CUSTO BARCELONA 2011

CUSTO BARCELONA: FICCIÓN & REALIDAD / PRIMAVERA VERANO 2011

Si hace más de 10 años que no pisas Nueva York, puede parecer ficción que te ofrezcan ir a trabajar unos días a la ciudad de los rascacielos. Pero si es una realidad, tienes poco que pensar. Se necesitan menos de 30 segundos. Exactamente el tiempo que tardé en contestar vía mail a la propuesta con un rotundo: “¡Claro! ¿A qué? ¿Cuándo?”.  Si además eres un periodista que a veces escribe sobre moda, el encargo es cubrir el desfile de Custo Barcelona en la New York Fashion Week y el viaje es un 11S, lo único que te queda es hacer la maleta y marcharte con una sonrisa en la boca.
Así que, tras ocho horas de avión, me planté en Nueva York junto con una veintena de colegas de otros medios. Dispuesto a disfrutar un poco de la ciudad y a ver la presentación de ‘Ficción y Realidad’, la última colección del diseñador español con más participaciones en la pasarela neoyorquina. Con ésta 27, para ser exactos. Una relación que comenzó en 1997 y que ha convertido a Custo en un pionero para otros nombres de la moda española como David Delfín, Joaquín Trías o Toni Francesc.
Me encantan estos viajes de trabajo. Siempre tienes algo de tiempo libre y puedes ejercer de buen turista. Por supuesto, lo primero fue acercarme a la Zona Cero a ver que se cocía. Menos de lo que esperaba. Un par de manifestaciones pro y anti musulmanas, grupos de gente recordando la tragedia, algunos frikis…Muchos policías. De esos yanquis que acojonan. Sacié un poco mi sed de morbo y me abrí. Después, en una buena pateada hice parada y foto en algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad. El Puente de Brooklyn, el Empire State, Wall Street, Times Square…algunas tiendas y al hotel con las piernas reventadas.

El día 12 fue el elegido por Custo para su desfile. Por la mañana, el diseñador nos recibió en su Showroom. En un edificio muy al estilo de la peli ‘Wall Street’, de Oliver Stone. “Ficción y Realidad es el resultado de mezclar dos colecciones distintas en una misma pasarela”. Explicaba él paseando frente a un par de percheros con algunas de las prendas. “Una es arriesgada y otra funcional”. Yo siempre he defendido que una de las claves para crear un buen producto de moda está en dar con el punto medio entre el riesgo y lo funcional. Lo estético y lo práctico. El arte y el mercado.
Custo Dalmau continuaba explicando la dualidad conceptual de su última colección: “Hemos utilizado dos tipos de tejidos: naturales como la seda, el lino o el algodón, y artificiales como unas microfibras con aspecto de ante sintético”. Yo escuchaba atentamente mientras me fumaba un cigarro apoyado cerca de la ventana, que desde un piso 17 en pleno Manhattan, ofrecía unas vistas espectaculares. El diseñador seguía con su discurso: “La elaboración de los patchwork es algo de lo que estamos muy orgullosos. Requieren un gran esfuerzo, si os fijáis de cerca se puede ver que están realizados a base de varios relieves y mezclas de texturas, algunas plisadas”. Un trabajo manual exquisito.
Custo, entusiasmado, mostraba las prendas a los presentes y entonces descolgó de una percha una americana gris, muy ligera. La estrujó entre sus manos, hizo un ovillo en un segundo y se la guardó en el bolsillo. La sacó. Se la volvió a guardar. “Esto es para esos días que sales de casa y lo mismo llueve que sale el sol”. Gran invento, pensé.

Tras el anticipo, la verdad, me quedé con ganas de ver el desfile. Mis compañeros eran, en su mayoría, acordes a mis sentimientos. Belén de La Razón, Rocío de Público, María de MAN, Carlota de H, Miguel de Focus, la bloguera Jana…En estos eventos siempre somos nuestro nombre y como apellido el medio para el que trabajamos. Nacho Neo. Las primeras críticas sobre ‘Ficción y Realidad’ eran favorables.
Por la noche, el desfile. Este año se estrenaba escenario en la New York Fashion Week. Del viejo parque de Midtown se ha pasado a una moderna carpa en el Lincoln Center. Un espacio ultra equipado. A diferencia de otros eventos de moda en los que he estado, se notaba que la gente venía a trabajar. No era una feria. Ordenadores portátiles, conexiones a internet, pantallas, equipos de televisión, periodistas y fotógrafos por todas partes. Sin noticias de los ‘caza-celebrities’. Si acaso alguno desperdigado en la entrada al recinto.
En la sala, lleno absoluto, pero sin incomodidades. Calculo que habría unas mil personas fácilmente. Se apagan las luces y empieza el espectáculo. Música electrónica. Custo siempre utiliza temas compuestos exclusivamente para sus desfiles. Después de tantos años, podría hacer un CD recopilatorio si quisiera. La colección, con el color como protagonista principal, como es usual en la firma. Algo más tenue que en otras ocasiones. Más sutil. Tonos maquillaje, aguamarina, turquesa y beige, contrapuestos con fucsias, verdes y amarillos flúor. Los estampados marca de la casa también estuvieron presentes. Minivestidos y monoshorts fueron claves en una propuesta con un claro corte arquitectónico.

Cerca de veinte minutos tras los que uno se queda, sobre todo, con la sensación de que Custo realmente forma parte del fashion stablyshment neoyorquino. Es uno más. Con todo lo que eso representa en cuanto a poder de convocatoria y atención mediática. No en vano, hoy en día el 85% de sus ventas pertenecen al mercado internacional. Un gran show de moda con una buena organización que me dejó más que satisfecho. A la salida nos cruzamos con Heidi Klum. Me di la vuelta para verla otra vez. Heidi Klum, ¡Guau!
Mi visita a la ciudad que nunca duerme terminó así, sin dormir, tras un poco de fiesta en un par de garitos en el Meatpacking District. Al día siguiente, vuelta a casa con ese sentimiento mezcla de melancolía y hastío que te hace preguntarte: ¿por qué no me largo fuera una temporada?  ¡Mierda!, otra vez en Madrid, bueno, ¿no dicen que la Gran Vía es el Broadway europeo?

Fotos Custo Barcelona Primavera Verano 2011: Ugo Camera