El ‘arte por el arte’ contemporáneo es la idea que subyace al observar las obras de los artistas seleccionados por David Díez, un comisario singular y un mentor. Reúne a los artistas e impulsa la comunicación y el conocimiento de su obra por medio de diferentes acciones, como la colaboración de este año con la web Spain Fresh.

Arquitecto, artista, director creativo, experto en comunicación y fotógrafo, es el fundador de DDZ, un centro de producción y creación que concentra la mayoría de las actividades mentales y físicas de David Díez. Por su trabajo está en contacto permanente con artistas de todo el mundo y su inclinación natural al comisariado, le impulsó a generar lazos conceptuales entre varios artistas de muy diversa condición y procedencia. David posee un ojo clínico, lo que podríamos llamar “polivisión artística”, con la capacidad de ver más allá de cada obra y de cada creador.

Él imagina el arte en formatos alternativos, toma posición sin miedo al riesgo, y su capacidad intuitiva tiene un camino claro, el entusiasmo por encontrar cánones referenciales, donde también cobra importancia la imagen física del artista, como si la obra se fundiese con la fisonomía de su creador. David les fotografía sin pudor, en la imagen aparecen junto a su obra, con una mirada directa, transparente y determinante.

David Díez, un “no colectivo” de arte

En la imagen superior: Gonzalo del Val junto a uno de sus obras

 

Nano 4814, Ernesto Artillo, Seann Brackin, Mercedes Bellido, Daniel Entonado, Diego Delas, Anabel Maldonado, Javi al Cuadrado, Gonzalo del Val, Carmen García-Huerta son los elegidos
En las obras de todos se observa heterogeneidad, intensidad de factura y de temática, influencias muy dispares de diferentes ámbitos, visión individualista, lenguaje cosmopolita, una nueva estética vitalista, de contrastes fuertes, trazos firmes y colores vivos. “Tiene gran importancia en todos la plasticidad (incluso la plasticidad digital). De fondos planos, ya sean limpios o intervenidos, y lenguajes derivados directamente de lo cotidiano, de lo habitual. Poco o nada pretenciosos en los mensajes, si es que los hay. Eminentemente estéticos y en gran medida descontextualizados de los entornos políticos, sociales y culturales” comenta David.

David Díez, un “no colectivo” de arte

En la imagen superior: Carmen García Huerta junto a uno de sus obras

El contacto con cada uno se ha ido produciendo de forma casual, “Conocía más su obra que a ellos mismos antes de retratarlos, en la mayoría de los casos de forma virtual. Involuntariamente mi ojo establecía conexiones cruzadas entre ellos y al no ser de carácter obvio (de género, de técnica o de colectivo) empecé a pensar que merecía la pena profundizar. Por ejemplo, la obra de Anabel Maldonado me recuerda a la de Daniel Entonado, y viceversa. Lo mismo me ocurre con Carmen García-Huerta y Gonzalo del Val, o con Mercedes Bellido y Diego Delas”, explica el comisario.

David Díez, un “no colectivo” de arte

En la imagen superior: Ernesto Artillo junto a uno de sus obras

Existen diferencias claras entre cada desarrollo de la carrera artística o de integración en el sistema del mercado del arte, “…están en puntos distintos de sus carreras. Unos están ya reconocidos dentro y fuera de España, mientras que otros empiezan a conocerse aquí. Pero todos van por la via correcta, además de artistas son bastante profesionales en ese aspecto. Estoy seguro de que cada vez escucharemos más sus nombres y lo que es mejor aún, podremos disfrutar más y mejor de su obra.”
Tampoco hay una relación personal entre ellos, no se consideran un colectivo o un grupo generacional, David continúa reflexionando sobre su pertenencia a sectores dispares y el momento desigual dentro de sus trayectorias: “En mi cabeza son un grupo, pero no creo que ellos me tomen demasiado en serio. Precisamente uno de los puntos comunes que considero más esenciales es que todos han encontrado su lenguaje y es un lenguaje claro y diferenciado, sobre todo en sus formas de abordar la concepción de la obra, sus rituales, sus dedicaciones o duplicidades son muy similares”.

David Díez, un “no colectivo” de arte

En la imagen superior: Daniel Entonado junto a uno de sus obras

Como afirma la reconocida comisaria de arte Chus Martinez, el arte es fundamentalmente pensamiento, más que experiencia en el sentido estricto de la palabra. El artista emerge hoy en día con un papel fundamental en relación con su obra. Deben considerarse como una élite intelectual a quien escuchar y a tener en cuenta. La clave está en su flexibilidad mental y apertura hacia nuevas formas de pensamiento con un alto sentido del riesgo.

Este “no colectivo” de artistas es uno de los referentes de opinión y del contexto artístico actual. Y David Díez es un movilizador de la cultura y sus nuevos protagonistas en España, prueba de ello es su libro THEM, donde también ha seleccionado un conjunto de creativos de diferentes campos que trabajan en Madrid sin una conexión evidente, “gente que hace cosas”. Hacer y crear, nunca se habla de crisis, aprender, innovar y actuar es la actitud vital necesaria para pertenecer al entorno, colectivo – “no colectivo” de David Díez, en el arte, y en todos los aspectos de la vida.

David Díez, un “no colectivo” de arte

En la imagen superior: Mercedes Bellido junto a uno de sus obras

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Texto: Marisa Santamaría
Periodista y analista de tendencias.
Es directora de proyectos y relaciones institucionales del IED Madrid y colabora con varios medios escribiendo de tendencias internacionales, viajes, diseño y arquitectura.

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