BAJO TIERRA
No tengo ni la menor idea de qué se siente, si es que se siente algo, cuando mueres y te dan sepultura. De cajón. Lo que sí sé es que no me apetece mucho que ocurra en un futuro cercano y que no soy fan de las películas de terror (porque no consigo dormir con la luz apagada en semanas después de verlas). Así que mis reticencias a ver esta película eran muchas y variadas. Pero sabía que Rodrigo Cortés (cineasta barcelonés) había levantado al patio de butacas en los últimos Festivales de Sundance y Toronto. Si hubo una peli que la clavó en Sundance fue ésta. Se los llevó de calle vamos. Antes había parido dos cortometrajes muy bien recibidos y “Concursante”, largo protagonizado por Leonardo Sbaraglia, que, cuanto menos, era interesante. Después se embarcó en esta Odisea, “Buried”, para parir el thriller más inquietante del 2010. Eso es “Enterrado”: una descarga de adrenalina de hora y media en la que el espectador se ve recluido y encerrado junto al protagonista (Paul Conroy, un contratista civil en Irak al que entierran vivo en un ataúd de madera) sin poder salir de semejante localización. Con momentos de angustia y alta tensión asegurados. Agárrate.
Ya, lo sé, suena a frikilandia. Yo pensaba lo mismo antes de entrar. Menudo coñazo hora y media soportando al marido de Scarlett “Pepona” Johansson en un ataúd intentando salir. Me interesa cero. Pero no es que te muerdas las uñas, es que te comes los hombros del de al lado. No es que se te haga corta, es que es un suspiro. Desde los títulos de crédito (a la Saul Bass-Hitchcock) sabes que has entrado en un parque de atracciones oscuro y maldito. La capacidad de Cortés de rodar y planificar está más allá de toda duda con este ejercicio de estilo y contenido que es toda una aventura en sí misma, sin salir de una caja, por supuesto. Ahora llega a las pantallas de todo el mundo (como si de una película americana se tratase, aunque todo el equipo técnico es básicamente catalán) “Buried (Enterrado)”. La película que está destinada (como ya ocurrió en los Festivales en los que se presentó) a ser el sleeper del año. Que va a hacer un porrón de dinero entreteniendo al personal, que es de lo que se trata algunas veces. Y para qué engañarnos, no siempre hay porqué ir al cine a ver Bergman con subtítulos.
Buried se estrena en cines el 1 de octubre.