La comida no se tira, o eso me decía mi madre constantemente. Con el tiempo lo he llegado a entender, tirar comida está muy pero que muy feo. Pero claro, cuando vives solo y sólo te hace falta un cacho de bote de tomate… una de dos: o te tiras 4 días seguidos acompañando tus platos de tomate, o para cuando lo vayas a volver a usar, mejor será que no te lo comas. Por eso las nuevas tapas flexibles de Lekué molan tantísimo, porque se adaptan a las formas de los recipientes y no se mueven de ahí. Son aptas hasta para tapar trozos de frutas y verduras. Y como es habitual en Lekué, son antiadherentes, se pueden lavar en el lavavajillas, y, como guinda, su diseño es guay.
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2 de septiembre de 2009 a las 15:45
Todo un acierto! Si es… estos de Lekué nos leen el pensamiento a más de uno…