Cambio Climático Collection

Sabemos que la industria de la moda, como todas las industrias, influyen en el cambio climático. Pero, ¿sabemos cómo influye el cambio climático en la moda?

Si la moda fuese agricultura y John Galliano fuese un célebre granjero vestido con un peto vaquero y un sombrero de paja, el momento de la cosecha podría equipararse al comienzo de la temporada otoño invierno. Ese momento clave para la subsistencia de nuestros campos (aka. nuestras tiendas) llega cuando bajan las temperaturas, vuelve a empezar la rutina de trabajos y colegios y todos corremos a comprarnos jerseys, cazadoras y abrigos. Pero, de la misma forma en la que la catástrofe golpea a la agricultura cuando una granizada destruye el trabajo de meses, los cambios inesperados en el clima también pueden llevarse por delante el trabajo de un diseñador y de todo el equipo detrás de su marca.
Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, Julio de 2015 fue el mes más cálido de la serie histórica, superando en 2,8 ºC los valores normales de las temperaturas máximas para este mes y batiendo el record de temperatura media mensual. Un mes de Julio extremadamente cálido, un verano extremadamente cálido, un otoño extremadamente cálido, que llegó mucho más tarde de lo normal y en el que nadie se ha puesto (ni se ha comprado) el abrigo.
Como consecuencia, muchos cambios en la cosecha. Las prendas de Otoño comienzan a hacer falta a primeros de Diciembre y las primeras ventas de las colecciones de Invierno casi se solapan con las rebajas y con las compras de los regalos de navidad. Tres momentos del año que suponían puntos clave en cuanto a ingresos para la industria de la moda, se concentran ahora en un único mes. Las campañas de publicidad se retrasan, dejando de ser Septiembre el mes clave, y las colecciones de otoño tienen que adaptarse al calor introduciendo prendas típicamente veraniegas, como camisetas de tirantes o cardigans finos de algodón con los que los consumidores jugamos al juego de vestirnos con un millón de capas que nos iremos quitando a lo largo del día. Porque hace frío cuando vamos por la mañana a trabajar, pero calor cuando paramos a comer.

———————————
Arriba y Abajo: Foto campaña Primvaera Verano 2016 de Raw For The Oceans de G-Star con tejidos elaborados con un fibra creada a partir del plástico reciclado de los oceanos
———————————

Cambio Climático Collection

Marcas: cómo adaptarse al clima.

La primera posible solución nos conduce directamente al fast fashion. Si las temperaturas cambian de forma impredecible, la rapidez en la producción es clave para poder adaptarse a las necesidades del cliente. En este momento aumentar el número de colecciones es primordial, algo que no se les ha pasado por alto a las grandes corporaciones. Esta podría ser una de las razones detrás de la creciente proliferación de colecciones de entretiempo, precolecciones y colecciones crucero entre las marcas de alta moda, que han pasado de organizar un desfile por temporada a subirse a las pasarelas hasta en cuatro o cinco ocasiones cada año. Un aumento en la producción que supone grandes esfuerzos para una industria detallista y de lujo como la de alta costura, pero que funciona de forma natural para las cadenas de moda rápida. “Actualmente, nuestras tiendas ponen a la venta nuevas propuestas cada semana, generando una oferta muy variada y en permanente cambio para conseguir la máxima adaptación al mercado” afirma un representante de Inditex cuando le preguntamos cómo se adapta su empresa a los cambios en el clima.
Pero traer ropa nueva a las tiendas todas las semanas, o todos los meses, es una solución que no está al alcance de todas las marcas y, en estos casos, diseñar de forma inteligente se vuelve vital. El diseño debe adaptarse a los pequeños cambios de temperatura que se suceden de forma casi aleatoria a lo largo del año. Esto supone una menor posibilidad de cambiar el estilo entre temporadas y explica la reciente aparición de prendas de abrigo en las colecciones de Verano, así como prendas de tejidos más frescos y ligeros en las colecciones de otoño. “Las colecciones han de cubrir un amplio rango de situaciones climáticas. Esto significa una gran variedad de prendas en términos de ‘peso’, (desde lo más ligero hasta lo más pesado) y un sistema de capas que nos facilite los rápidos cambios metereológicos. Las colecciones Primavera/Verano han introducido prendas acolchadas, que nunca antes se habían incluido. Además, la búsqueda de nuevos materiales también nos ha ayudado a crear prendas con características muy novedosas: materiales que se van adaptando según los cambios de temperatura.” sostiene el representante de Colmar, empresa italiana dedicada a la producción de abrigos y cazadoras.
Para las tiendas multimarca, la cosa se complica aún más. El diseño y la producción quedan fuera de su ámbito de control, lo que los deja en una situación desprotegida. Deben concentrar sus esfuerzos en los dos puntos que sí pueden controlar: las compras y el marketing. La mayoría de las tiendas que contactamos durante la producción de este artículo se niegan a hablar sobre cómo les han afectado los cambios en el clima, respondiendo con un gran hermetismo. Aitor, encargado de compras de Yusty, uno de los emblemas de la moda masculina en Madrid, en cambio, declara que la entrada tardía del invierno afecta en gran medida a las ventas, ya que la gente no necesita los jerséis, ni otras prendas de abrigo, casi hasta la época de rebajas, y esperan a comprarlos entonces, aprovechándose de los descuentos y reduciendo los beneficios de las tiendas. Ante estos problemas, Aitor ha comenzado a rebajar el número de prendas de abrigo que adquiere para la tienda. Pero afirma sentirse limitado por las colecciones y su estacionalidad. Para él, una posible solución sería que existiese una única colección por año, con todo tipo de prendas que las tiendas pudiesen distribuir de acuerdo a las condiciones climáticas y otros factores de demanda.
Pero el reto no termina aquí para la industria de la moda. No sólo hay que adaptarse al cambio climático, hay que frenarlo para evitar que siga haciendo daño. Buscar las causas de este cambio y actuar contra ellas no es algo que debiese resultar difícil para la industria de la moda, ya que las tenemos más cerca de lo que parece.

