Rodoreda, un Bosque recorre la obra de Mercè Rodoreda como un bosque simbólico donde conviven inocencia, deseo, guerra, exilio, metamorfosis y alma.
El CCCB dedica una gran exposición a Mercè Rodoreda, figura esencial de la literatura catalana del siglo XX. Rodoreda, un Bosque explora su universo creativo a través de más de 400 piezas y un recorrido simbólico que transforma su obra en un paisaje vivo de inocencia, deseo, guerra y trascendencia.
Arriba: Jordi Baron Rubí. Rambla 102. Serie: Domus Barcino (3), 2006. Cortesía del artista.
Mercè Rodoreda durante el exilio a Roissy-en-Brie, en el año 1939. Copia de exposición, 2025. Institut d’Estudis Catalans – Fundació Mercè Rodoreda, Barcelona.
Un bosque literario en el corazón del CCCB
Desde el 5 de diciembre de 2025 hasta el 25 de mayo de 2026, el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) invita a adentrarse en el universo de Mercè Rodoreda i Gurguí (Barcelona, 1908 – Girona, 1983) con la exposición Rodoreda, un Bosque. Comisariada por la ensayista y crítica literaria Neus Penalba, la muestra reivindica la radicalidad formal y temática de una autora que, lejos de los tópicos, escribió desde los márgenes del alma humana con una voz a la vez inocente y cruel, poética y despiadada.
La exposición propone un viaje sensorial y simbólico a través de un gran bosque que organiza el recorrido como un organismo vivo. Cada sala corresponde a una parte del árbol: raíces, troncos, ramas, copas y semillas, que remiten a los temas esenciales de la obra de Rodoreda —el exilio, la guerra, el deseo, la metamorfosis o la muerte—.
Feliu Elias. Retrato de Mariona Pagès Elias. 1916. Colección Rosa Regàs.
Rodoreda, un bosque: un diálogo entre literatura y artes visuales
Con más de 400 piezas entre pinturas, esculturas, instalaciones, documentos y materiales audiovisuales, el CCCB convierte la literatura en experiencia visual. La muestra pone en diálogo la escritura de Rodoreda con creaciones de distintas disciplinas y épocas: desde Picasso, Remedios Varo, Leonora Carrington y Chagall, hasta artistas contemporáneos como Laia Abril, Fina Miralles o Tura Sanglas.
El escritor Martí Sales ha sido el responsable de seleccionar los proyectos de nueva creación, encargados especialmente a Cabosanroque, Mar Arza, Carlota Subirós, Èlia Llach y Oriol Vilapuig, quienes reinterpretan el universo rodorediano en clave contemporánea.
Francesc Carrera Bou. Jarrón con flores. Hacia 1922-1926. © Museu d’Art de Catalunya, Barcelona, 2025.
Inocencia, deseo y guerra: las raíces del dolor
El itinerario comienza con Inocentes, donde las voces narrativas de Rodoreda —adolescentes, ancianos, mujeres ingenuas— observan el mundo sin juicio, permitiendo a la autora mostrar el horror con una pureza desarmante. En este ámbito se exhiben obras de Elias Feliu, Francesc Todó y Santiago Rusiñol.
Le sigue Deseo, donde el amor se revela como un territorio de espinas, marcado por la dominación y la violencia de género. Aquí conviven pinturas y esculturas de Picasso, Suzanne Valadon, Paula Rego 0 Remedios Varo, que dialogan con la lúcida mirada de Rodoreda sobre la fragilidad y la perversión del amor romántico.
¡Cuánta guerra! aborda el trauma del exilio y la memoria de la violencia. No hay batallas heroicas, sino cuerpos que se pudren, ciudades derrotadas y un eco persistente de pérdida. Las obras de Goya, Jean Dubuffet o Henri Michaux acompañan las visiones de una autora que vivió la guerra desde la distancia y la convirtió en literatura.
Joan Ponç. Retrato con luna. 1947. Colección particular, Barcelona.
Casas, metamorfosis y alma
En Casas y calles, Rodoreda reconstruye una Barcelona imaginada desde su exilio suizo: una ciudad fantasma habitada por la derrota y la nostalgia. Fotografías de Dora Maar, Francesca Woodman o Francesc Català-Roca completan esta evocación del espacio urbano perdido.
El apartado Metamorfosis celebra el impulso transformador de su escritura: el deseo de fundirse con la naturaleza, de ser árbol, flor o agua. Se exponen obras de Modest Cuixart, Ana Mendieta, Joan Ponç y Perejaume, que ilustran esa comunión con lo no humano como forma de libertad interior.
Finalmente, Alma cierra el recorrido con una dimensión espiritual y metafísica. Las pinturas de Leonor Fini, Marc Chagall y Josefa Tolrà acompañan las visiones de almas y espectros que pueblan la literatura de Rodoreda, donde la muerte se convierte en la última metamorfosis.
Tura Sanglas. El múltiple ojo de la noche II. 2020. Cortesía de la artista.
Una relectura contemporánea
Rodoreda, un Bosque no solo revisa la trayectoria de una escritora fundamental, sino que propone una lectura contemporánea de su imaginario. A través de la naturaleza como metáfora, la exposición revela a una autora radicalmente moderna, capaz de dialogar con los grandes nombres de la cultura occidental y, al mismo tiempo, con los desafíos del presente.
El recorrido permite descubrir cómo la mirada poética de Rodoreda, aparentemente frágil, contiene una potencia subversiva que atraviesa temas universales: la identidad, la memoria, el deseo, la muerte y la posibilidad de renacer.
Rodoreda, un bosque
Sala 2 del CCCB, Barcelona
Del 5 de diciembre de 2025 al 25 de mayo de 2026
