La Barcelona más vintage

Seagram’s lanza una guía que reúne los sitios clave del vintage barcelonés.

Nos encanta el vintage. Hay algo en lo antiguo que nos atrae sin remedio. Es esa nostalgia de tiempos que hemos idealizado a través de películas, fotos, y recuerdos muchas veces creados de la nada. Por eso nos pasamos los domingos enteros rebuscando en los mercadillos para dar con esa prenda o ese mueble que nos permita revivir esas sensaciones. Afortunadamente, no estamos solos, y cada vez son más los establecimientos que se dedican a recopilar el vintage de la mejor calidad para que nuestra búsqueda de sus frutos lo antes posible.

Conocer los sitios clave del vintage ahora es mucho más fácil gracias a Seagram’s. Al menos en Barcelona, ya que la marca de ginebra americana por excelencia acaba de lanzar la Seagram’s Gin Guía Vintage Barcelona, que continúa la propuesta iniciada durante el año pasado con una guía similar para Madrid. Editada en castellano por Lunwerg y en catalán por Columna, la guía reúne en sus páginas 85 espacios emblemáticos, entre tiendas de decoración y moda, bares, restaurantes, mercadillos y otros locales de especial interés que se caracterizan por haber mantenido su carisma a lo largo del tiempo. La selección ha corrido a cargo de los periodistas Mario Suárez y Anabel Vázquez y de las ilustraciones y los mapas de los barrios se ha ocupado Carla Fuentes (littleisdrawing), siempre bajo el experto asesoramiento de Bob Pop.

Gracias a esta guía descubriremos tiendas en las que encontrar ropa y complementos que nos transportan a décadas pasadas como “Holala!”, “Le Swing” o “Santa Eulalia”; espacios dedicados a auténticos tesoros del interiorismo y el diseño vintage y neovintage  como “Gidlööf”, “Inventory” o “Jaime Beriestain”; bares y coctelerías en las que disfrutar del gin tonic perfecto como “Dry Martini”, “Tandem” o “Boadas”; lugares muy especiales y casi inclasificables como la pastelería “Escribà”, “La Manual Alpargatera” o la farmacia “Bolós”; los hoteles “Cotton House”, “Mandarin Oriental” y “Casa Margot”; restaurantes con decoraciones únicas e irrepetibles como “Casa Lluís” o “Virreina”; y, por supuesto, los mercados, que se convierten en esta guía en los perfectos representantes del vintage efímero.

Paradójicamente, lo antiguo está de moda, y parece que por muchos años. La ventaja es que ahora gracias a Seagram’s lo tenemos mucho más accesible. Aunque siempre nos gustará eso de pasarnos horas y horas rebuscando el objeto vintage perfecto.

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