———————————
Abajo: Foto campaña Primvaera Verano 2016 de Raw For The Oceans de G-Star con tejidos elaborados con un fibra creada a partir del plástico reciclado de los oceanos
———————————

Cambio Climático Collection

Clima: cómo se ve afectado por nuestra industria.

El premiado documental The True Cost, dirigido por Andrew Morgan y estrenado este año, destapa la intima relación entre la moda y el cambio climático. Este documental arroja algo de luz sobre los orígenes y las causas de este cambio en el clima que tanto está afectando a la industria de la moda. Unos orígenes que (sorpresa) tienen mucho que ver con la producción textil y con las alteraciones químicas a la que se someten los suelos, las plantas de algodón e, incluso, los propios trabajadores de los cultivos durante la producción de las prendas. El documental afirma que la industria de la moda es la segunda industria, después de la industria petrolera, que más contamina el medio ambiente y una de las principales desencadenantes del cambio climático que estamos viviendo en este mismo momento. Unas acusaciones a las que los conglomerados de la moda ya se han enfrentado con anterioridad y a las que han respondido, principalmente, con el lanzamiento de colecciones eco-friendly. Es decir, colecciones creadas con algodones orgánicos, que se tiñen con tintes naturales. Estas colecciones se presentan como una forma menos agresiva de producir, reduciendo el impacto que la industria de la moda tiene en el medio ambiente y por lo tanto el impacto que el medio ambiente tiene en la moda.
Pero la realidad es que el algodón orgánico gasta tanta agua y tantos pesticidas como el algodón no orgánico en su producción y, aunque se reduce un poco el impacto ambiental, la solución no es ni de lejos la ideal. Como alternativa, expertos en moda y ecología como Eva Kruse, CEO del Instituto Danés de Moda, recomiendan el reciclaje. La experta aboga por la instauración de contenedores de textil en las calles, de la misma forma que contamos con contenedores para el reciclado de papel o para el de vidrio. Los textiles reutilizados se desmontarían hasta ser convertidos de nuevo en fibra y esa fibra se utilizaría para crear una nueva prenda. Esta alternativa reduciría el consumo de energía y de materias primas, beneficiando a la vez al mantenimiento de la calidad de los suelos y a la dependencia respecto a recursos naturales cada vez más limitados.
Hay marcas que van incluso más allá con el concepto del reciclaje. Por ejemplo, en España tenemos a Ecoalf. Empresa de moda sostenible creada en 2009 por Javier Goyeneche. La principal materia prima con la que hacen sus tejidos son botellas usadas de plástico. Entre sus nuevos proyectos está Upcycling The Oceans, una iniciativa doble, por un lado limpian el océano de residuos plásticos nocivos para la vida marina, y por otro reciclan este material convirtiéndolo en un nuevo textil de moda. Un camino que también ha elegido la famosa firma de denim G-Star Raw. Desde hace varias temporadas firman como Raw for the Oceans una colección especial realizada con tejidos que proceden de plásticos recogidos en el mar, un proyecto en el que también da la cara el mismísimo Pharrell Williams como embajador.
Con la escasez de materiales y el empobrecimiento del suelo la producción se convierte en el punto clave a mejorar. Es de vital importancia colocar los patrones de forma que no se malgasten las telas. Hay que controlar la energía que se gasta y los vertidos. Hay que invertir en tecnología. Marcas como Levi’s, Adidas, Nike, Ecoalf, G-Star o Colmar ya han convertido el desarrollo de nuevos procesos de producción en una prioridad. Es el momento de innovar para crear un impacto, hay que dejar de gastar 200 litros de agua para producir una camiseta de calidad media-baja que no sobrevivirá a un par de lavados.
A este respecto la creatividad es un punto clave, la necesidad de innovar es imperiosa y la llegada de nuevas ideas podría salvar a la industria de la moda de destruirse a si misma mediante la explotación de recursos y energías finitas. La diseñadora Suzanne Lee ofrece una inspiradora alternativa al respecto con su proyecto Grow your own clothes, un proyecto de investigación a través del cual la diseñadora cultiva sus propias prendas desde cero utilizando una base de té que fermenta con energía solar en su jardín. El resultado es un cuero vegetal cuyo coste de producción es reducido y que permite teñirse con tintes naturales.
“Los nuevos textiles y las nuevas técnicas de fabricación siempre revolucionan la moda. Y cuanto más se reduzca el proceso de producción mejor. Si podemos simplemente pulsar un botón y obtener un vestido de la talla y color que queremos, sin malgastar los materiales, eso lo cambiaría todo.” Afirma Valerie Steele, del directora del museo del FIT de nueva York, que propone la utilización de nuevos materiales y nuevos procesos de producción, como la tecnología de impresión 3D, como método para solucionar muchos de los problemas de la industria y compara el impacto de este invento con el de la maquina de coser.

