Lola Índigo triunfa y arrasa en todo lo que hace. La única diva del pop en la industria musical española que nunca se da un respiro y con su último disco, Nave Dragón, demuestra su ética profesional y su talento. Una artista en constante evolución que viaja de género en género.
Lola Índigo es Mimi reggaetonera. Ella convierte cada movimiento en noticia, y cada post en redes sociales se convierte en algo viral. Cantante, compositora, productora, bailarina, empresaria, artista llena estadios y cabeza pensante del proyecto de Lola Índigo, ha conseguido ser una de las estrellas y cantantes de pop más famosas de nuestro país. La granadina de adopción, Miriam Doblas Muñoz, acaba de publicar su cuarto disco de estudio, Nave Dragón. En este trabajo la artista del 92 se tira de cabeza al reggaetón. Cansada de etiquetas equivocadas o confusiones sobre los géneros en los que trabaja, Nave Dragón es la Lola Índigo más reggaetonera.
Flamenco, urbano, reggaetón, haga lo que haga, Mimi siempre acierta y no da un paso en falso… Y así lo demuestra con Nave Dragón
¿Cómo te sientes?
(Lola Índigo) Me siento enorme por ser mujer. Todos mis referentes han sido mujeres. Cuando me preguntan si me siento presionada a bailar, cantar, vestirme de cierta forma, digo: “No, lo hago porque me gusta”. Mis referentes hacen de todo: cantan, bailan, actúan, son empresarias… A lo mejor los referentes de otros artistas son más sencillos, escriben bien, pero no hacen performance. Y está bien, pero yo quiero hacerlo todo.
¿Ser artista 360 es una elección o una obligación?
(Lola Índigo) En mi caso, es elección. Yo vengo de la danza y me encanta. Pero, claro que hay presión sobre las mujeres. He visto cómo algunas artistas han cambiado radicalmente para encajar en ciertos estándares. A una rapera, por ejemplo, si no baila, parece que no se la valora igual que a un chico. Eso es muy injusto.
“Me encantaría hacer una gira más íntima, de salas, acústicos con músicos flamencos.”
Hace poco vimos conciertos de rap con entradas carísimas y salas medio vacías. ¿Qué opinas?
(Lola Índigo) Mira, si pagas 55 euros por una entrada, ya sabes lo que vas a ver. Si luego te quejas, no tiene sentido. Yo tengo que cumplir con una expectativa: bailar, cantar bien, darlo todo. Me lo autoimpongo también, porque saben lo que puedo dar. Si compras una entrada sin expectativa, no te quejes si el show no es lo que esperabas.
¿Crees que algún día podrás bajar esa autoexigencia?
(Lola Índigo) Puede ser. Me encantaría hacer una gira más íntima, de salas, acústicos con músicos flamencos. Cuando canté El Verde o hice Grx, vi que a la gente le encanta ese otro lado más personal. Ya hice algo así con Los 40 y fue brutal. Así que, si gusta y me hace feliz, claro que lo voy a hacer.
“Sí siento que me he ganado el derecho a hacer lo que me dé la gana”
En Grx vimos una cara muy distinta a la de Lola de los estadios. ¿Cómo vives esa dualidad?
(Lola Índigo) Me lo paso genial explorando distintos conceptos, diseñando el arte, la estética… Es agotador, pero me flipa. Veo un montón de fotógrafos, diseñadores, artistas 3D, y cuando tengo una idea, ya sé con quién quiero trabajar. Me siento muy afortunada de poder cambiar de skin cuando quiero, y que la gente lo entienda.
Hablemos de esos skins: la bruja, la dragona, la niña de la escuela…
(Lola Índigo) ¡Total! Tengo mis skins: la bruja, el dragón, la niña de la escuela… He hecho de todo desde el principio. ¿Que si tengo respeto? No lo sé, pero sí siento que me he ganado el derecho a hacer lo que me dé la gana.
“Me siento muy afortunada de poder cambiar de skin cuando quiero, y que la gente lo entienda”
Yo creo que sí tienes respeto. Recuerdo que en una entrevista otro artista me dijo: “¡Qué guay que estuviste con Lola Índigo!”, y no siempre pasa eso con artistas de pop nacional.
(Lola Índigo) Ya, porque valoramos mucho más a divas de fuera como Lady Gaga, pero nos cuesta reconocer a las nuestras. Es un tema cultural también.Has dicho algo muy interesante: que no te consideras artista urbana porque no vienes del underground. Eso pasa muchísimo. Un hombre puede sonar en todos lados sin haber pasado por el underground, pero a una mujer se le exige haber venido del “barrio”, haber demostrado ser “calle”. Si no cumples con esa “pureza”, parece que no vales. Es como si para nosotras fuera obligatorio haber pasado por una fase previa de sufrimiento o autenticidad para que te tomen en serio. Si no vienes de ahí, o si no eres de fuera, entonces no cuentan contigo.
“Voy a hacer un disco de reguetón de verdad y a ver qué pasa”
¿Y cómo crees que afecta eso al espacio que ocupan las mujeres en el reguetón o en las playlists?
(Lola Índigo) Muchísimo. Hay chicas que admiro y que no lo están haciendo nada mal, pero son las verdaderas víctimas del sistema de playlisting. Los editores siguen unos criterios muy cuestionables. Me pregunto por qué casi nunca hay mujeres en las playlists, y cuando hay dos, parece que están para cubrir una cuota. Y encima, esas dos tienen que ser del underground para ser consideradas “auténticas”. No porque yo lo piense, sino porque parece que es lo que piensan ellos.
Y tú hiciste Nave Dragón precisamente para romper con eso.
(Lola Índigo) Claro. Llevo años con la etiqueta de “reguetonera” cuando les interesa, pero cuando no, soy pop. Así que dije: “Voy a hacer un disco de reguetón de verdad y a ver qué pasa”. Y tampoco es que haya muchos discos de reguetón hechos por mujeres en España. Las playlists deberían reflejar más diversidad real.
Portada de Nave Dragón de Lola Índigo (@lolaindigo)
“Valoramos mucho más a divas de fuera como Lady Gaga, pero nos cuesta reconocer a las nuestras”
¿Puedes dar algún ejemplo?
(Lola Índigo) Mira a Petaceta, que muchas veces ni la meten en listas. Y encima, la etiquetan solo como rapera.
¿Por qué tanto empeño en encasillarnos?
(Lola Índigo) Una es rap, otra dancehall, otra pop… según les convenga. Pero con los tíos no pasa. A nosotras nos etiquetan siempre para limitarnos. No deberíamos estar cumpliendo cuotas en las playlists.
