La moda con lujo artesanal de Aurembiaix va mucho más allá de su visión del corsé o de las clásicas enaguas. Son piezas confeccionadas con fibras naturales, disponibles hasta la talla 54, y elaboradas con un trabajo minucioso.
Chloe Campbell y Flor Violeta Sobrequés son las diseñadoras de Aurembiaix, una firma que ha transformado el significado de la moda con lujo artesanal. Estas dos catalanas, con formación en Bellas Artes y en vestuario para cine y teatro, han desarrollado una marca emergente que destaca por reinterpretar la estética contemporánea desde una perspectiva única. Su enfoque, influenciado por la Belle Époque, queda reflejado en el desfile de su cuarta colección, presentado en la Ciudad Condal.
Entrevista: Míriam Martínez / Fotografía: Simone Falcomer
Imágenes del desfile de la cuarta colección de Aurembiaix. Fotógrafo: Simone Falcomer @simone_falcomer
Aurembiaix traducido al castellano significa bien dorado, proviene del catalán medieval. Fue también una Condesa de Urgell en ese tramo histórico.
Para entender bien el diseño de Aurembiaix, primero hay que conocer a sus creadoras: Chloe Campbell y Flor Violeta Sobrequés, originarias de Barcelona y unidas por un objetivo común: revisar piezas históricas, como el corsé, desde una mirada contemporánea. Esa fue la idea inicial que dio origen a su primera colección en 2021, una visión que sigue presente hoy.
Esto se hace evidente al analizar hasta el más mínimo detalle de su cuarta colección, presentada recientemente en la Ciudad Condal. Allí, las diseñadoras mostraron nuevas piezas confeccionadas a mano, bajo pedido, utilizando tejidos naturales y materiales recuperados. Son técnicas que dominan y que le permiten a Aurembiaix construir un lenguaje propio, alejándose del simple concepto de marca de upcycling.
Antes de profundizar en esta cuarta colección, es importante entender qué es Aurembiaix y por qué deberíamos seguir de cerca esta firma. Su nombre significa bien dorado y proviene del catalán medieval, un concepto íntimamente ligado a su exploración de la corsetería histórica. Sin embargo, no se quedan en la nostalgia: fusionan esas referencias con tejidos de camisería y prendas de punto para crear algo nuevo. ¿Y por qué el corsé? Creemos que es porque, lejos de limitar, les permite jugar con la silueta y ofrecer una nueva forma de libertad estética.
Hablamos con Chloe Campbell y Flor Violeta Sobrequés, diseñadoras de Aurembiaix y responsables de un nuevo concepto de moda basado en el lujo artesanal.
¿Quiénes están detrás de Aurembiaix?
Chloe Campbell y Flor Violeta Sobrequés somos las fundadoras y diseñadoras de Aurembiaix. En 2021 confeccionamos y lanzamos nuestra primera colección mano a mano. A partir de la segunda colección se unió Violeta, nuestra mano derecha en el taller y musa infinita. También contamos con Patricia, quien nos ayuda a llevar a cabo los pedidos que recibimos y a preparar las muestras para los desfiles.
Además, muchas amigas han sido parte esencial del proyecto desde el inicio. Algunas han desfilado, otras han fotografiado nuestras campañas, imaginado los espacios para los desfiles o puesto palabras a nuestras ideas. Tenemos la suerte de estar rodeadas de personas que aportan algo único desde su lugar. Son parte de nuestro universo, y queremos que siga siendo así.
¿Por qué elegisteis a la última condesa que vivió en Barcelona como nombre para la marca?
Flor: Tenía el vago recuerdo de que mi padre, que es historiador, me había contado alguna vez la historia de una figura medieval catalana, aunque no recordaba bien el nombre. Investigando en un diccionario de nombres medievales, encontramos Aurembiaix, la última condesa de Urgell, y al leerlo la reconocí enseguida.
Chloe: Además, nos atrajo el doble significado del nombre. En latín, Aurembiaix puede interpretarse como biés dorado. También tenía mucho sentido en ese momento, ya que la primera colección estaba muy inspirada en la indumentaria de época.
Para esta cuarta colección se han centrado en las enaguas con tul neón.
“Muchas veces el diseño va evolucionando mientras lo cosemos, adaptando los acabados según lo que pide cada pieza”.
