REEBOK ONE SERIESTODA UNA RUNNING EXPERIENCE

¿Qué plan se puede tener un miércoles por la noche? Quizá una cena con amigos, una película en el sofá o el omnipresente partido de Champions. O puede ser una alternativa a estos “clásicos”. Precisamente esto último es lo que debieron pensar los chicos de Reebok, cuando decidieron como querían dar a conocer al gran público su última creación: las One Series. Pero tratándose de la marca inglesa, no iban a ser unas breves palabras y un folleto explicativo. No, desde luego que no. Iba a ser algo más: One Series Running Experience Barcelona 2013. ¿Y por qué Barcelona? La sombra de la capital barcelonesa es alargada en materia de moda. Ese aura bohemia, liberal y desenfadada que proyecta la ciudad, no solo en el país, sino, sobre todo, a nivel europeo, hacen de Barcelona el lugar idóneo para canalizar los esfuerzos de las marcas en llegar a un público general cada vez más exigente. Y en el running no iba a ser diferente. El creciente interés por la “vida sana”, el auge de los deportes de resistencia, como el triatlón, el trail o las marchas cicloturistas, han hecho que el segmento de deportistas “aficionados” crezca de manera exponencial. Y allí donde hay una necesidad, las marcas saben cómo ofrecer soluciones. Barcelona, núcleo urbanita por excelencia y epicentro de nuevas tendencias es un lugar perfecto para “atacar” al deportista Fitness, que a la postre es el verdadero consumidor de mercado. Aunque para ser sinceros la elección del lugar del evento fue de libro.

REEBOK ONE SERIES

Sales del metro en Plaça Espanya, y la primera imagen con la que te topas es la de un imponente palacio al final de un largo tramo de escaleras. Quizá impensable para un barcelonés no identificarlo a la primera, pero supongo que excusable en un foráneo en su segunda visita, de ocio, a la Ciudad Condal. Está claro que debe ser aquí, es lo que pienso enseguida. Y efectivamente ahí era. La terraza del MNAC. Lugar en el que se nos citaba a los 150 afortunados invitados al evento. Primeras fotos al lugar, conscientes de la belleza de semejante enclave. Subir las escaleras y tener esa sensación de querer estar arriba porque sabes que la imagen que está a tu espalda va a ser digna de mención, es algo que merece la pena para un neófito en la capital barcelonesa. Y no defrauda. Una foto que parece preparada, para dibujarte una línea imaginaria que atraviesa toda la ciudad para ir a parar al monte Tibidabo. Nada más llegar se nota que los chicos de Reebok han querido darle un marcado signo deportivo al evento, la gran mayoría de los asistentes, equipados con su ropa de “faena”, esperando a pasar y ver que depara el interior del museo. Y no era para menos, nada más abrirse el acceso, es fácil darse cuenta el nivel de marketing que pueden alcanzar ciertas multinacionales. El simple hecho de poder acceder, en exclusiva, a la sala oval del MNAC, certifica el nivel que quería marcar la marca fundada, allá por 1895, en Bolton. El primer momento de la noche llega cuando una de las azafatas te entrega el preciado “botín”, las One Series en persona. Desde el primer momento te das cuenta de que es una zapatilla hecha para un primer flechazo. Con un diseño tricolor y una forma muy estilizada, enseguida capta tu atención, y por primera vez, debo decir que el modelo para hombre me parece más atractivo que el de mujer, esto en el mundo del running podría considerarse discriminación positiva.

REEBOK ONE SERIES

Una vez enfundados en el traje de guerra, amablemente obsequiado por la organización, los atletas profesionales invitados por Reebok empiezan una sesión de calentamiento previa a la carrera. Empiezan las primeras risitas, y miradas de reojo, del tipo “¡Ah! ¿Vamos a correr de verdad?”. ¡Sí, señor! Antes de salir a la noche de Barcelona, el Staff técnico de Reebok nos hace una pequeña introducción a la tecnología y bondades de la zapatilla. Y por segunda vez se constata el saber hacer de la marca en materia de Marketing, con una explicación sencilla, sin tecnicismos excesivos, conscientes de que son unas zapatillas para llegar al gran público y no al segmento más especialista. Aunque hay que decir que se nota que la gente ha ido a probar el asfalto y tierra de Montjuic. Porque casi sin darnos tiempo (intento acercarme al Brand Manager para hacerle una consulta), nos sacan en tres grupos a la terraza. ¡Esto empieza ya! El plato fuerte de la noche, cuatro kilómetros por Montjuic, probando las diferentes “facciones” de las One Series. Un recorrido maravilloso para alguien que no sea de Barcelona, e incluso me atrevería a decir que para un autóctono también, rodear el Estadio Olímpico, pasar por debajo de la mítica antorcha que estuvo encendida durante el verano de 1992, y afrontar de nuevo las escaleras de subida al MNAC, es un plato de agradable digestión. Más cuando los monitores tienen la lección aprendida y no te dejan respirar ni un segundo, no puedes apartar tu mente de las sensaciones que te van transmitiendo las zapatillas.

REEBOK ONE SERIES

En un trabajo inteligente, Reebok crea una zapatilla para el segmento del Fitness Runner, consciente del auge del running como deporte urbanita, y de su exponencial crecimiento en las tendencias de moda, con toques de zapatilla “pro”, para darle ese extra que te decide a comprar una u otra cuando le empiezas a coger el gustillo a esto de “salir a correr”. Las One Series no son solo un bonito diseño. Son ligeras, más cómodas que las zapatillas de segmento similar y con un “Strap” central que sujeta el talón perfectamente, estabilizando la pisada. Además, el sistema triple de espumas tiene un comportamiento muy bueno en diferentes terrenos. Talonan bien. Estabilizan bien. E impulsan mejor. No son zapatillas para entrenos largos, ni para corredores más avezados. Reebok lo sabe, pero estoy seguro que no le importa. Porque al llegar de nuevo a la terraza del MNAC, con los invitados felices por el esfuerzo del largo tramo de escaleras, la marca inglesa sabe que acaba de granjearse el amor incondicional de muchos que habían llegado calzados con zapatillas del bando contrario. Y eso hay que saber reconocérselo. Para rematar, un cocktail sencillo y la oportunidad de charlar con muchos de los allí presentes, para intercambiar parecidos, elogios, las “odiosas” comparaciones y un par de bocados de pasta rellena de pera y ricotta que estaba buenísima. El último guiño de Reebok a una noche en la que sabía de antemano que venía a ganar. Un escenario incomparable, una organización a la altura de las circunstancias, pero sobre todo la elección del público. Hizo que la experiencia de calzarse unas One Series fuese una excusa más para añadir esta marca a la lista de favoritas. ¿Llegar el primero o llegar más lejos?. En Reebook ya sabían que terminaríamos por #correconventaja.

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