El metro de Estocolmo, un museo de arte subterráneo

Frío polar, se aproxima la navidad y el fin de este año pandémico. Los alumbrados navideños se encienden en casi el mundo. Y en Estocolmo, la gélida capital del país nórdico sueco, no solo por navidad sino todo el año, las estaciones de metro están intervenidas con monumentales instalaciones artísticas.

Cien estaciones del metro de Estocolmo están decoradas con obras de arte realizadas site-specific en los andenes, techos, paredes o accesos. Visitada por miles de espectadores cada día, estas instalaciones artísticas convierten al metro de Estocolmo en la exposición de arte subterránea más grande del mundo. Desde los años cincuenta, cuando se planifica o renueva una estación de metro, se encarga a artistas contemporáneos masivas instalaciones que cubren las grutas de acceso a las vias del metro. Además, con el tiempo, las estaciones más antiguas, planificadas y construidas sin ningún tipo de arte, han sido igualmente intervenidas con estatuas, murales e instalaciones.

Foto de portada: Estacíon de Rådhuset

La estación central del metro de Estocolmo fue la primera estación que presentó obras de arte. Cubierta de ramas, flores estilizadas y enredaderas de hojas azules sobre fondo blanco, se la conoce como “el andén azul” y es sin duda uno de los lugares más reconocidos del sistema de transporte público. El artista Per Olof Ultvedt eligió los tonos azules por sus valores estéticos y por su efecto relajante. T-Centralen es un nudo de conexiones donde todo el mundo corre y el artista quiso proporcionar con su obra una modo de relajarse al observala.

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Stadion

Cada año el distrito de Östermalms acoje el festival del Orgullo Gay de Estocolmo. Por eso la cercana estación de metro, Stadion, esta decorada con hermoso arco iris de vivos colores que contrasta con el azul brillante de las paredes de los túneles de la estación que da la bienvenida a los asistentes al festival y a los que no. Una de las primeras estaciones subterráneanas del metro de Estocolmo, se construyó  en 1973. Aparentemente los suecos son depresivos por naturaleza, y las autoridades temian que el acceso al subsuelo supusiese asociaciones con el inframundo y otros lugares infernales. Por eso, el azul brillante y el arco iris sirven como un recordatorio de que hay cielo y colores arriba.

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Los artistas de la estación, Åke Pallarp y Enno Hallek, no sólo querían llevar el cielo bajo tierra sino que también quisierom hacer un guiño a la relación de Stadion con el deporte. Muy cerca se encuentra el Estadio Olímpico de Estocolmo, sede de las Olimpiadas de 1912 y que actualmente alberga regularmente eventos deportivos y conciertos.

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Solna Centrum

La estación de Solna Centrum se inauguró en 1975. Presenta un ácido paisaje verde, rojo y negro. El verde y el negro son el bosque y el rojo un atardecer donde el sol se pone detrás de las copas de los árboles. Tras completar las paredes, los artistas Karl-Olov Björk y Anders Åberg le dieron un toque político a la instalación, añadiendo pinturas que ilustraban temas sociales polémicos en la Suecia de los 1970 y que tienen especial vigencia hoy en día: el medio ambiente, la tala excesiva de bosques y la despoblación de las zonas rurales.

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Solna Strand

El artista japonés Takashi Naraha instala en el andén de la estación Solna Strand cubos celestiales que sobresalen del techo. El tema del ying y yang es la base de sus piezas. A menudo hay equilibrio entre luz y oscuridad. Y en la forma en que los cubos del andén reflejan el cielo abierto sobre el suelo.

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Thorildsplan

Esta estación es una de las tres a nivel de calle en el centro de Estocolmo. La estación fue construida en 1952, pero la obra pixelada de Lars Arrhenius es una adición de 2008. La pieza fue comisionada con la condición de que tenía que usar azulejos.

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Arrhenius se inspiró en los alrededores de Thorildplan. Los cruces de calles, rondas, aceras elevadas, ascensores y escaleras le recordaban los intrincados niveles de los videojuegos. Asi que realizó un trabajo inspirado en los videojuegos y en la estética de 8 bits, muy presente en toda su obra: nubes pixeladas, potenciadores de hongos y proyectiles.

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Odenplan

Colgada del techo del pasillo de la entrada oeste de la estación Odenplan, la instalación titulada Life Line de David Svensson consiste en líneas blancas dentadas de luz fluorescente que brillan intensamente. Cuatrocientos metros de iluminación LED que aparte de alumbrar representan los bioritmos del corazón del hijo del artista, como se mostraban en el monitor CTG durante el parto.

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Tekniska Högskolan

En 1973 el Instituto Real de Tecnología, Tekniska Högskolan, consiguió su estación de metro. Por eso, la estación creada por Lennart Mörk es una celebración de a avances y descubrimientos científicos. Cinco poliedros regulares se sitúan en el andén, cada uno de los cuales representa uno de los cinco elementos de Platón: fuego, agua, aire, tierra y éter. También hay representaciones del heliocentrismo copernicano, las tres leyes del movimiento de Newton y los intentos de da Vinci de crear una máquina voladora.

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Mörby Centrum

Los artistas, Gösta Wessel y Karin Ek querían enfatizar el paisaje cambiante en un viaje, por eso las paredes cambian de color dependiendo de dónde uno se situe en el andén. Desde un extremo parece blanca con un ligero tono de rosa, y desde el otro blanco y verde grisáceo. Esta ilusión óptica se consiguió iluminando primero la pared y pintando sus sombras de un lado y otro.

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Kungsträdgården

Kungsträdgården (jardín del rey) —situada en el centro de Estocolmo— toma el nombre de uno de los parques públicos más antiguos de Estocolmo. Entre 1643 y 1825 fue un jardín francés y formó parte del Palacio Makalös. Después de que Makalös se incendiara, en 1875 el parque pasó al Ayuntamiento de Estocolmo, y se abrió al público. El esquema de colores, rojo, blanco y verde, hacen referencia al jardín francés y las estatuas alrededor de la estación son réplicas del Palacio Makalös. Viñetas de azulejos cuentan está historia.

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Fotos: Paco Neumann