Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Lolo y Sosaku desde su taller en L’Hospitalet de Llobregat nos hablan de su relación como un lazo espiritual, un vínculo incorpóreo que parece pegarse al motor de todas sus producciones.

Entrar en el estudio de Lolo y Sosaku es como colarse al interior de su imaginario compartido, una nave industrial situada en l’Hospitalet de Llobregat que hace convivir fragmentos de proyectos pasados, trabajos a media producción y bosquejos de futuro en perfecto desorden. Buscando una definición a la altura de sus funciones, la pareja habla del taller como una placenta, y es que es aquí donde han dado a luz a sus mejores obras.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Partes de los ‘27.500 Parpadeos’ que presentaron en LLUM 2021, vestigios del ‘Concierto para cuatro pianos’ en Sónar, una imagen de su última performance en Italia. Lolo y Sosaku nos cuentan las historias que pertenecen a cada elemento de un ecosistema creativo que da señales de encontrarse en constante evolución: “A veces, las paredes parecen estar más cerca las unas de las otras, en ocasiones, tenemos la sensación de que la luz ha cambiado”.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

La dupla mitad argentina mitad japonesa describe su práctica como una línea zigzagueante que roza los límites de toda disciplina artística, pero que rehúye el compromiso con el lenguaje y las normas de una sola manera de hacer. “Nuestro trabajo sucede en los márgenes: los empuja, los desdibuja, los cuestiona”.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Lolo y Sosaku no conceptualizan, y es que su trabajo tiene más que ver con la labor del artesano que con la del filósofo. Su máxima es trabajar todas sus obras con las manos y dotarlas de una entidad que transite entre lo humano y lo objetual.

Construir sistemas mecanizados para pintar, sus insignes ‘Painting Machines’, fue para ellos un acto de aleatoriedad, en tanto que permitieron que el comportamiento libre de las máquinas en acción les generara preguntas, no respuestas.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Respecto a su proceso, Lolo y Sosaku hablan de visiones, de imágenes, de sueños, y del esfuerzo de producción titánico que supone aterrizarlos en el plano tangible. En el caso de ‘Disco’, dieron con un resultado tan limpio y enigmático que, al ver vídeos y fotografías del mismo, la gente les preguntaba si se habían pasado al arte digital. ‘Disco’ se concibió para dialogar con ‘Mental Stones’, la instalación permanente de Tito Díaz en un olivar del Delta del Ebro.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

¿Algo que les aburra? Las exposiciones que se limitan a instalar una obra en un gran espacio diáfano, pues “uno sale de la muestra igual que ha entrado”. ¿Algo que les interese? “Lo mejor que está sucediendo en el mundo del arte son las subastas vía Instagram Live que hace el comisario Angelo Milano con la obra del pintor Rosario Pedone”.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Les preguntamos sobre sus próximos proyectos: “Torque, la muestra en solitario que estamos preparando para Galería Alegría, es la cara opuesta a las exposiciones vacías”. En el horizonte, De la tierra, un proyecto que imagina una alianza entre máquinas y tierra para enfrentar la hegemonía humana; Torque II, una exposición individual en Double Square en la que sus obras se vuelven imágenes oníricas huidizas; Worlds of Networks, una colectiva en el Centre Pompidou en la que presentan tres vídeos, y tantos otros proyectos de futuro que, como todo lo que hace este dúo, harán mucho ruido.

Lolo y Sosaku nos abren las puertas de su estudio

Nota sobre las fotografías:
Acompañan a esta conversación los retratos magistrales disparados por Aleix Plademunt. Las visiones blanquinegras del fotógrafo imaginan a Lolo y Sosaku como seres atemporales fundamentalmente enraizados al estudio, condenados y consagrados a habitarlo. En un ejercicio de aclimatación límite, sus facciones toman prestadas propiedades del metal y del yeso, sugiriendo la idea de que el artista y su espacio, tras instalarse el uno en el interior del otro, terminan por compartir entidad e intercambiar naturaleza.