LA DÉBIL

ENTREVISTAMOS A LA DÉBIL:  CARGANDO PILAS

Tema uno. Play. Unos coros lánguidos flotan por el salón… 10, 15, 20 segundos… y ya. Se acabó. Los pequeños espejismos sonoros existen y hasta ahí alcanza el sosiego y tranquilidad de “Sángrala” (Everlasting, 2012). Suficiente. Por delante tienes una hora de bilis y tensión constante. Música visceral, cruda… una amalgama espacial, hipnótica y rabiosa parida desde las entrañas mismas: “Todas las canciones las componemos a partir de la improvisación. Absolutamente todas. Hasta las versiones. No conocemos otro método de trabajo”. Estamos charlando con los manchegos La Débil a propósito del lanzamiento de su tercer álbum, una nueva entrega tribal cargada de plomo y mala leche. ¿Como definís vosotros vuestra música?: “Como acabas de hacerlo nos gusta. No le des más vueltas”. Grabado en la Zona Temporalmente Autónoma, producidos de nuevo por Carlos Toronado (PAL) y masterizados por Allan Douches, los de Torrijos continúan el trabajo andado en anteriores discos labrando de nuevo su personal camino de renglones torcidos y mutaciones constantes. Una base rítmica a prueba de bombas y alrededor de ella todo tipo de guitarras, theremines, cornetas, teclados, pitches descontrolados, coros de vena en cuello y unas letras que escupen desde lo profundo de aquella cueva. Distorsiones y cierta oscuridad tenebrosa en todos los aspectos…

LA DÉBIL

Siguiendo en vuestra línea usáis formatos muy dispares y distintos – temas progresivos-kraut de 19 minutos, collages de 55 segundos construidos a base de retales musicales, samplers y viejas casetes de control mental, bombas punk de uno y medio, e incluso los tres minutos puro single… ¿Os consideráis ante todo unos experimentadores?: “Ésa es la palabra, porque desde luego, músicos no somos. Así que, si se trata de calificarnos, aceptamos el término. La cuestión está en que no nos basamos en operaciones de prueba y error: operamos sólo con errores. Así que olvida lo de antes. No nos consideramos, sino que somos erroristas”. Bueno, ciertamente tras varias escuchas la palabra que más me convence es experimentación. Parece que os habéis quedado a gusto, ¿Qué esperáis realmente de “Sángrala”? ¿Disco-confirmación?: “¿A quién no le gusta que papá o mamá le acaricie la cabecita cuando ha hecho algo en lo que se ha esforzado? La cuestión está en que La Débil se esfuerza desde que la parió madre, y no sabemos quién puede ser el papá o la mamá. No buscamos reconocimiento en el grupo, la época de atesorar capital social con un grupo de música para nosotros ha pasado o bien jamás se ha contemplado”. “Uralita”, “Que quieren” y “Rite Rite”, las de larga duración… “Ten cuidado”, “Rosario” y “Sángrala” en su versión obsesiva… y por supuesto los tres collages cosidos por los cuatro costados. Una locura controlada. Por cierto, ¿Qué o quién os inspira?: “La juventud, la belleza, el pudor… las emociones morales, sin duda. Y la duda, también”. Bien por los que dudan. “Sángrala” es un disco cabreado, de escucha complicada pero de inherente calidad. Un camión sin frenos. Una obsesión constante. Una barra libre de impulsos descontrolados. Puede tanto incomodarte como recargarte las pilas de manera brutal. No estamos en tiempos para medias tintas, así que me uno al modo recharge.

LA DÉBILFotos: Rubén Cardeña