Buzzing o la moda de los insectos

Buzzing, la historia de los insectos en la cultura, la moda, el arte y la yoyería

La relación entre el ser humano y los insectos es una historia de amor y odio. Quien más quien menos tiene un arsenal debajo del fregadero para aniquilarlos. No queremos verlos corretear, pero están en boca de todos. Hablamos de los criaderos chinos de cucarachas, de sus propiedades nutritivas y cosméticas, decimos que son el futuro cuando es la especie animal más antigua del planeta con cientos de millones de años pululando por aquí. Nos repugnan, pero nos encantan cuando los vemos estampados en costosas colecciones de Gucci o Burberry. También cuando su morfología se convierte en joyas donde piedras preciosas articulan patas y antenas. Pero no siempre hemos sido tan contradictorios. Un meme de hace 5.000 años lo corrobora: el escarabajo.

Fotografía: Lucia Giacani @luciagiacani
Dirección de Arte: Alessio Surace @alessiosurace
Texto: Ramón Fano @mongomeri
Modelo: Nordi @ 26 Models
Maquillaje: Elena Pivetta @greenappleitalia con @agenovskincare
Peluquería Rita dell’Orco @ritadellorcome
Artista Insectos: Lorenzo Possenti www.ecofauna.com
Asistente Fotografía: Clara Pintaudi
Localización: G2 Studio Milano

Buzzing o la moda de los insectos

Buzzing en la Cultura Maya y Antiguo Egipto

Tanto en la Cultura Maya como en el Antiguo Egipto, los coleópteros eran considerados amuletos con propiedades relacionadas con la resurrección y la longevidad. Eran vistos como auténticos complejos vitamínicos que proporcionaban fuerza y protección. El folclore Maya ha llegado incluso hasta nuestros días con sus famosos escarabajos yucatecos que, customizados con oro y rubies, cumplen condena perpetua encadenados a las solapas de ricas damas a modo de broche. Sin embargo, la cultura occidental, heredera del pensamiento aristotélico, nunca ha sido muy entomológica que digamos. Es al célebre filósofo a quien se atribuye la teoría de que los insectos surgen por generación espontánea de los escrementos y la putrefacción.

Buzzing o la moda de los insectos

Buzzing en el siglo XVII

Un miedo a lo desconocido que la Iglesia Católica incrementa durante la Edad Media, asociando los insectos a “Bestias del Diablo”. Y es cierto que sus picaduras nos han ocasionado más de un disgusto. Aunque en el siglo XV, pintores renacentistas como Sandro Botticelli y Alberto Durero ya pintaban avispas y mariposas, no es hasta el siglo XVII, y gracias al microscopio, que los insectos se convierten en musas de artistas gráficos aliados de la ciencia. Un interés plasmado sobre papel en 1634 bajo el título de Insectorum Sive Minimorum Animalium Theatrum. Tratados de entomología, hoy objetos de culto, con descriptivos dibujos de artistas, curiosamente casi todos relacionados con los protestantes Países Bajos, como Jacob de Gheyn, Jan Goedart, Jan van Kessel, o Maria Sibylla Merian.

Buzzing o la moda de los insectos

Insectos en las vanguardias artísticas

El interés de occidente por el exotismo de la entomología fue aumentando a lo largo del siglo XVIII en paralelo a la sofisticación de los medios de impresión. Tratados de ciencia y arte con obras de artistas científicos como el suizo Johann Rudolph Schellenberg o el inglés James Edward Smith fueron caldo de cultivo para movimientos artísticos de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Desde entonces, las vanguardias, sobre todo surrealistas, están plagadas de insectos: Luis Buñuel con sus hormigas, cucarachas y moscas; el escarabajo de Frank Kafka; los artrópodos de Elsa Schiaparelli; Federico García Lorca y sus insectos o el otro escarabajo de Vicente Aleixandre… Incluso inspiran el nuevo vocabulario en los tiempos del hype. Aunque no tengo claro si la cultura del Buzz hay que atribuirla a las abejas, a los mosquitos o a los moscones.