He leído que definen la firma como costura antigua y el deseo de reinterpretar. ¿Qué os parece esta definición?
Siempre nos inspiran los diseños de principios del siglo XX —especialmente de los años 20 y 30— y el patronaje victoriano. En la primera colección esa influencia era más evidente, pero con el tiempo hemos apostado por una reinterpretación más libre y descontextualizada. Esa voluntad sigue presente: en la última colección, por ejemplo, combinamos prendas clásicas como enaguas y cancans con tul neón, o adaptamos cortes de época a tejidos contemporáneos como el chándal.
¿Cómo describiríais la estética de vuestras prendas?
Describirla desde dentro es difícil, la verdad. El otro día alguien la definió como una mezcla entre lo infantil y lo majestuoso, y nos pareció bastante acertado. Hay un contraste fuerte entre el mundo de ensueño donde viven las prendas de Aurembiaix y cómo nos vestimos en el día a día (nos gusta ir cómodas, relajadas). Nos divertimos creando looks, aunque muchas veces sean difíciles de llevar fuera de contextos muy concretos. Nos gusta crear fantasía y nos inspiran los personajes femeninos, sean ficticios o reales, que nos hacen soñar. En esta última colección, por ejemplo, nos inspiramos en nuestras amigas y en escenas muy nuestras: estar fumando fuera de una fiesta, compartiendo abrigos, medio disfrazadas. Luego, ellas mismas desfilaron con los diseños que habíamos pensado para cada una. No sabemos si eso define nuestra estética, pero sí define lo que nos mueve y lo que nos inspira a diseñar.
Aurembiaix es la última condesa de Urgell. Mujer central de sus diseños e inspiraciones.
“Defendemos una marca cercana, que valora los procesos manuales y lentos”.
En Aurembiaix trabajáis todo a medida, utilizando técnicas y siluetas artesanales. ¿Podéis contarnos cuál es vuestro proceso?
Muchas veces el diseño va evolucionando mientras cosemos, adaptando los acabados según lo que requiere cada pieza. Trabajamos bajo pedido, lo que significa que no tenemos stock: cuando alguien compra una prenda, ya sea online o en el estudio, se confecciona expresamente para esa persona. No concebimos las colecciones como algo cerrado o limitado a una temporada; más bien las entendemos como acumulaciones que perduran en el tiempo y configuran nuestro archivo, que siempre está disponible.
Siendo una firma tan joven, ¿de quién habéis aprendido el valor de lo artesanal?
Valoramos los principios transmitidos desde la familia y creemos que los valores son una elección personal. En un mundo donde la moda se ha vuelto rápida y masiva, apostamos por un trabajo artesanal, con producción bajo demanda y bajo impacto ambiental. Disfrutamos cada etapa del proceso creativo, cuidando los detalles y priorizando la calidad. La experiencia en el Liceu y en el sector nos ha enseñado a valorar lo hecho a mano y la dedicación, aunque a veces deseamos tener más tiempo para enfocarnos en estos aspectos.
Aurembiaix es una firma que se mantiene alejada de los calendario de la moda.
“Nos divertimos creando looks, aunque muchas veces sean difíciles de llevar fuera de contextos muy concretos”.
El 29 de mayo hicisteis un desfile en Barcelona. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue un día precioso. Los días de desfile siempre están cargados de emociones encontradas: por un lado, la ilusión de mostrar el trabajo que hemos estado preparando durante tanto tiempo; por otro, el vértigo de exponer algo tan íntimo y personal. Es un momento de mucha vulnerabilidad.
Este año lo vivimos con más calma porque, gracias al trabajo previo con nuestro equipo, llegamos al día del desfile con todo bastante organizado. Cada año aprendemos y vamos afinando, lo que nos permitió disfrutar más del momento. Además, estuvimos rodeadas de gente a quienes queremos y que siempre nos acompaña: las modelos, el equipo de producción, los camarógrafos, el equipo de música, quienes diseñaron el espacio… Es una suerte poder trabajar así, en equipo y en confianza.
¿Os veremos en 080 Barcelona Fashion?
Tal vez algún día, pero no es nuestra prioridad. Nos gusta mantenernos al margen de la presión de los calendarios del mundo de la moda y conservar la libertad de colaborar con la gente que nos inspira para los desfiles. Hacemos una colección al año y, por ahora, esa dinámica nos funciona y encaja con nuestra visión.