La joven creadora francesa Anaïs Guery desarrolló su firma epónima (a.guery) en 2014 utilizando un nuevo lenguaje basado en la Costura tradicional y la artesanía pero dotándolo de una interpretación moderna y rompedora. Su experiencia en firmas como Christian Dior, Balenciaga o Cacharel la ha dotado de una especial sensibilidad frente a la feminidad en términos contemporáneos. De París a Londres, y de allí a Nueva York, para volver finalmente a Francia para encontrar su propia voz como diseñadora.
Orígenes: “Mi primer acercamiento a la moda fue a través de la historia del arte y los textiles antiguos. En mi familia coser era toda una tradición y me sentí muy atraída por la posibilidad de dominar tanto la técnica como la parte creativa que implica la moda. De joven yo solía pasar mucho tiempo consultando libros en las bibliotecas públicas para reunir ideas de detalles, formas, tejidos, colores. Recuerdo el placer del proceso de inspiración. Cuando estudiaba, solía experimentar mucho manipulando el tejido y el patronaje, que siempre ha sido mi pasión. No ‘decidí’ convertirme en diseñadora, fue algo que simplemente ocurrió poco a poco, de forma natural”.
Lecciones: “Cuando trabajé en Dior, Balenciaga y Cacharel aprendí lo que podríamos llamar una obsesión por la innovación y la inspiración, una búsqueda continua del ‘sentimiento’, nuevas ideas para crear algo de la nada, algo que se comunique con tu sentimiento más profundo de belleza. Es algo muy personal, sin embargo, aprendes a hacerlo rodeado de un montón de gente en esa especial atmósfera zumbante tan típica del estudio de una firma de moda importante. Lo que más me hizo aprender en esa etapa fue la manipulación de los tejidos y la importancia que le daban a los detalles infinitesimales, como el peso de dos sedas que jurarías que son la misma, pero que no lo son”
Pasión: “Dar forma a una idea ha sido también un largo proceso de aprendizaje que comenzó muy pronto y que aún continúa vivo en mí. Es algo que va sobre decidir proporciones y líneas a usar, pero que al final es la tela la que te va a permitir o no. El pasar del 2D al 3D es muy emocionante. A veces no puedes reproducir un boceto de la forma en que tenías pensado. Es por esto que yo invierto mucho más tiempo con el patronaje o el modelado. En última instancia lo que tienes en mente es trabajar con una visión adaptativa todo el tiempo -micro cuando se miran los acabados más pequeños y macro cuando se valora una prenda o parte de ella cuando consideras la silueta y encanto global”.
Identidad: “Nueva York estaba lleno de una energía loca, ¡todo me parecía tan fresco allí! Aquello tiene mucho que ver con el folclore y la diferencia que una nueva cultura imprime en ti. Pero para mí era importante lanzar mi la marca en el mismo escenario –mercado, sería una palabra más realista- que el de las Maisons que me hicieron lo que soy. Me sentí tan francesa en Nueva York y Londres, que lo que realmente me hizo fue pensar en lo que me hacía tan francesa. El estilo, y yo diría que la feminidad, son singulares en Francia. Son a la vez algo muy natural y sofisticado aquí, algo que yo realmente aprecio ahora, y que eché de menos en Nueva York y Londres. Allí tienes que ser extrema de una manera intensa, o casual hasta un punto que creo que en Francia no somos capaces de serlo. Me gusta jugar con la moda en semitonos, con pinceladas de insolencia solo de vez en cuando”.
Inspiración: “Sin duda mi estilo tiene un enfoque realista en las chaquetas, los hombros, la forma en que se lleva esto o aquello. Va sobre las texturas y materiales que me gustaría ver en la gente y la mayoría de las veces me inspiro en todo menos en la moda en si. El tacto de una pared, la transparencia de una cortina a cierta hora de la tarde… Otra vez hablo de impresiones y sentimientos. En cuanto a cortes y siluetas respeto una línea roja que siempre sigo, el crear colecciones como si fueran la continuación de lo que comenzó hace años y años en mi cabeza, cambiando ligeramente de una colección a otra”.
Proceso: “Siempre parto de la idea del arquetipo sobre el que quiero trabajar, casi siempre un tipo de chaqueta especial. Tengo en mente, por ejemplo, el corte especial de la cremallera de una chaqueta motera, la apertura asimétrica de blazer… Entonces empiezo a enredar entorno a esa idea con ideas abstractas que me vienen, inspiraciones artísticas a la que soy permeable en ese momento, una textura o técnica específica con la que quiero experimentar… Es una mezcla constante entre las formas que me han fascinado desde el principio de mi carrera y mi actual gusto en cuanto a textiles y texturas. La mayoría de las veces es algo que viene de fuera de la esfera de la moda”.
Originalidad: “Algo esencial para un diseñador es cómo decides entretejer la parte de los códigos reconocibles y los totalmente originales que empleas. Para mí esto es una parte muy emocionante del trabajo: una gran cantidad de formas ya existen y significan algo para la gente. Códigos que mueven algo en cada persona y los llevan a espacios comunes. Es entonces cuando los tejidos, las proporciones y los detalles tienen que aportar algo completamente singular”.
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http://www.aguery.com/
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Texto: Agustín Velasco
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Esta entrevista pertenece al número de primavera de Neo2, puedes leer más entrevistas como esta en FREE ISSUES
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