BocaCalle

Cuando el street food se encuentra con la gastronomía española tradicional.

No nos engañemos, hasta hace muy poco lo más parecido que teníamos en España al concepto de street food se limitaba a las tapas que acompañan a la cerveza que nos tomamos en una terraza. Sin embargo, en el resto del mundo, comer por la calle es una práctica habitual que va mucho más allá de los puestos de perritos calientes que nos han enseñado las películas de Hollywood. Gracias a la eclosión de los food trucks -presentes en cualquier evento al aire libre que se precie- empezamos a conocer y degustar la infinita variedad de comida callejera que ofrece la cocina internacional, pero seguimos echando en falta un plato con nuestro carácter.

Con el propósito de poner remedio a esta situación llega BocaCalle, un nuevo restaurante que acaba de abrir sus puertas en el centro de Madrid. Su propuestas es clara: adaptar lo mejor del street food internacional a la gastronomía española. O en otras palabras, reinventar los platos más tradicionales de las distintas cocinas utilizando productos de nuestra tierra, dando nuevos sabores a formatos conocidos. El responsable de esta idea es Dani Álvarez, un joven chef que además de formarse al lado de nombres tan importantes como el de Martín Berasategui ha conocido de primera mano las cocinas de una multitud de países, y cuyo trabajo tras los fogones se puede ver en directo gracias al formato de cocina abierta o showcooking.

BocaCalle

La carta de BocaCalle es sencilla: algo mas de una docena de platos -postres aparte- pensados para comer con las manos y compartir, donde ya desde el nombre se vislumbra su particular filosofía. Así, de entre todos los platos destaca el Estofa-Dog, una suerte de perrito caliente donde la salchicha se sustituye por carrillera ibérica a baja temperatura, conservando todo el sabor y aportando la jugosidad que la versión original no tiene. Se acompaña además de un ketchup hecho a base de salsa kimchi que le da un divertido toque picante. Muy disfrutable es también la reinvención del clásico Fish and Chips, con cazón en adobo y papa arrugada, ambos perfectamente cocinados y que sin más añadidos funcionan a la perfección juntos. Algo más complejo es el Astur-Taco, con carne picada de cerdo ibérico, fabe asturiana y guindilla tailandesa, de sabor fuerte e intenso no apto para paladares delicados. En el apartado postres, sobresale la crema catalana con sopa de manzana ácida y yuzu con peta-zetas, una curiosa mezcla que resulta más suave de lo que aparenta.

Acorde con el espíritu callejero de sus platos, la decoración de BocaCalle se basa en la arquitectura urbana. Diseñado por el estudio de arquitectura More & Co, el espacio se divide en dos zonas: una más abierta e informal, presidida por la cocina abierta, donde apetece sentarse a tomar algo de manera rápida; y otra más íntima y recogida, donde las paredes son un gran mural diseñado por el colectivo Boamistura. Además, su horario de apertura, desde mediodía hasta las dos de la mañana permite poder disfrutar de su cocina durante casi todo el día, como si de un puesto ambulante se tratara.

A pesar de llevar abierto muy poco tiempo, prometen evolucionar su carta continuamente para dar espacio a nuevas ideas y propuestas, así que si lo quieres probar te recomendamos que te acerques cuanto antes, merece la pena.

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BocaCalle

  • Dirección: Santa Teresa, 2 (Madrid)
  • Teléfono: 916 225 915
  • Horario: M-S 12:00-02:00 / D 12:00-16:00 / Lunes cerrado
  • Precio medio: entre 15 y 20 euros por persona

www.bocacallest.com
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BocaCalle

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