———————————
Abajo: Foto campaña Primvaera Verano 2016 de Raw For The Oceans de G-Star con tejidos elaborados con un fibra creada a partir del plástico reciclado de los oceanos
———————————

Cambio Climático CollectionConsumidor: nuestro papel en todo esto.

El aumento en el numero de consumidores moralmente responsables y conscientes del cambio climático también está suponiendo una revolución en la industria de la moda, impulsando, por ejemplo la proliferación de negocios de ropa vintage y de segunda mano. Negocios que además de ser una alternativa totalmente ecológica ofrecen unos precios mucho más bajos que los de las cadenas low cost, aumentando la competencia.
Todos los expertos coinciden en que los consumidores somos capaces de mover la industria en la dirección que queramos. Para empresas como Inditex las demandas y las preguntas que los clientes realizan en las tiendas son definitorias a la hora de diseñar las prendas y dibujar sus estrategias de marca. “Nuestra oferta se configura de forma dinámica en función de factores diversos, tanto climatológicos como de tendencias y demandas de los clientes, a partir de la información que nos proporcionan las más de 900 tiendas de la marca.” Inditex.
Ir a la tienda y preguntar al dependiente cómo y dónde está hecha una prenda es una manera de forzar a la industria a responder. Comprar prendas producidas de una forma más inteligente y dirigir la demanda hacia un tipo de producción más respetuosa con el medio ambiente harán que la industria siga tu dinero y comience a interesarse por lo que interesa a sus consumidores.
La forma en la que los clientes consumimos la ropa encamina la industria hacia nuevas direcciones y, los beneficios de consumir de una forma más responsable podrían abrir una grieta en el circulo vicioso que se establece entre la producción de moda y el cambio climático. No se trata de comprar menos o de comprar siempre en negocios vintage. Los consumidores tenemos el poder de decidir cómo cuidar nuestra ropa. Se estima que aproximadamente el 40% del impacto que una prenda de ropa tiene en el medio ambiente se relaciona con las veces que la lavamos, la secamos y la planchamos, así como con la forma en la que nos deshacemos de ella. Tratar de lavar menos algunas prendas, como los jerséis de lana o los vaqueros, es un pequeño gesto que contribuye al cuidado del medio ambiente. Además, lavar menos, o casi nunca, tus vaqueros, es una práctica que mejorará su conservación, haciendo que duren mucho más. Chip Bergh, CEO de Levi’s, declaró en una ponencia universitaria en 2014 llevar más de un año sin lavar sus vaqueros. Como alternativa, puedes meter tus vaqueros en el congelador, una práctica que ya se ha convertido en tendencia en muchos países. El frío matará las bacterias y eliminará los malos olores, dejando tus vaqueros limpios sin necesidad de poner la lavadora, es decir, ahorrando agua y energía.
Puede sonar sucio, pero las decisiones de consumo y conservación que tomemos ahora, repercutirán de forma directa en el futuro del planeta. Los consumidores debemos ser responsables y pensar en qué gastamos nuestro dinero y como utilizamos nuestras prendas, porque todos llevamos ropa y por lo tanto nuestro papel en la guerra entre moda y cambio climático es decisivo.

Texto: Beatriz López Miguel

Cambio Climático Collection

———————————
Arriba: Jacob Sapp @ Unsplash.com
———————————