciudades donde el cliente de busca productos auténticos y duraderos y exista un buen conocimiento de la marca. También exploramos Oriente Medio y Asia, donde el interés por el calzado artesanal europeo sigue creciendo, estamos bien representados en Arabia Saudí, en Thailandia, Corea del Sur, etc.. La idea no es abrir por abrir, sino consolidar una red selecta de tiendas que representen fielmente la filosofía Carmina. Después de consolidar las tres aperturas actuales nos vamos a centrar en el mercado alemán, Munich o Hamburgo serían las primeras ciudades a las que nos encantaría llegar.
Sin abandonar la artesanía y la calidad, en Carmina se ha introducido nueva tecnología. ¿Nos puedes contar cuáles?
La tecnología, bien aplicada, puede convivir y reforzar la tradición. Hemos desarrollado un personalizador 3D que permite al cliente diseñar su propio par y visualizarlo en tiempo real con un nivel de detalle altísimo. También empleamos sistemas de escaneo en nuestras boutiques para realizar mediciones precisas del pie, lo que garantiza un ajuste perfecto incluso en pedidos personalizados, es el Bespoke by Carmina. En la fábrica, la digitalización de procesos nos ayuda a optimizar la trazabilidad sin interferir en el trabajo manual, invertimos en tecnología para ayudar a nuestros artesanos a realizar su trabajo.
Al igual que la artesanía, el estilo y las tendencias están presentes en Carmina.
“Con autenticidad, nos mostramos tal como somos, una empresa artesana mallorquina centenaria que trabaja desde la autenticidad”
¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta Carmina en la actualidad?
Diría que equilibrar crecimiento y coherencia. En un entorno global, mantener la autenticidad, la consistencia del producto y la proximidad con el cliente es un desafío constante. Nos motiva enormemente ver a las nuevas generaciones en nuestras tiendas disfrutando del producto. Pretendemos, sin diluir nuestra identidad, comunicar los valores del lujo silencioso: tiempo, oficio y legado.
Desde la marca se plantea llegar a un total de 10 a 12 tiendas en los próximos años. ¿Cómo se llevará a cabo este proceso?
Nuestro crecimiento es orgánico y muy meditado. Cada apertura responde a un estudio profundo del mercado, del perfil del cliente y de la viabilidad operativa. Priorizamos ubicaciones y espacios que transmitan nuestra esencia: diseñamos internamente nuestras tiendas con materiales maderas de alta calidad, calma y atención a los detalles que caracterizan nuestra marca. Además, nuestras tiendas no solo venden zapatos, sino que cuentan historias, mostrando el proceso artesanal y la cultura que hay detrás de cada par, desde mi punto de vista nuestras tiendas reflejan a la perfección el carácter y los valores de la marca.
Las redes sociales son fundamentales para que las empresas con historia conecten con los más jóvenes. ¿Cómo se trabaja este aspecto en Carmina?
Con autenticidad, nos mostramos tal como somos, una empresa artesana mallorquina centenaria que trabaja desde la autenticidad. Mostramos el proceso real, los talleres, los artesanos y las materias primas, de máxima calidad importadas desde Francia, Inglaterra o el cordovan de Horween Chicago. En redes, la transparencia y la coherencia son clave. Nuestra comunicación busca inspirar y transmitir al público joven lo que significa un zapato bien hecho, sin artificios ni excentricidades. También usamos plataformas como Pinterest, TikTok o YouTube para acercar el valor del oficio a nuevas audiencias globales.
A nivel personal y profesional, ¿dónde os gustaría llevar la marca?
Nuestra visión es trabajar para que Carmina sea reconocida a nivel internacional como una de las casas artesanas españolas de mayor prestigio, no solo por la calidad de sus productos, sino por su integridad. Queremos que siga siendo una empresa familiar moderna, con alma, que inspire respeto por el trabajo bien hecho. Que esté presente en las principales capitales del mundo, pero sin perder su raíz mallorquina.
¿Qué planes tiene Carmina para 2026?
2026 será un año de consolidación. Queremos reforzar el segmento bespoke y el lanzamiento de una nueva línea premium, ampliar el alcance del personalizador 3D y seguir explorando colaboraciones con marcas afines a nuestra filosofía. Como comentando anteriormente, a principo del 2026 inauguraremos en Tokio y en primavera prevemos una nueva apertura en una capital alemana. Todo ello sin perder de vista lo esencial: seguir fabricando en Mallorca, con las mismas manos y la misma pasión de siempre.
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