Provenientes del mundo del graffiti, Jasmin Siddiqui (1981) aka Hera y Falk Lehmann (1977) aka Akut (Herakut), llevan desde comienzos del 2000 trabajando de forma conjunta.

La antiestética belleza de Herakut

A pesar de mostrar reticencias ante la posibilidad de convertirse en artistas de élite, en mercaderes de lo urbano, hoy en día, sus trabajos son expuestos tanto en galerías de arte como en espacios públicos, de todo el mundo, bajo la tutela de las administraciones locales.

Se conocieron en Sevilla (España) en un evento en el que ambos pintaban. Poco tiempo necesitaron para comprender que la mitología figurativa de Hera era el discanto ideal al realismo plástico de Akut. El resultado de aquella unión todavía activa: murales y escenas de enorme belleza, acertadamente imperfectas, en las que predominan los colores ácidos y algo fascinante y místico, que hacen de esas composiciones a gran escala la motonave que nos lleva a naufragar por un extraño cuento de los Hermanos Grimm.

Aunque el espray es su medio básico de trabajo, también recurren al pincel, y utilizan, como elementos auxiliares, el rodillo y plantillas de cartón de las que se sirven para definir los ojos, narices y bocas consiguiendo un efecto realista sorprendente.

Incidiendo en la revalorización de lo imperfecto – algo que fascina especialmente a Hera, que se reconoce seducida por la belleza defectuosa de los Dioses de la Mitología griega – añaden frases enigmáticas que buscan generar un estímulo al viandante, un mensaje de apoyo, vocablos que parecen querer decirle “revélate”.

Desde su reconocimiento nacional e internacional, Herakut ha dado un salto del mundo cerrado y underground del graffiti al sistema del arte oficial actual, por la necesidad de comunicarse con el gran público, y han realizado murales en diversas ciudades con el objetivo de adoctrinar a los inexpertos graffiteros, instigándoles a respetar el entorno urbano.

Comprometidos con los más desfavorecidos, el dúo orienta su proyecto también como medio de denuncia social, mostrando, en este sentido, su solidaridad con los sirios en un campo de refugiados en Jordania (Za’atari, en colaboración con AptArt y ACTED).

Han extrapolado su labor artística a otros soportes como la fotografía. Pero es en la escultura donde descubrimos que las capacidades de expresión plástica de Herakut no tienen parangón. Hoy en día el mundo del Street Art les debe mucho de su reconocimiento social.

Texto: Mariña Alonso

La antiestética belleza de Herakut

La antiestética belleza de Herakut