Gorillaz, la banda virtual de Damon Albarn y Jamie Hewlett demostró que siguen siendo vanguardia absoluta, en la primera y exitosa edición de Pulse of Gaia, el nuevo festival de la capital.
Corría el año 2001 y, muchos de nosotros, nos quedábamos embobados durante horas viendo MTV. Un desfile interminable de videoclips de lo más variopintos—desde Britney, a Christina, pasando por Jamiroquai o Destiny’s Child, hasta llegar a Kylie o Nelly Furtado— amenizaban nuestras tardes adolescentes. Pero, de repente, nuestro mundo se detuvo. Surgió la primera banda virtual, y anónima en aquel momento: Gorillaz.
Una sucesión de dibujos animados llenaron de color los tubos catódicos de nuestros televisores y comenzaron la revolución. La notas de una melódica se nos grababan en nuestro cerebro a caballo entre la infancia y la pubertad. En los rótulos del cana rezaba lo siguiente: Canción: “Clint Eastwood”. Grupo: Gorillaz. Todavía quedaba algún tiempo para que asociásemos la voz de 2D, con la de la gloria del Brit-pop. Damon Albarn. Para los de nuestra generación, Gorillaz fue la semilla primigenia, el alfa y omega de nuestra ceremonia iniciática en la vanguardia.

Casi un cuarto de siglo después de ese shock inicial y ya crecidos, el idilio con Gorillaz sigue intacto. Y tanto es así, que con bastantes conciertos a nuestras espaldas de la banda de Albarn, no pudimos evitar quedarnos absoluta y gratamente sorprendidos con el despliegue de talento genuino, a golpe de temazos, que sucedió en el único bolo de Gorillaz.
Pulse of Gaia, el nuevo festival madrileño que nos ha traído a Gorillaz
El nuevo festival Pulse of Gaia fue el encargado de programar este acontecimiento, con el que para nada contábamos. Tras cuatro conciertos en Londres — en los que Damon y compañía interpretaron sus tres primeros álbumes al completo y su nuevo disco— 2D, Noodle, Murdoc y Russel saltaron al escenario (de manera figurada y visual) para repasar lo que han sido estas décadas de música, así como lo que está por venir.

Albarn, ataviado con una chaqueta militar traduciendo en moda su último single, “The Dictator”, junto al dúo celebérrimo, Sparks, puso en marcha la maquinaria. Acompañado de sus músicos habituales, un enorme plantel de coristas y colaboraciones por doquier, Damon supo cómo meterse al público el bolsillo.
25 años (animados) no son nada
La ristra de singles invaluables de Gorillaz vertebró el show. Así sonaron la anteriormente citada “Clint Eastwood”, “Feel Good Inc.” con De La Soul incluido, el bajo sincopado de “Stylo” o el ritmo electrónicamente aterciopela de “On Melancholy Hill”. Un auténtico despliegue en el que no faltó ocasión para repasar algunos de sus nuevos temas de “The Mountain” , el próximo LP de Gorillaz que saldrá a la venta en marzo, en compañía de ilustres colaboradores como es el artista urbano argentino, Trueno.

Sin duda, y muchos coincidimos en esta afirmación, fue uno de los mejores conciertos de Gorillaz que hemos presenciado. Un setlist sobresaliente, Damon Albarn en estado de gracia, una banda perfectamente engrasada y un sonido de excepción, marcaron el recital de Pulse of Gaia. Mención especial a todos los niños y adolescentes que, entre los 18.000 asistentes, coreaban cada sílaba de las letras, recordándonos que la música nos salvará y que, por más tiempo que pase, siempre habrá un niño que frente a una pantalla se vuelva a enamorar de Gorillaz.

