Empire of the Sun

Una visión dio origen al tercer disco del dúo australiano, un canto a la naturaleza en clave de electro-pop y rock setentero plagado de colaboraciones de lujo. Hablamos sobre él con Nick Littlemore.

Two Vines: “El nombre del disco proviene de una visión que tuve. En ella se podía ver una gran ciudad cubierta por completo de viñas. Es el concepto de la naturaleza tomando de nuevo el control del planeta, arrebatándoselo al hombre, que siempre ha tratado de arruinarlo”.
Antiguo pero moderno: “Siempre nos movemos en la línea que separa la modernidad -en términos de producción y mezcla- y ese brillo especial que se consigue gracias a los equipos antiguos. Todavía nos gusta mucho grabar sin ordenadores, usando cintas magnéticas, en habitaciones llenas de músicos de verdad. Básicamente lo que tratamos de hacer es usar el equipo vintage que tenemos para volver a una época con un sonido más clásico y tratar de crear algo nuevo a partir de ahí”.
Budismo: “Nunca me he considerado una persona religiosa, pero un día, durante un trance muy profundo, Buda se reveló ante mí. Desde ese momento trato de reparar el mundo e incluir un mensaje positivo en mi trabajo”.

Empire of the Sun

Lindsey Buckingham: “Siempre ha sido una influencia para mí, incluso antes de entender la música. Mi primer concierto fue uno de Fleetwood Mac en Sidney, en 1986, al que me llevaron mis padres. Desde entonces su música ha sido siempre una parte muy importante de mi corazón. Así que tenerle en el estudio fue una bendición. Es un alma muy generosa y su contribución fluyó de manera natural”.
Otras colaboraciones: “Hemos tenido la suerte de contar con Henry Hey y Tim Lefebvre, que participaron en la grabación de Blackstar, el último disco de Bowie. A Henry le conocí a través de Phil Ramone y enseguida iniciamos una relación muy estrecha. Es siempre un placer y un verdadero privilegio crear música con gente tan increíble y obviamente, con Bowie siendo un enigma tan grande, cualquiera que haya trabajado con él consigue un estatus de aprobación por parte de cualquier persona del planeta”.
David Bowie: “Cuando Bowie murió estábamos en Hawai, grabando el disco. De vuelta al hotel puse algunas canciones suyas en el coche y no fue tristeza lo que sentí, sino una especie de locura al saber que en aquel momento todo el mundo estaba escuchando algún tema suyo. Era como si en el cielo se celebrase el mayor concierto de la historia. Creo que es un ser celestial que nos observa y su energía fluye a través de nosotros”.

“Two Vines” está editado por Universal Music.

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