La pasión de los propietarios de Casa Montesa por vivir rodeados de naturaleza se materializa en un invernadero agrícola de 36 m2, concebido como una extensión de la vivienda. El divertido diseño es obra del estudio de arquitectura Lucas y Hernández-Gil junto a su firma de diseño y mobiliario Kresta Design.
El entorno natural del pantano de San Juan es un lugar excepcional en la parte occidental de la Sierra de Madrid, con una playa de 14 kilómetros ideal para darse un refrescante chapuzón o tumbarse a tomar el sol. En sus alrededores, se ubica Casa Montesa, un antiguo bungaló de los años setenta recién transformado en un cómodo y pintoresco hogar gracias al equipo de arquitectos liderado por Cristina Domínguez Lucas y Fernando Hernández-Gil Ruano. Los detalles de la reforma de la vivienda los revelaremos a primeros de junio, en el número en papel de Neo2. Aunque no nos hemos podido resistir a contar cómo es este singular espacio extra, que luce junto a la piscina del jardín con un estilo rústico chic.
Bautizado como Kresta Garden House, la estructura customizada del invernadero agrícola prefabricado es la gran protagonista de la frondosa parcela de 1000 m2 de Casa Montesa. Desafiando su uso tradicional, el diseño apuesta por crear no solo un espacio para las plantas y labores del jardín, sino un pabellón multifuncional que se convierta en el mejor complemento de una pequeña casa de fin de semana. Y es que este invernadero ha sido ideado para que en su interior puedan tener cabida distintas actividades, como la práctica del ejercicio, las tareas de la oficina o los trabajos del taller. Además, de ser un rincón perfecto para relajarse o un cuarto de lo más original para invitar a los amigos.
Kresta Garden House: el gran encanto del invernadero como habitación
El exterior de la ligera estructura de acero galvanizado se caracteriza por su estética industrial. En el interior, la cubierta a dos aguas proporciona amplitud al espacio de 36 m2 (9 metros de largo x 4 metros de ancho), abundantemente iluminado a través del cerramiento de policarbonato translúcido. Para proteger el volumen del sol, los arquitectos colocan una pérgola con persianas de lamas de madera Barcelona. Y, además, añaden como barrera aislante unas cortinas térmicas en las puertas correderas de las dos entradas, que a su vez aportan privacidad al interior.
Arquitectura y diseño: dormir contemplando las estrellas en un camarote con ruedas en la Sierra de Madrid
Los tonos neutros predominan en la estructura metálica y el suelo de viroc, enfatizando la luminosidad del espacio. El toque de color y distinción lo introducen los singulares elementos de mobiliario. Piezas clásicas, entre las que destacan las lámparas colgantes P376 de Fabricius and Kastholm para Nordisk Solar Compagni y las butacas Pacha del diseñador francés Pierre Paulin reeditadas por Gubi. Una cuidadosa selección que convive con piezas contemporáneas, como las butacas de cuerda MR01 Initial Chair de Mathias Steen Rasmussen para Gubi y la mesa de chapa perforada amarilla Kresta Genuine 9 con ruedas de nylon rojo. A las que hay que sumar el camarote rodante de abedul, concebido por los arquitectos como “un dormitorio satélite, con una escalera por la que se sube a la plataforma superior. Solo hay que empujarlo para sacarlo rodando al jardín; y así, se convierte en el sitio perfecto para ver las estrellas”.
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Créditos de Kresta Garden House #01:
Arquitectura y diseño: Lucas y Hernández-Gil + Kresta Design
Equipo: Cristina Domínguez Lucas, Fernando Hernández-Gil Ruano
Colaboradores Proyecto: Sara Urriza Nolan, Lucía Balboa Domínguez, Javier Rodríguez Díez-Cordovés y Vittoria Vicenzi
Ubicación: Sierra de Madrid
Superficie: 36 m2
Superficie de la parcela: 1.000 m2
Año de finalización: 2023
Fotografía: José Hevia
