En nuestro número de verano viajamos con Ermenegildo Zegna a Milán para asistir a Fabulae Naturae, la performance del chef David Oldani y los artistas Jorge y Lucy Orta en la sede de la marca en via Savona -2 días para familiarizarnos con el mecenazgo Zegnart, su archivo histórico y su compromiso con la sostenibilidad
Popularmente conocido por la solera y el discreto encanto de su etiqueta homónima (ese clasicismo dandy, tan funcional como refinado, que la familia Zegna ha cultivado y actualizado a lo largo de cuatro generaciones), no merece menos atención el idilio que Ermenegildo Zegna mantiene desde hace décadas con la creación contemporánea. Con especial sensibilidad hacia la fusión entre pureza formal e intelectualidad, el vínculo más representativo de este emblemático leit motiv es el que él y su mujer Anna, presidenta de la Fundación Zegna, mantienen con la pareja (artística y sentimental) formada por Jorge y Lucy Orta, que en sus 20 años de trabajo en común han levantado ampollas cuestionando distintas prácticas y carencias del establishment desde un enfoque interactivo y multidisciplinar. El pasado mes de mayo visitamos las oficinas de la marca en Milán con motivo de la presentación de Fabulae Naturae, el fruto más reciente de este fecundo mecenazgo.
Comisariada por Maria Luisa Frisa, que trabaja con el dúo desde 2012, Fabulae Naturae es la continuación lógica de Fabulae Romanae, intervención creada para el National Museum of XXI Century Arts – MAXXI (Roma), de tal manera que los seres sobrenaturales que atravesaban la capital italiana se convierten en Milán en criaturas mitológicas. El acto XXXVII de los artistas, englobado dentro de su serie 70×7 The Meal, reunió a una veintena de figurantes reminiscentes, máscaras y atrezzo mediante, de la fauna de los bosques, que contó con el aderezo musical Symphony for Absent Wildlife, sinfonía que los Orta compusieron a partir de la combinación de flautas y trinos de pájaros de diversas especies, evocando con el conjunto el coro de una tragedia griega. Resultado: una armónica y mágica experiencia multisensorial en la que se fusionaban estímulos visuales, auditivos y también gustativos gracias a la performance propia de Davide Oldani. El acto fue presidido por un árbol artificial a escala real cuyas ramas alojaban las pistas de las diferentes fases de la jornada gastronómica diseñada por el chef y su peculiar menú, la más pura evidencia de que exquisitez y sostenibilidad no están reñidas.
Enmarcado en la guía argumental de la Exposición Mundial de la Alimentación 2015, este exclusivo proyecto encarna una reflexión artística sobre la comida como fuente de energía y de vida, así como expresión del gusto y la convivencia. Todo ello desde un enfoque en el que priman las nociones de naturaleza y protección medioambiental, uno de los pilares más arraigados en el ADN de Ermenegildo Zegna. Ha sido este rasgo común lo que llevó al matrimonio Orta a bucear en los archivos del Heberlein Fund, una amplia colección de muestras textiles con estampados botánicos que el Archivo Zegna comenzó a recopilar en los años 70, en los que el dúo se inspiraría para la creación de los inmensos murales y platos de porcelana con motivos florales que adornaban las oficinas de la marca en la milanesa Via Savona. A imagen y semejanza de una arboleda, la acción evocaba sutilmente el Oasis Zegna, la paradisíaca reserva natural en la que Ermenegildo Zegna hizo plantar 500.000 árboles, con la subsiguiente articulación de un nuevo ecosistema en la región de Trivero. En este punto de encuentro entre la realidad y la imaginación, la exposición despliega su compartida visión de la naturaleza como un generoso entorno repleto de valiosos regalos, siempre que sus recursos sean utilizados con mesura y sostenibilidad. Oldani, por su parte, sintonizó con este armonioso enfoque expresando en los manjares servidos los conceptos de estacionalidad, calidad y crudeza de los ingredientes, buscando el equilibrio entre los contrastes.
El broche de oro a esta estimulante presentación tuvo lugar al día siguiente, cuando la comitiva de periodistas que allí nos congregamos fue trasladada a Casa Zegna (también en Trivero), sede del Archivo Zegna, que acoge una compilación histórica de los elementos clave de las colecciones de la casa desde 1930. Allí pudimos descubrir una cuidadosa selección de materias primas, retales antiguos y lanas procedentes de animales de los cinco continentes, así como familiarizarnos con la maquinaria y las técnicas de hilado y tinte habitualmente utilizadas para la confección de sus prendas.
