DIOR COLECCIÓN HOMBRE OTOÑO INVIERNO 2009 2010
Nunca me ha parecido que las colecciones de hombre de Dior representen el espíritu de la firma. Ni las de Hedi Slimane, ni las de Kris Van Assche, aunque este último me parece más Dior que el primero. Independientemente de que uno u otro diseñador sea más afín a nuestro ideal estético, ninguno es 100% Dior. Y eso no creo que sea algo positivo en la consolidación de imagen de marca (principalmente en estos tiempos globales donde conviven miles de marcas en las pasarelas y en los comercios, y cuando curiosamente la herencia de una firma es uno de sus principales activos).
Las dos primeras de Kris me parecieron más próximas a mi idea preconcebida de lo que debería ser el hombre Dior: poderoso, sobrio, sofisticado, elegante, distante . Pero quizás eso no tuvo demasiado impacto en el público y los jefes de la casa recapitularon, ordenando a Kris volver a hacer Dior Teen y no Dior Homme para recuperar a ese jovencillo modernillo de culto que impuso el tendencioso Hedi Slimane (bueno, eso es una elucubración mía). El caso es que las dos últimas colecciones de Van Assche vuelven a mostrar un chico Dior, no a un hombre. Aunque el chico de Kris van Assche no es, ni mucho menos, tan radical como el de Slimane y, por tanto, no llegará a ser memorable ni a construir un icono masculino para la firma.
Foto: Estrop / Carles Cubos
