DESIGUAL & LACROIX

Monsieur Lacroix firma una colección capsula otoño inviero 2011-12 para Desigual

El que se decide a escribir esta breve crónica no es muy dado al color fácil, a la ornamentación, al adorno superfluo y a los prints sin sentidos. Difícil pues enfrentarse a esta crónica post desfile Desigual Otoño-Invierno 2011-12. Los motivos que empujaban a ir eran obvios y cogieron a más de uno por sorpresa el pasado viernes 14 de enero. La marca catalana hippy colorista y buenrrollista presentaba “L”, una escueta colección diseñada íntegramente por Christian Lacroix. Está claro qué los de marketing de Desigual no son tontos, uno de sus mercados más fuertes, es el Galo.
Y que mejor que resucitar del panteón de “maestros” de la aguja y el dedal, al pobre Lacroix sumido en la ruina de la crisis que nos ha tocado vivir en estos tiempos, con su marca cerrada por casi defunción. El que sigue escribiendo está crónica siempre ha sentido una especial admiración por el modisto de Arles, atracción por esos universos llenos de toreros, gitanos, folklore del sur de Francia, por los bordados clásicos, por las óperas, por las locuras y mezclas de color de un couturier que ha amado locamente a las mujeres, mostrándolas casi como iconos de puro color, algo casi ascético. Locura y pasión.
Lacroix lució por su ausencia la noche del desfile de Desigual, ni el modisto hizo acto de presencia, ni la mini colección con 18 salidas dejó boquiabiertos a los presentes. En la colección se intuye la huella del modisto – gamas cromáticas, cortes y siluetas más depuradas, recursos de estilismos teatralizantes, máscaras, rojos y dorados, y mucha… mucha ópera – pero no deja de ser una selección de prendas bajo el sello Desigual, con las impresiones características, ilustraciones imposibles en un pret-à-porter básico.
Chapeau! Que la marca se suba al carro de lo que ya se está convirtiendo en un clásico de otras, invitar a diseñadores de renombre al desarrollo de pequeñas colecciones para volver locos a los pobres mortales que no llegan al sector de lujo, pero ya que se suben a este carro tendencioso, háganlo por favor cuidando esa tendencia que van a presentar. Respeto que la marca no quiera incluirse en ese sector de lujo, que se abanderen por el optimismo, el color la ilusión y el pop “media”…pero si te alías con un nombre como Lacroix, por mucho que sea para una marca que se rige bajo esta filosofía, la presentación, el envoltorio, la caja de ese regalo, tiene que tener del universo del invitado, de su “savoir faire”… si no, no hace falta que lo invites. El resultado fue una colección que parecía estar diseñada por el equipo creativo de Desigual bajo la influencia o homenajeando al modisto de Arles. Esta mini colección capsula según la marca es un preludio, una pequeña pincelada de lo que se desvelará en la próxima colección verano 2012, quizás entonces veamos al auténtico Lacroix, tendremos que esperar unos meses más. De momento al menos gracias a la marca catalana, el modisto vuelve con la aguja y el dedal, resucitando a uno de los grandes. Texto: B. del Páramo

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