Como nota solidaria, Lucy y Jorge Orta han creado una edición limitada de 500 platos de porcelana Royal Limoges personalizados con los motivos del Heberlein Fund del Archivo Zegna, cuyos beneficios se destinarán a la restauración del viñedo de Punta Mesco (Levanto) y la subsiguiente revalorización agrícola del asentamiento rural de Casa Lovara, en el Parque Cinque Terre.
Texto: Carmen Cocina
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IN OUR SUMMER ISSUE WE TRAVEL TO MILAN WITH ERMENEGILDO ZEGNA TO ATTEND FABULAE NATURAE, A PERFORMANCE BY CHEF DAVID OLDANI AND OTHER ARTISTS, JORGE AND LUCY ORTA, AT THE BRAND’S HQ ON VIA SAVONA – TWO DAYS TO FAMILIARISE OURSELVES WITH ZEGNART’S SPONSORSHIP, ITS HISTORICAL ARCHIVE AND ITS PROMISE TO ENVIRONMENTAL SUSTAINABILITY
Well known for the tradition and discrete charm of its label of the same name (that dandy classicism, as functional as it is refined, that the Zegna family has cultivated and updated across four generations), the idyll that Ermenegildo Zegna has kept for decades for contemporary creation deserves no less attention. With a special kind of sensitivity towards the fusion between shape purity and intellectuality, the most representative link of this emblematic leitmotif is that which he and his wife Anna, president of the Fondazione Zegna, have with the (both artistic and romantic) couple Jorge and Lucy Orta, who, in their 20 years of working together, have raised hackles by questioning different practises and shortages in the establishment, using an interactive and multidisciplinary focus. In May, we visited the brand’s offices in Milan for the launch of Fabulae Naturae, the latest fruit to blossom from this fertile sponsorship.
Curated by Maria Luisa Frisa, who has been working with the pair since 2012, Fabulae Naturae is the logical continuation of Fabulae Romanae, an intervention created by the National Museum of XXI Century Arts – MAXXI (Rome), in such a way that those supernatural beings who crossed the Italian capital were turned into mythological creatures in Milan. In the artists’ XXXVII act, part of their 70 x 7 The Meal series, they brought together twenty reminiscent figureheads, masks and attrezzo with it, from the fauna of the woods, which also included the added touch of music from the Symphony for Absent Wildlife, a piece composed by the Ortas using a combination of flutes and birdsong from different species, with the ensemble evoking the chorus of a Greek tragedy. The result: a harmonious and magical multi-sensory experience in which visual, auditory and taste stimuli fused together, the latter thanks to a performance by Davide Oldani. The act was presided over by a real-scale artificial tree, whose branches held clues to the different stages of the gastronomic timetable, designed by the chef and his peculiar menu – the purest evidence that exquisiteness and sustainability are not mutually exclusive.
Part of the 2015 World Food Expo’s guide, this exclusive project incarnates an artistic reflection on food as a source of energy and life, as well as being the expression of taste and coexistence. All of this from a focus in which notions of nature and protecting the environment come first, one of the deepest-rooted pillars in Ermenegildo Zegna’s foundations. It was this common concern that took the Ortas to dive into the Heberlein Fund archives, a broad collection of textile samples with botanical patterns that the Zegna Archive started to compile in the Seventies, in which the duo would find inspiration for the creation of immense murals and porcelain plates with floral motifs that adorned the brand’s offices on Via Savona in Milan. In the image and similarity to a coppice, the action gently evoked the Zegna Oasis, the paradise-like nature reserve in which Ermenegildo Zegna had 500,000 trees planted, with the subsequent articulation of a new ecosystem in the region of Trivero. At this meeting point between reality and imagination, the exhibition unfurls its shared vision of nature as a generous environment brimming with valuable gifts, as long as its resources are used with care and in a sustainable manner. Oldani, for his part, tuned into this harmonious focus, expressing the concepts of seasonality, quality and rawness of ingredients within the feasts he served up, seeking balance between the contrasts.
The grand finale to this stimulating presentation took place the following day, when the procession of journalists who had gathered there were moved to Casa Zegna (also in Trivero), location of the Zegna archive, that has housed a historical compilation of the key elements to the house’s collection since 1930. There, we were able to discover a well cared-for selection of raw materials, antique remnants and wools from animals belonging to all five continents, as well as familiarise ourselves with the machinery and thread and dye techniques that they usually use for the creation of their garments.
On a solidarity note, Lucy and Jorge Orta have created a limited edition run of 500 Royal Limoges porcelain plates, personalised with motifs from the Heberlein Fund of the Zegna archive, and the benefits will go towards the restoration of Punta Mesco (Levanto) vineyard and the subsequent agricultural benefits of the Casa Lovera rural settlement, in Cinque Terre park.
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