En medio de una selva tropical en la región montañosa de Pichincha de Ecuador se encuentra Casa Ilona. La vivienda, de Habitarq, está realizada con materiales industriales asequibles y proyectada para dejar la mínima huella posible en el entorno. Una cabaña contemporánea rodeada de un bosque de bambú que responde a las necesidades del entorno natural.
La misión de la construcción de Casa Ilona – llamada así por el nombre la hija de su propietaria- era crear una vivienda sostenible y dejar la mínima huella de carbono posible tratando de respetar el entorno al máximo. Esa máxima es la que ha guiado todo: tanto los materiales como el aprovechamiento del terreno. Los arquitectos recurrieron a los materiales utilizados para las clásicas cabañas – la madera y el acero- para crear una casa climática con un diseño vanguardista. El proyecto se realizó en tan solo 4 meses y con un proceso de producción basado en el cuidado de los recursos. Hemos hablado con los arquitectos Pablo Vallejo (Tulcán, Ecuador 1978) y David Ribadeneira (Tulcán, Ecuador, 1985), fundadores en 2004 del estudio Habitarq con sede en Quito sobre como han realizado esta cabaña en este entorno tropical.
Lo que se necesitaba era un habitáculo altamente funcional
La propietaria quería una segunda vivienda para los fines de semana, un espacio pequeño pero práctico, pero que se adaptase, o más bien protegiese de las características naturales de la zona. “La propietaria quería un habitáculo mínimo. En principio creíamos que podría ser una cabaña como Petit Cabanon de Le Corbusier, pero cuando empezamos con el proyecto nos dimos cuenta de que el proyecto requería otros materiales. Lo que se necesitaba era un habitáculo altamente funcional con pequeños movimientos que permitiesen disfrutar de los espacios con algún grado de independencia. También nos dimos cuenta de que tenía que ser de fácil mantenimiento por su emplazamiento y adaptarse a la zona. El clima de la zona, con lluvias tropicales y mucha humedad necesita una construcción adaptada ya que de otro modo las construcciones se deterioran con el tiempo. Como se trata del trópico también había que tener en cuenta los insectos y la fauna que existe”, explican desde el estudio.
Ilona, vivienda sostenible de Habitarq Studio
En la construcción de Casa Ilona Habitarq tuvo en cuenta sobre todo la sostenibilidad. Se utilizó la madera contrachapada, por su propiedades funcionales y paredes de yeso y cartón que crean una estructura de ligera pero resistente. La fachada está realizada de placas de fibrocemento con efecto madera. El material se dejó puro y solo se le aplicó un tratamiento para repeler el agua. El material es de rápida instalación y duradero. Los materiales utilizados no requieren acabados ni un mantenimiento constante. Se aprovecharon los materiales industriales como el acero para crear una estructura robusta con la que se consigue un equilibrio entre comodidad y sostenibilidad. “Al principio pensamos en utilizar materiales locales, pero nos dimos cuenta que la madera y el bambú de los artesanos locales eran fruto de la deforestación y explotación discriminada. Se talan especies ancestrales y endémicas y talando el bambú intervendríamos en el paisaje inmediato. El paisaje era una motivación del diseño por ello optamos por utilizar materiales de fácil acceso pero de uso industrial”, cuenta Pablo.
Casa ilona: una vivienda permeable e integrada en el entorno
Gracias a su geometría y materiales la casa Ilona de Habitarq tiene un carácter permeable y un comportamiento climático único que permite la distribución pasiva del aire mediante aperturas en los muros inferior y superior. El acero y la madera han permitido dejar la mínima huella de carbono en su construcción además de pasar desapercibida en su entorno, como una cabaña industrial. “ Desde el inicio del proyecto Casa Ilona se diseñó para no generar desperdicios en su producción, también se ideó para utilizar procesos constructivos en los que no se requería el uso de agua, ya que es un recurso natural limitado en la zona. Tampoco se utilizaron recubrimientos ni tintes. Casa Ilona está dividida en dos plantas y organizada para que la fachada principal tenga las vistas al bosque, en la planta trasera se dejaron pocos huecos y los huecos existentes favorecen la circulación del aire.
Conexión entre el interior y el exterior
Otro requisito de la propietaria era la conexión entre el interior y el exterior, para estar siempre en contacto con la naturaleza. “El bosque nublado andino era otro de los retos ya que el exterior es deseable pero también fuente de incomodidades. Esto determinó que la casa tenga tres fachadas prácticamente ciegas y un frente con un “porche”, un elemento clásico para afrontar este tipo de retos.” En la planta baja, de 68m2, se sitúan las áreas comunes y un baño, con un porche de 26m2. La segunda planta -de 60m2- aloja los dos dormitorios y un baño general además de una pequeña zona de estar. Todos los muebles, puertas, el recubrimiento del porche y la escalera están fabricados de madera plywood con un tratamiento para la humedad. La pared de la cocina está revestida de porcelana azul buscando el contraste con la madera. La mesa de la cocina se realizó en terrazo, la técnica artesanal se ha utilizado tradicionalmente en Sudamérica para fabricar suelos y escaleras. Se diseñó de gran tamaño para que casi no fuera necesario incorporar más piezas de mobiliario. En definitiva configurar un espacio libre pero práctico a la vez.
Fotografías: JAG Studio
