MALÉFICA

PARA AQUELLOS CANSADOS DE ESCUCHAR SIEMPRE LA MISMA HISTORIA

Maléfica siempre ha sido mi villana favorita. Aún recuerdo que la primera vez que la vi, quedé absolutamente atrapado por esa hechicera de cara verde, ojos a lo Bette Davis y presencia a lo Joan Crawford. El puro demonio hecho mujer que al no ser invitada al bautizo de la primera hija del Rey Stefan, Aurora, sumía al bebé en un oscuro maleficio que la llevaría, antes del ocaso del día de su 16 cumpleaños, pincharse con el huso de una rueca y dormir eternamente…, hasta que un beso de verdadero amor la despertara. Hasta ahí la historia que conocemos.

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Retomando el éxito que en 1959 tuvo la película de Disney basada, como ya sabéis, en el cuento de hadas de Charles Perrault, la factoría del ratón Mickey vuelve a la carga con un spin off de una de sus más temidas malas malvadas: Maléfica, una película que nos conduce al origen del personaje y nos explica como aquella joven, bondadosa hada de interminables alas negras y curiosa cornamenta, transformaba su puro corazón en piedra, desamor y venganza. Un cuento de niños que vuelve a nuestros días de la mano de una Angelina Jolie que pone cuerpo, cara e impecable presencia a una Maléfica gótica, vengativa (por necesidad) y tremendamente sofisticada (como siempre), pero con un twist rotundamente sensible como madrina de la princesa durmiente del bosque, Aurora, interpretada por una Elle Fanning que le sigue el rollo en un papel secundario.

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Dirigida por el debutante en la dirección Robert Stromberg, al que recordaremos por haber estado detrás del diseño de algunos blockbuster como Avatar, Alice in Wonderland o la maravillosa Oz, the Great and Powerful, recupera la historia original pero sin olvidar por qué Maléfica se convirtió en la reina de todos los malos malísimos por culpa del personaje de Stefan (Shartlo Copley) que, movido por la avaricia humana de coronarse rey, traiciona a su amiga Maléfica, arrancándole su bien más preciado. El doblemente oscarizado Stromberg no pirde ritmo en ningún momento y sabe cómo visualizar cada escena y dar al espectador un menú de presentación, nudo y desenlace brillante y que no solo nos ofrece la cara más misteriosamente humana del personaje principal, sino un guion que no dista mucho de la historia que todos conocemos, con sus haditas Flora (Imelda Staunton), Fauna (Lesley Manville) y Primavera (Juno Temple), el cuervo (Sam Riley) y el cameo del bello príncipe Phillip montado en su caballo, el nuevo Zac Efron de la casa Disney, Brenton Thwaites.

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Una cinta que, sin sobrepasar los 100 minutos de metraje, sabe conducir a la perfección Jolie y su más rotunda presencia de dama de paso aristocrático, vestimenta a medio camino entre dragón y murciélago y prótesis faciales ‘Born this Way’ a lo Lady Gaga, en un papel (¿el de su carrera?) que borda como cosido a su piel tiene ese traje de cóctel, dispuesto para su particular ‘juego de tronos’ para niños (y no tan niños). Un plus que viene a sumarse a unos dirección de arte y efectos especiales (David Allday, Robert Cowper y Vince Abbott) y una banda sonora firmada por James Newton Howard (y cantada en sus títulos finales por Lana del Rey), que dan como resultado un trabajo minucioso, de vibrante centelleo, vehículo de primera para Angelina Jolie como ya lo fuera Eva al Desnudo para Bette Davis o Lo que el viento se llevó para Vivien Leigh. Una película que gustará a todos los públicos y que lo más seguro, nos devuelva a ese niño que disfrutaba con brujas, dragones, príncipes y mazmorras once upon a dream…

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ESTRENO: Mañana viernes, 30 de mayo