Lavarse las manos y Alepo (Siria) por Jaime Pitarch

Nunca más que ahora, lavarse las manos, ese hecho diario y cotidiano, se ha convertido en una acción vital últimamente.

El artista Jaime Pitarch (Barcelona, 1963) realizó el filme Jabón de Alepo entre 2014 y 2016 como homenaje al primer jabón en pastilla conocido y usado en Europa y como gesto artístico simbólico de visibilización y concienciación del conflicto de Siria, que por cierto todos nos hemos olvidado pero ahí sigue.

Foto Arriba: Fotograma filme Jabón de Alepo (2014-2016) de Jaime Pitarch

El jabón de Alepo proviene, como su nombre indica, de la antiquísima ciudad de Alepo, en Siria. Su modo de fabricación ancestral, se remonta a más de 2.000 años. Los primeros jabones de la historia eran emulsiones jabonosas líquidas. En Alepo, se introduce el proceso de saponificación y el uso de aceite de oliva y laurel; de este modo, aparece el que se cree que es el primer jabón duro del mundo o lo que hoy conocemos como “pastilla de jabón”.

A raíz de las cruzadas en el siglo XII , la producción de jabón se extendió por todo el Mediterráneo, llegando a Italia, Francia (Jabón de Marsella) y España (Jabón de Castilla). Sus productores se refieren siempre a un dato que lo hace único y le otorga una mística especial: en la etapa final de su elaboración se seca bajo el sol de Siria.

Jabón de Alepo (2014-2016) es un proyecto para la realización del cual el autor ha contado con la participación voluntaria de más de 400 personas procedentes de una gran diversidad de colectivos, convocadas por el artista para ser filmadas en su estudio en Barcelona. Durante el transcurso de cinco horas en un mismo día, todos los invitados ha realizado la sencilla acción de lavarse las manos. Dicha acción es filmada en un plano secuencia zenital en el que las manos de todos los participantes se suceden, repitiéndose la misma acción una y otra vez, menguando la pastilla de jabón hasta su total desaparición.

A través de esta simple acción Pitarch hace que converjan tres elementos simbólicos fundamentales que dan sentido al proyecto. Tal y como el artista expresa en Jabón de Alepo: “Por un lado existe el objeto, la pastilla de jabón menguante, que actúa como metáfora de la propia ciudad de Alepo, que sometida a una guerra fratricida, camina hacia su propia extinción y la de su sociedad civil; por otro, el gesto de lavarse las manos que simboliza la inhibición de las sociedades del primer mundo las cuales no actúan porque la acción ocurre lejos de sus fronteras, limitándose a seguir informados por los medios de comunicación. Allí acaba nuestra solidaridad. Finalmente, la duración: la acción del video, que es repetitiva y de larga (5 horas) duración hace que el espectador se vea obligado a realizar una visión parcial de la obra, reproduciendo así los mecanismos relacionales que sostenemos con la realidad aludida: una comprensión de conflicto fragmentada, hecha de flashes informativos hilvanados que construyen o reducen la totalidad a una idea, el cómodo sustituto de la experiencia real, y que reportan una forma de conciencia acomodaticia”.

Jaime Pitarch reitera acciones simples asociadas a formas de trabajo no especializado y utiliza objetos o elementos recuperados de la calle, de los medios de comunicación, o extraídos del ámbito institucional del arte, que mediante sutiles intervenciones permiten una relectura crítica, no de los mismos, sino de nuestro propio proceder en el contexto del cual provienen. El objetivo final del autor es ir conformando una suerte de arqueología simbólica de lo que en términos estadísticos llamamos coste social.

Texto extraído de la nota de prensa de la Galeria Angels de Barcelona, a la que el artista pertenece.