Álex De la Iglesia: su estilo y mejores películas

Descubre la obra de Álex de la Iglesia: estilo cinematográfico y la recomendación de sus mejores películas.

Presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, director, productor, escritor y uno de los cineastas más importantes del cine nacional. Reconocido y galardonado en festivales como el de Venecia o los Premios Goya, Álex de la Iglesia es uno de los genios de la etapa actual del séptimo arte español.

Álex De la Iglesia: su estilo y mejores películasÁlex de la Iglesia es uno de los cineastas españoles más reconocidos a nivel nacional e internacional. Vía Instagram.

Natural de Bilbao y nacido a finales del año 1965 acumula en su filmografía títulos como El día de la bestia (1995), Crimen Ferpecto (2004), Balada triste de trompeta (2010), o El bar (2017). Amante incondicional y apasionado de la comedia negra, filósofo de formación y cineasta y artista de vocación. Álex De la Iglesia se ha convertido desde su debut con Acción mutante (1993) en uno de los nombres más importantes del cine español de los últimos tiempos. No te pierdas el análisis de su obra y mejores películas que conforman la misma.

El estilo cinematográfico de Álex de la Iglesia se torna de forma natural hacia la enajenación casi alucinatoria. Un frenesí de estímulos que llevan a los personajes y las tramas a una fantasía únicamente existente en su mente. Su habilidad para plasmar su imaginario creativo es increíble. Terror y comedia a partes iguales en una forma retorcida y única de llevarlas a cabo a la gran pantalla. Relatos que tienden al maximalismo, llenos de elementos que a veces rozan lo absurdo sin perder la cordura y el sentido, o al menos no dentro de su universo y filmografía. No te pierdas ninguno de los relatos audiovisuales que conforman nuestra recomendación:

1. El día de la bestia (1995). El terror de Álex de la Iglesia, premiado en los Goya del 96.

El día de la bestia es una de las películas más famosas de Álex de la Iglesia, y una de las mejores de toda su filmografía. Sin duda alguna, se merece este puesto por combinar la risa con el terror de una forma magistral como no se ha vuelto a hacer. Apocalipsis, ciencias ocultas y ritos satánicos en esta comedia maligna protagonizada por Álex Angulo y Santiago Segura. Un cura  fanático de la música metal encuentra el secreto de la profecía del fin del mundo y el maligno se le aparece materializado en macho cabrío.

2. La comunidad (2000). Una de las mejores películas de comedia negra de la historia del cine español.

Con Carmen Maura como musa protagonista, La comunidad se presenta como un relato que fluye entre lo policiaco y la tragicomedia para sorprender al espectador. Una película con un reparto extenso en el que una mujer que trabaja en una inmobiliaria encuentra el cadáver de un hombre, junto con una gran suma de dinero. ¿Qué debe hacer con él?, ¿cómo se lo lleva? Una película coral entretenidísima llena de actores reconocidos como Kiti Mánver, Emilio Gutiérrez Caba o Eduardo Gómez con la que no dejarás de reír.

3. Crimen ferpecto (2004). Una comedia negra perfectamente ejecutada, y de sus mejores películas.

Álex de la Iglesia sorprendió en el año 2004 tanto a público como a crítica con este thriller cómico. En este, un hombre, interpretado por Willy Toledo, acaba con la vida de un compañero de trabajo sin quererlo y se ve obligado a encontrar una salida. Un crimen “ferpecto” que convierte este retrato surrealista y extravagante en una comedia negra vestida por la dirección del afamado cineasta vasco. Destaca su ejecución y la originalidad de trama y personajes.

4. Perfectos desconocidos (2017). El gran taquillazo de Álex de la Iglesia.

Se trata de una obra adaptada de la cinta italiana “Perfetti sconosciuti” de de Paolo Genovese y se ha convertido en la película más taquillera del director español con más de 20 millones de euros recaudados. Con un elenco lleno de caras conocidas presenta una historia en la que un grupo formado por varias parejas se reúne para cenar. La velada se ve alterada por un juego, dejar los móviles encima de la mesa y compartir todas las notificaciones recibidas en alto. ¿Qué puede pasar? Una película efectista pero comercial que no abandona la seña de identidad del director, creada para entretener y no tanto para sorprender.