Chriz Amaya es una máscara. A través de una mezcla de influencias urbanas y experimentales explora temas de dolor, pérdida y vergüenza en No Me Quiero Morir en L.A., un disco que tiene el potencial de catapultarlo -bastante- alto.
Es curioso cómo di con Christian. Estaba scrolleando en Instagram aparece una escena mística; oscura, sórdida… melancólica incluso; pero adictiva. Resulta que no era un director audiovisual. En su lugar, me encuentro con un músico (de Veracruz) con un sonido que vale la pena tener en el radar. En su trabajo, el reggaetón se mezcla con el pop y lo experimental a manera de catarsis de sus demonios; demonios que le han hecho ponerse la máscara de Chriz Amaya. Y todo desemboca en No Me Quiero Morir en LA, su primer EP.
Fotos vía @chrizamaya.
Estás estrenando No Me Quiero Morir en LA. ¿Cómo se dio?
Fue un accidente. Mi productor y yo solo hacíamos sencillos; pero todo cambió con Inocente. Ese tema materializaba justamente cómo quería que fuese mi sonido y mi lenguaje visual. De allí nace la idea de hacer solo algo más.
¿De dónde viene el nombre?
También fue un accidente. Sale de una canción que hicimos a manera de broma, Culpable. Yo tenía la espina de hacer trap y mi productor logró hacer una base en cinco minutos; la letra también se hizo rapidísimo. Y lo peor es que sonaba -muy- bien. En ella hay una barra que dice “Me quiero matar, pero no me quiero morir en LA” … y me encantó. El nombre en realidad es más como una idea de no olvidarse de dónde viene uno… porque mi casa está en México.
¿Culpable fue lo que cementó la idea?
A tal punto se terminó convirtiendo la intro. También queríamos darle un plot twist al final. Resulta que entre el fin de la letra y el fin de la base quedaba un espacio “en blanco” y no sabíamos qué hacer. Entonces, me acuerdo que mi madre me había enviado un audio por WhatsApp cuando cumplí años en 2022; decidimos usarlo para ese hueco que quedaba y encajaba exactamente con el timeframe.
Tu sonido se mueve en un terreno de melancolía, oscuridad y algo muy seductor… ¿de dónde viene ese mood?
Viene de una mezcla de reggaetón y pop, pero también quería algo diferente a lo que se está oyendo ahí fuera. Y aunque uno no trate de copiar, las influencias siempre van a salir a relucir.
¿Quiénes son esas influencias?
Pues hay un poco de todo… Green Day, My Chemical Romance, The Weeknd, Ye…
¿Romantizas mucho la oscuridad?
Es más una forma de hacer catarsis con todo lo que me ha hecho daño que romantizar lo negativo… el disco viene de un lugar de ruptura, de peleas con mis antiguos compañeros de banda, traiciones….
¿Mostrar la cara arruinaría el personaje o lo haría demasiado real?
Tiene que ver un poco con lo que sentía en ese momento. Justo cuando explotó todo, Ye acababa de sacar Donda, el disco donde se cubre la cara con una máscara negra. Para mí, taparse la cara lo interpreté como vergüenza; vergüenza de que me traicionaran, de sentir todo eso que sentía y la adopté para Chriz; porque vale la pena resaltar que está Chriz Amaya y Christian.
¿Hasta dónde te expones?
Hay muchas cosas que todavía no estoy listo para soltar ni exteriorizar. ¿Me gustaría poder? Claro… pero siento que todavía no es el momento para hacerlo. Apenas he podido soltar lo que he puesto en NMQMELA. Algún día me quitaré la máscara (literal y figurativamente); pero ahora estoy en esta fase.
Estamos viendo un boom de artistas en Latam como NSQK, Álvaro Díaz, Easykid, Lara Project… ¿es el momento de los emos al otro lado del charco?
Creo que estamos buscando algo más real. Ya podemos darnos cuenta de que estamos en otra época. Y bueno, también puede ser que con el cambio de generación en LATAM nos estemos quitando muchos tabús y empezando a tocar temas más complejos.
¿De dónde viene ese ideario visual?
Si ves a Jodorowsky vas a entender de dónde viene todo. Es un director que me enamoró desde que di con él; lo descubrí cuando estaba buscando ideas para el videoclip de Inocente y su obra era -exactamente- cómo quería que se viese todo esto.
¿De dónde viene el componente religioso?
Parte viene de Jodorowsky; pero también viene de mi propia fe. Mucha gente ve la máscara debajo de la corona de espinas y al hombre de látex y piensan que son ataques; pero en realidad son cartas de amor. Y también estudié en colegio de curas.
¿Qué te mueve?
Mis demonios son el combustible que me permite hacer todo lo que hago. Nmqmela es un homenaje particular a cada uno.
Y, ¿qué buscas destruir?
Me gustaría romper es el tema de los estereotipos de la “música mexicana”. No todo es una canción regional o un corrido tumbado hablando de la narco cultura. Allí se está creando arte y quiero que se vea el espectro completo.
¿Qué viene después del exorcismo?
Me encantaría poder hacer una gira, pero la situación ahora Estados Unidos no lo permite. También quiero compensar con ese “tiempo muerto” y ponerme a hacer música… me encantaría poder hacer un Vol. 2… también quiero volver a casa.
