¿Cómo se puede crear la mejor silla de oficina del mercado?
¿Una silla que sea un top ventas?
Una buena fórmula sería escoger la mejor editora de mobiliario y hacer un encargo a un buen diseñador experto en el diseño de sillas.
A la silla Allstar se le ha aplicado justo esta fórmula: por un lado el productor es la empresa suiza Vitra y por otro lado está el diseñador alemán Konstantin Gric un experto en el diseño de sillas.
Allstar es una silla aparentemente sencilla con una estética New Memphis que puede ser un hit de ventas entre los millones de autónomos que hay en el mundo.
Vitra describe así los detalles técnicos: “Un mecanismo ajustable sincronizado con posibilidad de bloqueo de la posición, ajuste de la profundidad y la altura del asiento y respaldo ajustable. Una robusta estructura en bucle de plástico resistente realiza simultáneamente las funciones de reposabrazos, apoyo del respaldo y brazo ampliado del mecanismo. Permite el movimiento por separado del asiento y del respaldo y transfiere las fuerzas al mecanismo que hay bajo el asiento. La forma orgánica de los cojines del asiento y del respaldo se combina con las funciones técnicas para garantizar un gran nivel de confort. Esto hace que Allstar sea ideal para una amplia variedad de entornos, incluidos aquellos en los que se desea un asiento de alta tecnología pero donde una silla de oficina clásica no sería apropiada por razones estéticas.”
Konstantin Gric es de esos diseñadores que sabe como ir más allá de la funcionalidad, (fundamental por cierto en una silla de oficina) sabe darle ese punto híbrido entre algo pop y algo puramente industrial. Vitra es una empresa que sabe mucho de diseño de mobiliario, tiene un ojo especial para escoger diseñadores y además usa últimamente un ritmo low production que hace que sus lanzamientos estén muy pensados.
Parece que con Allstar son todo aciertos, pero hay un pequeño error de fondo y es el precio. Su PVP será de unos 800 euros algo que multiplica por tres el presupuesto de un autónomo en España y creo que en muchos países pueden pagar por una silla así.
Quizá a Vitra no le interese tanto la venta directa a autónomos o emprendedores sino mas bien introducir esta silla en grandes proyectos de interiorismos de oficina, aún así el precio se dispara y es posible que los clientes e interioristas encuentren soluciones más económicas y técnicas.
Realmente una pena, porque cuando vi las primeras imágenes de esta silla me imaginé, “Vitra lo ha hecho, ha lanzado una silla de precio medio para arrasar en el mercado de la oficina doméstica” pero este pensamiento era solo un producto de mi imaginación.
